Jesús Colomo, pamplonés de 50 años residente en el 7ºB, mostraba la diferencia entre las baldosas que estaban cubiertas por el felpudo y las que no: "Me he visto principalmente afectado por el humo negro, que pica al respirar. La casa está bien pero, aunque he ventilado mucho, huele mal y el polvo es totalmente negro: hay que limpiar cajones, muebles, lámparas... pasas la mano por cualquier lado y está todo negro. La ropa, las cortinas, todo huele fatal". Colomo, que no se encontraba en el bloque cuando sucedió el incidente, vive solo y se ha trasladado a casa de sus padres temporalmente, mientras se soluciona el problema: "Primero se tiene que peritar, luego tendrán que venir a limpiar todo esto y a ver cuándo puedo volver".

Su vecina del 7ºA, Amaya Leorza, de 40 años y natural de Burlada, también se marchó con su marido, Tomás Campanón y sus dos hijos a casa de sus padres. "Nos encontrábamos fuera el fin de semana y mi cuñado nos mandó un mensaje para ver qué había pasado. Pensamos que se trataba de una broma. La mayor impresión fue cuando nos dejaron subir a casa, sobre las 7.30 horas y, al ser ya de noche, ver una nube de humo y todo mucho más negro de lo que está", explicó Leorza. Por su parte, Campanón añadió: "Los bomberos nos dijeron que no había peligro y ventilamos la casa". Aparte del susto inicial, sus hijos se lo han tomado con tranquilidad e incluso han sacado fotos al rellano para mostrar a sus amigos. El resto de viviendas, exceptuando las que se encontraban justo debajo y encima del piso incendiado, no se han visto apenas afectadas. Así, Jesús Arrondo, fustiñanero de 58 años y residente en el 6ºC junto a su mujer y su hijo, aseguró que "estamos realizando una vida normal".

y ahora, ¿qué? Quienes más han sufrido las consecuencias de las llamas y de su posterior apagado fueron los vecinos del ático, situado justo encima del 7ºC y afectados por el humo, y los del 6ºC, perjudicados por el agua de los bomberos, que se filtró por los techos, y la tierra empleada para absorber el agua.

Así, el gallego José Antonio Calviño, de 52 años, que tuvo que subir al tejado debido al incendio con su hija Itziar, de nueve años, y su bebé de dos meses, explicó: "Mi mujer, Carmen del Rosario, y mi suegra, Paulina Angélica Chahua, se subieron a una mesa colocada junto a la ventana para respirar aire puro". Su mujer y el bebé fueron trasladados al CHN por leve inhalación de humo, si bien el mismo domingo a la noche fueron dados de alta. "Desde el 112 me dijeron que nos encerráramos en un cuarto, pero salí al tejado. Menos mal, pues luego me dijeron en el hospital que, de no haber hecho eso, el bebé hubiera muerto", apuntó.

Tanto la familia de Calviño como los residentes en el 6ºC, Oneida Osuna, de 31 años y natural de Venezuela, su marido Robby Neira, de Perú, y sus hijos Jesús, de 14 años, y Joneifi, de 6, se han trasladado momentáneamente a la casa del matrimonio formado por Carlos Carralafuente y Mónica Neira, amigos y familiares respectivamente.

"Tenemos la casa negra, sucia, huele fatal. Entre el humo y lo que mancharon los bomberos, está todo por los suelos: parece que ha pasado un huracán. De la pequeña pudimos coger algunos pañales y poco más; la mayor no tiene ni ropa ni los libros de la escuela. Hay que lavar todo, limpiar mucho, pintar", se lamentaba Calviño. Según les dijo el perito de la comunidad de vecinos que visitó el bloque en la tarde de ayer, "deberemos esperar como mínimo tres semanas antes de poder volver. Es decepcionante que, después de estar pagando un seguro, cuando lo necesites se laven las manos, se pasen la pelota unos a otros y no te den una solución clara. Ahora, ¿a dónde voy?", apuntó, triste, del Rosario.

La familia de Osuna pudo salir a tiempo de su vivienda: "Regresamos a casa y estaba todo bajo el agua. En la habitación más afectada, los muebles, las camas, los juguetes, la ropa... todo está mojado; la casa está llena de montones de tierra y el techo escurre agua negra". Ellos han tenido peor suerte: "Nos han dicho que el piso está habitable, que lo limpiemos nosotros; no sé si reír o llorar", lamentó Robby Neira.