"Mi deseo es que los cristianos euskaldunes puedan tener las celebraciones religiosas en euskera"
PAMPLONA. Xabier Irigarai (San Sebastián, 1931) lleva oficiandola misa diaria en euskera de los Jesuitas desde 1982. Antes,ayudaba en la misma celebración al padre Aguinagalde. Su pasiónes, asegura, "Jesús de Nazaret y el euskera", su lengua materna.Su dedicación le ha grajeado el agradecimiento de toda la comunidadeuskaldun, que mañana le tributará un pequeño homenaje.
¿Qué siente cuando tantas personas se reúnen para agradecerlesu dedicación?
Es como demasiado (ríe). Es bonito y estoy emocionado por lasmuestras de apoyo y solidaridad que he recibido. Pero tambiénme siento un poco avergonzado.
¿Cómo se enteró del evento?
Pues hará dos semanas que me dijeron: "Como te vas a enterarde alguna forma, preferimos decírtelo directamente". Me lo contaronen una de las reuniones que solemos mantener los de la EuskalMeza de Jesuitas.
Lleva desde 1982 celebrando misa en euskera, ¿nota que ha bajadola afluencia a la iglesia?
De aquel tiempo a este sí que ha habido una disminución.
¿A qué lo achaca? ¿Han bajado los euskaldunes o los fieles engeneral?
La reducción se debe a la falta de relevo. Y creo que la bajadaha sido general, tanto en euskera como en castellano, sobre todopor la falta de jóvenes.
Casi treinta años oficiando misa en euskera, ¿cuál es su motivación?
Toda mi vida está fundamentada en Jesucristo y después en eleuskera. Me inspira y me motiva mi amor a Jesús de Nazaret, quees la clave de mi vida. Y juntamente con esto, el euskera, comoelemento cultural y al mismo tiempo con el deseo de que los cristianoseuskaldunes puedan tener las celebraciones religiosas en euskera.Y en tercer lugar, me inspira mucho toda la situación del Áfricanegra. Fui misionero dos años en la República Democrática delCongo, que por entonces era el Zaire, y desde ese momento sigotodo lo que ocurre en el continente muy de cerca.
¿Cuándo viajó al Congo?
En el año 80 y estuve hasta el 82. Pero antes, si me permite,me gustaría comentarle mi llegada a Pamplona.
Adelante
Vine en el año 1978. Entonces había un padre, el padre Aguinagalde,que es el que dirigía las misas en euskera de los Jesuitas. Lohacía desde 1970. Él fue el promotor de estas misas. Inclusoiba por los pueblos anunciando que iba a haber una celebraciónen euskera y animaba a la gente a ir.
En 1970 habría encontrado muchas dificultades para celebrar lasmisas y que acudieran los fieles
El euskera todavía no había calado en la iglesia. Se encontrómuchas dificultades, incluido el rechazo del franquismo y demucha gente que no veía bien estas misas. Pero él se había convencidode que los euskaldunes tenían su derecho a celebrar la liturgiaen euskera y con esa defensa de los derechos humanos fue valientey siguió adelante. Tanto es así que yo me considero deudor deél y continuador, a mi manera, de lo que hacía.
¿Cuánto tiempo estuvo ayudando al padre Aguinagalde?
Comencé en 1978, pero pronto le hice una mala faena porque amí se me ocurrió ir de misiones. Y aunque el padre Aguinagaldeera también muy amigo de las misiones, sintió que me marchara.
¿Corría el año...?
1980. Siempre había tenido esa ilusión por ir a misiones, peropor mi salud me habían dicho que no. Pero en ese momento se veque me encontraba en mejor forma y me lo permitieron. La inspiraciónme vino el día de San Francisco Javier del año 1979.
¿Cómo vivió la experiencia? ¿Qué vio allí?
El Congo de los años 80 estaba mejor que el actual, pero me impresionóla situación de vida del africano, que es totalmente opuestaa la de una minoría que, como en todos los lados, vive muy bien.Desde entonces nunca he perdido el contacto con los problemasde los africanos. Pertenezco al comité de solidaridad del ÁfricaNegra y mantengo relación con todos los misioneros jesuitas vascosque van allí, así como con sus familiares. Me ha dejado un recuerdopara toda la vida.
Y en 1982 regresó. ¿Cómo fue su vuelta a Navarra?
Muy duro, me costó mucho acomodarme. Comencé a ayudar de nuevoal padre Aguinagalde, que entonces me dio la responsabilidad,por así decirlo, de seguir con la eucaristía en euskera. Cuandoen 1985 murió, seguí con las celebraciones, pero también ayudado,porque una de las buenas cosas que hizo Aguinagalde fue que ala misa diaria acudieran siempre sacerdotes diáconos y religiosos,que ayudan en la ceremonia.
Pero poco a poco fue abordando nuevos proyectos.
Sí, también en 1982 empecé a dar clases de religión en la ikastolaPaz de Ziganda.
¿Qué recuerdos guarda de su etapa de profesor?
Muy buenos, estuve 19 años impartiendo clase. Me acogieron muybien, pero sí que los jóvenes, sobre todo los de 13 y 14 años,a veces me hacían sufrir (se ríe).
Una llamada interrumpe la conversación. Irigarai responde perodice que está ocupado.
Creo que me llamaban para una primera comunión
¿También celebra primeras comuniones?
Y bodas, funerales y catequesis también. He oficiado casi todaslas diversas celebraciones de la iglesia.
En euskera, por supuesto.
Sí.
¿Qué siente cuando le llaman?
Te sientes querido y necesitado, por así decirlo, porque lespuedes hacer un servicio. Otras veces te coge mal, porque lamuerte, por ejemplo, no avisa, y tienes que hacer equilibriospara poder asistir. Pero bueno, en general me gusta que me llamen.
¿También imparte catequesis en euskera?
Sí, comenzó en la parroquia de Cristo Rey hace quince años, cuandonos vinieron unas personas a ver si se podía dar catequesis eneuskera. Por lo general suelen ser grupos que se preparan parala Primera Comunión. Este año teníamos once personas y el añopasado tuvimos trece.
Con todos los proyectos en los que ha participado a lo largode su vida, ¿con cuál se queda? ¿Cuál es especial para usted?
Lo que estoy es agradecido de que pueda haber hecho todo estoy de que pueda seguir haciéndolo. Estoy satisfecho. Contentocon el trabajo que realizo.
¿Se queda con todo, no?
Bueno, mi mayor responsabilidad, por así decirlo, es mi misaaquí, en Jesuitas.
Véndala un poco, ¿cuándo se celebra?
Todos los días de la semana. Los sábados y los domingos es alas 18.45 horas, para que la gente pueda aprovechar mejor latarde. La de diario es un poquito más tarde, a las 19.00 horas.
Imagino que el euskera será su lengua materna.
Sí, soy de Donostia pero como muchas veces digo, mi euskera esde Urdax, porque mi madre era de allí y pasábamos todas las vacacionesen Urdax.
¿Fue difícil conservar el euskera en plena dictadura franquista?
Eran tiempos duros para el euskera y el haber estado en Urdaxlos veranos, que entonces duraban tres meses, me sirvió paramantener la lengua. Ahora bien, los estudios que realicé fueronen castellano, y eso es un handicap que tenemos los euskaldunes,que hemos tenido que ser alfabetizados después.
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