Cada docente de Selectividad corregirá en tres días una media de 150 exámenes

pamplona. Los estudiantes de 2º de Bachillerato copan estos días las primeras planas de los medios de comunicación al enfrentarse a la temida Selectividad. Sin embargo, ellos no son los únicos que viven de cerca el estrés que generan estas pruebas. Más de 130 docentes procedentes de centros educativos y de la Universidad Pública de Navarra se esmeran estos días para que todo salga bien. Vigilan los exámenes, atienden las dudas del alumnado, colocan los carteles informativos sobre horarios y aulas y lo que es más importante: se encargan de corregir los más de 16.000 exámenes que durante estos últimos días han realizado los 2.613 estudiantes. Así, cada docente corregirá antes del lunes (o del martes, en el caso de los exámenes de ayer) una media de 150 ejercicios.

Todos los centros educativos que ofertan Bachillerato o FP Superior (aquellos que aportan alumnos a las pruebas) están distribuidos en seis tribunales, cinco en Arrosadia y uno en Tudela. Cada uno de ellos está integrado por una media de 22 personas, entre las que se incluyen secretario, presidente y administrativo, a excepción del Tribunal 6 (centros del modelo D), que es mayor y ronda los 30. El alumnado de euskera ha aumentado este año un 24% frente al 14% que crece el alumnado de los modelos G y A, por lo que su tribunal ha sido reforzado. "Tenemos 623 estudiantes. De ellos 567 se han presentado a la fase general y a la específica, y 56 sólo a la fase específica. Estos son los que provienen de FP o los que quieren subir su nota de Selectividad de otros años", explica el secretario del Tribunal 6 y profesor de Química de la UPNA, Txema Odriozola.

Cada docente de Selectividad debe corregir una media de 150-160 exámenes. "Los profesores de materias de la fase general, la obligatoria, pueden a llegar a tener que corregir hasta 188 ejercicios mientras que los de las asignaturas de la fase específica, como suele faltar bastante gente, el número de ejercicios se reducen", señala Odriozola, que puntualiza que "para las materias obligatorias suele haber 3 vocales, ya que el volumen de exámenes es mucho mayor".

tareas de un tribunal Los tribunales se constituyen el día que arranca la Selectividad o el día anterior, como es el caso del 6, para organizar todo y que no quede ningún cabo suelo. "El miércoles llegamos a las 8.30 horas y fuimos a recoger los exámenes, las pegatinas, las hojas para firmar las actas... al edificio de Administración", expone Odriozola, que añade "sólo hay dos copias de la llave del aula, una para el presidente y otra para el secretario. Y durante estos tres días no puede entrar ni el personal de la limpieza".

Los integrantes del tribunal abren cada día los sobres con los exámenes y se reparten cinco minutos antes del comienzo. "Durante los primeros 15 minutos nadie puede salir del aula y si alguien llega tarde puede entrar. Pasado ese tiempo se entregan copias a los representantes de cada instituto y el examen ya es público. Nadie puede acceder al aula y si alguien sale, no puede volver a entrar", apunta el secretario del Tribunal 6, que prosigue "dos personas se encargan de vigilar los exámenes y cuando finaliza el tiempo máximo se recogen y se traen a la sede".

Una vez en el aula, se realiza el reparto entre los correctores. Hasta este año, antes de la entrega, el administrativo debía retirar la plica y colocar una pegatina con un código de barras donde aparecía el nombre del estudiante. Una labor que con el nuevo sistema de identificación ya no es necesaria porque los alumnos no tienen que poner su nombre en los ejercicios sino una pegatina con un código de barras.

calendario Cada tribunal elabora un calendario para distribuir todas las funciones y así poder ir corrigiendo algunos exámenes antes del viernes. "Nos dan unos criterios de corrección y para el lunes a las 15 horas, en el caso de los ejercicios del miércoles y jueves, o el martes a las 10 horas, en el caso de los del viernes, deben estar todos corregidos", afirma Odriozola. Llega el turno de los administrativos, que deben pasar todas las notas al ordenador.

En principio, la decisión de participar en un tribunal es voluntaria aunque de alguna forma muchos se sienten medio obligados. "Alguien lo tiene que hacer. La gente dice que nos pagan pero es un trabajo muy costoso y no creo que las personas lo hagan por dinero", afirma Odriozola. Los miembros del tribunal cobran un fijo por ser presidente (1.200), secretario (900) y vocal (350), y luego 2,20 euros por examen corregido.