Pamplona. El bioquímico y escritor catalán, después de recorrer medio mundo para conocer los entresijos científicos de la práctica sexual y todo lo que la rodea, reconoce que a pesar de los tabúes, los investigadores estatales se encuentran más que cualificados para abordar el tema, incluso mejor que en Estados Unidos, donde solo se estudia cuando urge resolver problemas.
Escribir un libro sobre sexo siempre es controvertido, ya que se suele pensar que es algo frívolo. ¿Cómo puede deshacerse de esa imagen?
En mi primer contacto con la ciencia del sexo también pensé que era algo frívolo cuando conocí a una chica que estaba estimulando el clítoris de las ratas para analizar cómo las hormonas están involucradas en el deseo sexual. Entonces me di cuenta de la importancia que tiene este estudio, ya que hay personas que tienen problemas de deseo o problemas de excitación. La medicina tiene que investigar también la función sexual como investiga también la función renal, la digestiva...
¿Se tiene esa percepción porque el sexo sigue siendo un tabú?
El sexo es un tema tabú para toda la sociedad salvo sectores concretos. La ciencia forma parte de la sociedad. Si la sociedad tiene un tabú hacia el sexo, la ciencia también lo tiene. En todas las fases. Hay muchos investigadores que ni se plantearían investigar el sexo porque tendrían miedo a que se les considerara frívolos.
¿Cómo se puede abordar y quitar el miedo?
Yo creo que la ciencia podría hacer mucho bien en eso. Un libro como este, que no es ofensivo, puede servir para dar una visión más natural, biológica y completa quitando lo que sabemos de otros ámbitos no científicos del sexo.
Comenta en el libro que hay gente que no puede disfrutar del sexo. ¿A qué es debido?
Siempre hemos pensado que todo es mental. Cuando alguien no llega al orgasmo, cuando tiene problemas de eyaculación precoz o tiene diferentes preferencias sexuales siempre hemos pensado que es mental, que continua teniendo una gran importancia el aprendizaje, la cultura y la mente, pero muchas veces hay problemas fisiológicos. Cuando una mujer tiene dolor en el placer, en los genitales, no solo es que esté inhibida, puede ser algo muscular. Cuando hay falta de placer o de excitación o anorgasmia puede ser hormonal. La medicina sexual aborda el estudio del sexo desde un aspecto biopsicosociológico: el entorno de la persona, el aspecto psicológico y el biológico.
¿La viagra podría ser un ejemplo claro de aplicación científica al sexo?
Claro que sí, porque la erección, la instrucción que tiene el pene de que entre sangre, en última instancia viene por unas moléculas que hacen que se dilaten los vasos sanguíneos y hacen que entre el flujo sanguíneo. A veces viene del cerebro, a veces de los propios nervios. Han estudiado a gente con lesión medular que no llega del cerebro la orden y si estimulas, tienen erecciones. Siempre hay una señal de romper unas cosas moleculares para que entre más sangre. Si interfieres en esto puedes o inhibirlo o exagerarlo.
¿En el caso de las mujeres hay solución?
Hay dos tipos de problemas que intentan ver cuán relacionados están entre ellos: falta de deseo y problemas de excitación. El primer caso es una mujer que no siente deseo, que funciona bien pero no siente deseo. El otro es lo contrario, que siente deseo y no lubrica, no se le excitan los genitales, no siente placer. Sería una parte más física. En la falta de deseo suele ser más psicológico y a veces suele haber niveles hormonales, porque hay mujeres con muy poca testosterona. En los problemas de excitación intervienen problemas de nervios, falta de estrógeno, falta de lubricación tras la menopausia... En estos casos es más físico.
¿La falta de deseo tiene algo que ver con la asexualidad?
Los asexuales tienen falta de deseo y se dice que podría ser un caso extremo de esa falta de deseo. La diferencia es que en la falta de deseo convencional suele ser periódica, en mujeres que sí que tienen a los 19, no los tienen tanto a los 23 porque están de exámenes, luego sí porque están enamoradas... Es transitorio, pero los asexuales son siempre así, nunca tienen atracción hacia otra persona, nunca dicen a nadie "ah, está bien". No sienten tampoco deseo sexual de manera interna, nunca están cachondos. Pueden vivir perfectamente sin sexo y están bien.
Entonces, ¿realmente hay personas asexuales?
Claro que hay gente. A niveles hormonales, tienen el mismo. Así como hay bisexuales, heteros, con otras preferencias... Habría gente que no tiene preferencias. Ellos quieren ser una cuarta orientación sexual y piden a la ciencia que les investiguen para que encuentren una diferencia y diga que es así, quieren ser una cuarta. De la misma manera que hay heteros, homos, bis... y también a. Se está estudiando con encuestas y datos, pero puede haber un 1% de la población, aunque es un poco exagerado, dependiendo de la definición que tengas. Yo he entrevistado a cuatro asexuales que cuentan su experiencia en el libro.
Esta sería la cuarta orientación, pero la tercera, la bisexual, tampoco está bien vista en la sociedad.
Es curioso, sí, pero es la más normal. En la naturaleza hay muchos animales bisexuales. Cuando decimos que los hay homosexuales no es del todo cierto, tienen sexo homo pero también bisexual. La bisexualidad es algo muy normal. El concepto es que no hay departamentos estancos y todo es una escala de grises. Lo que ocurre es que en nuestro desarrollo vamos reforzando unas cosas. Si de pequeño te sientes más homo o bisexual o hetero y vas teniendo relaciones con chicas se va reforzando, y homosexual lo mismo. La bisexualidad no es nada extraño desde el punto de vista psicológico y sexual.
¿Qué tipos de prácticas sexuales existen?
En el libro he empezado con una parte científica, más biológica, fisiológica, neurocientífica, psicológica, evolucionista, sociológica, la parte de la medicina sexual... Y luego interpreto aquellas conductas humanas como el sexo tántrico, sadomasoquismo, los intercambios de pareja... Todo desde la perspectiva científica. El ejemplo de los sadomasoquistas es que lo son a una escala muy light, que se dan cachetes, palmaditas, pero nada extremo, como todos.
¿El sexo tántrico en qué consiste?
El tema científico investiga que con la meditación, el yoga o el sexo tántrico se relajan músculos y ayuda a concentrar sensibilidad en las zonas que deseas. Eso aumenta la sensibilidad genital. Generas un estado de excitación del cuerpo que lo hace más sensible a las caricias. Un ejemplo es la multiorgasmia masculina, separar orgasmo y eyaculación.
¿Qué tipo de prácticas sexuales se pueden encontrar?
Hay una lista más clásica: tantra, fetichismo, sadomasoquismo, intercambios de pareja, poliamor... Dentro del fetichismo hay listas muy amplias, 200 tipos de fetish. Hay a quien le gusta morder, vestirse de payaso para tener sexo... Hay gente que les gustan los globos. Todos somos un poco fetichistas.
¿Para conocer bien el tema hay que investigar o también practicar?
No te digo que lo haya hecho yo, que sí lo he hecho (ríe), pero no puedes investigar este tema solo desde la ciencia. Entender la parte científica de la sexualidad es muy útil, pero para entender el global de la sexualidad necesitas sentirlo por ti mismo.