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Deportes de riesgo: los acuáticos, en auge en Navarra

conocer el terreno, la predicción del tiempo y el entorno en el que se practica la actividad limita los peligros

Deportes de riesgo: los acuáticos, en auge en NavarraFoto: rubén usúa

los deportes de riesgo llevan implícito en su propia denominación los peligros a los que se enfrenta cualquier intrépido que se atreva a realizar alguna de sus modalidades. Sin embargo, algunos monitores experimentados apuntan que estos riesgos no son tales si se toman las medidas de seguridad necesarias. "Si partimos de una buena organización, todos los deportes de riesgo carecen de excesivo peligro", señala Alberto Sánchez Zuñiga, monitor de Nabarranquistas. De la misma opinión es Fernando Azcona De Simón, que ha trabajado como instructor para Nattura. "Hay que ser conscientes de la preparación de cada uno y, a partir de ahí, adaptar la dificultad a sus condiciones para disminuir los peligros", apunta Azcona.

El número de adeptos a este tipo de actividades en Navarra va creciendo en los últimos años gracias, por un lado a la gran oferta existente en la Comunidad Foral y, por otro, a las posibilidades que ofrece la orografía foral. Tomando como referencia el número de practicantes, el descenso de barrancos y los deportes acuáticos como el kayak o el rafting son los más demandados.

La fuerza que adquiere el agua en algunos ríos como el Irati o el Esca gracias al escarpado relieve y al deshielo, hacen que la primavera sea la época del año más propicia para llevar a cabo estas prácticas. Sin embargo, todas las estaciones proporcionan las condiciones necesarias para que los más atrevidos vivan un incremento de adrenalina, ya sea en Navarra o en las provincias limítrofes. Así, en invierno muchos optan por el buceo bajo el hielo en Panticosa, en otoño por la escalada libre o el barranquismo en los afluentes nombrados o en las muchas foces del territorio foral, y en verano por el submarinismo en Hondarribi o el paracaidismo en el aeródromo de Santa Cilia, cerca de Puente la Reina de Jaca.

medidas de seguridad

En compañía de expertos

Sin embargo, todas estas actividades precisan de unas medidas de seguridad básicas para preservar la integridad de los participantes. "No es lo mismo hacer escalada libre que rafting, pero en todos los deportes de riesgo hay que tener en cuenta una serie de variables que pueden controlarse", indica Sánchez. La primera recomendación que ofrecen los expertos es que los novatos se acompañen de alguien que controle la actividad y el entorno en el que se practica. "Es básico no ir solo, conocer la actividad que vas a realizar y el terreno en el que la vas a hacer, y dejar avisado en casa qué vas a hacer y dónde", informa Azcona. Otra variable que hay que atender es el tiempo. En el descenso de barrancos, por ejemplo, cambia mucho la situación si llueve o el terreno está mojado. "Aunque parezca que cae poco, puede que en la cabecera del río esté lloviendo más y el agua tenga una fuerza que no te esperas y cueste controlar", explica Sánchez. "La acumulación de todas las filtraciones de la montaña pasan por las zonas de los barrancos y, además, el agua puede arrastrar ramas, árboles y materiales que aumentan la peligrosidad" prosigue.

papel de los monitores

Evitar percances

Para evitar las posibles complicaciones que puedan plantearse al realizar este tipo de actividades, lo más aconsejable es contratar los servicios de un monitor. La experiencia que atesoran y el conocimiento de los ríos, montes o de los materiales que se emplean en cada deporte puede resultar vital para los principiantes. Su función principal es dar seguridad. "Debemos asegurarnos de que los clientes o compañeros salgan lo más intactos posible, aunque nunca se está libre de algún culetazo o rasguño", indica Sánchez. "Lo bueno de ir con una persona que sabe es que ha tenido en cuenta todas las cuestiones previas como el tiempo o los riesgos del lugar, y ha revisado que está a punto todo el material necesario, cosas que a los principiantes se les suelen escapar", afirma Azcona.

En el fondo, son ellos quienes más expuestos están a sufrir lesiones durante las travesías ya que son los que inspeccionan el terreno. De hecho, Sánchez se rompió el tobillo al comienzo del verano por este motivo. "Descendiendo un barranco teníamos un salto de cinco metros pero me pareció que el cauce estaba más bajo de lo normal así que salté primero por si acaso y me di cuenta de que había acertado: era poco profundo", narra Sánchez, que tuvo que ser trasladado por los propios clientes.

Aún así, la posibilidad de que vayan dos monitores por grupo no se contempla. En la mayor parte de las actividades va un instructor por cada diez clientes aunque ese número varía según la actividad, la dificultad de la misma y las posibilidades de la empresa organizadora. Así, en descenso de barrancos, según apunta Sánchez, "si es muy técnico puede que vaya un monitor por cada tres clientes mientras que si es muy llevadero puede acompañarse hasta de doce". En otros deportes, como el submarinismo, se va en parejas, siendo imprescindible que el monitor conozca técnicas de primeros auxilios y sepa como asegurar al cliente. Lo mismo ocurre con el paracaidismo, donde instructor y cliente saltan juntos hasta que éste último obtiene el título de capacitación para el salto.

Sin embargo, y a pesar de que se minimicen mucho los riesgos si nos acompañamos de expertos y tenemos en cuenta las circunstancias adversas que puedan presentarse, la naturaleza es imprevisible y el peligro es latente. Como muestra están los desafortunados accidentes que este año sufrieron el joven que falleció en Dos Hermanas cuando se le desprendió el bloque de piedras sobre el que se encontraba, o el más reciente acaecido en Usún, cuando un chico saltó desde una altura de seis metros a una zona de rocas.