"Mi enano ha cantado el 'Gordo"

Casi a las diez de la mañana, cuando sonaba el Gordo en el Palacio de Congresos de Madrid, Giselle, una joven dominicana, se convertía en protagonista del salón de sorteos porque su "enano" había cantado el primer premio: "Mi enano lo ha cantado, ha cantado el gordo", gritaba emocionada. Giselle no es la madre del pequeño, pero como si lo fuera. Es una amiga de la familia de Johan Fernández, el niño de San Ildefonso, de origen boliviano, que cantó el primer premio junto con su compañera María Jose Posligua, de Ecuador .

"Es como si nos hubiera tocado a nosotros", decía entre sollozos Giselle a los medios de comunicación, rodeada de familiares y amigos, como Marianela, que sí es la madre de Johan. Las dos viven en la misma casa y las dos fueron a ver a "su niño", junto a la joven que es hermana del pequeño, Camila, que ha cantado otras veces en el sorteo, aunque no ha tenido tanta suerte.

"Pero este año el sueño de Camila se ha cumplido", según dijo la joven, que lleva siete años en España al igual que su hermano. Para hacerlo, el pequeño, tal y como contó a los medios, salió al salón "con confianza" para hacer realidad su "sueño de Navidad", pero cuando lo cantó, como confesó, le entraron ganas de llorar. "Pero yo me he dicho sé valiente y no llores, voy a estar alegre, en vez de llorar", explicó el niño, quien había asegurado que si le tocara la lotería lo repartiría entre su familia y para "los niños pobres y más necesitados". Además, reconoció que la situación le había pillado "por sorpresa, aunque añadió que había "soñado con sacarlo un día antes".

María José también se emocionó y lo pasó mal porque es tímida: "He sentido mucha emoción, no esperaba cantarlo, me daba mucha vergüenza por todas las cámaras, pero estoy muy contenta". La niña, además, reconoció que "se lo esperaba", de hecho, estaba segura de sacar el premio porque, al igual que su compañero, "soñó con ello" y que elegiría dárselo "a los pobres" en caso de resultar ganadora. "Me he puesto muy nerviosa cuando he visto los cuatro millones en la bola de Johan", contó la niña, a quien le gustaría hacer un viaje con su familia, si los premiados se acuerdan de los niños que cantaron el número, un deseo en el que coincidió con su compañero. Ambos sueñan con conocer sus países origen.

Por su parte, uno de los encargados de extraer las bolas del Gordo, Rubén Gómez, comentó que estaba "muy atento a lo que tenía que hacer por si se atrancaba la bola" y que "también soñó" con participar en el grupo de niños que tuviera en sus manos el gran premio de la Lotería de Navidad. Gómez destacó que si hubiera resultado agraciado lo habría repartido con "su colegio y su familia". La otra encargada de extraer las bolas, Nayeli González, admitió ser la única que "no había soñado" con sacar el Gordo y que en caso de tener premio en el sorteo "lo repartiría entre su familia y las personas necesitadas".

bola, al suelo El soniquete de los niños y niñas de San Ildefonso, el 40% de origen inmigrante, volvió a sonar sin titubeos al cantar números y premios. No hubo equivocaciones, y sólo en la tercera tabla una bola con pedrea logró escurrirse de los dedos de Camila Flores hasta alcanzar el suelo, si bien la mullida moqueta azul que cubría el escenario del Palacio de Congresos impidió que siguiera y siguiera rodando.

Camila, junto a Marisel, Rosalía e Ingrid, dieron tres quintos premios. Tres sacaron también -entre ellos el tercero- Yahaira, Araccli, Joel y Kevin, que salieron en la cuarta.

No tuvieron tanta suerte los niños que salieron en la sexta, Alicia, Karen, Belinda e Iván, que abandonaron el escenario con rostro triste, después de que no les acompañara la suerte, ya que sólo sacaron pedreas.

La misma tristeza y desilusión mostrada por los de la novena y la décima, en las que sólo hubo pedreas, ya que el último de los premios que quedaba por conocer, el segundo, había salido en la octava tabla del sorteo, que en esta Navidad de 2011 ha repartido más de dos mil quinientos millones de euros en premios. Es la primera vez que el Gordo de Navidad, el de mayor dotación de la historia, acaba en 68.