"La injerencia de la Iglesia fue decisiva en el antirrepublicanismo"
Javier Dronda desentraña en 'Con Cristo o contra Cristo' la cuestión religiosa foral El movimiento contra la II República "justificó la sublevación del 36 como cruzada contra los enemigos de Dios"
pamplona. "La gran influencia de la Iglesia católica, claramente ligada a opciones políticas conservadoras, fue un factor determinante para el éxito de la movilización antirrepublicana en Navarra" y "justificó la sublevación de 1936 como una cruzada contra los enemigos de Dios". El papel que desempeñó la Iglesia Católica, alineada mayoritariamente con las clases dominantes, defensoras del mismo ideario antipluralista y antidemocrático, en la Navarra republicana y en la sublevación franquista es analizada en el libro Con Cristo o contra Cristo, obra del historiador Javier Dronda.
La obra que, según explicó el autor en la presentación, "es una versión adaptada a un libro con formato más divulgativo de la tesis que defendí en 2010 en la UPNA" , acaba de salir a la calle editado por Txalaparta y prologado por el también historiador Emilio Majuelo. La librería Elkar de Pamplona acogió la presentación de este nuevo volumen de la colección Historia, de Txalaparta, que se vende a 21 euros.
Dronda, nacido en Sesma hace 32 años, profesor en el IES de Alsasua y presidente del Instituto de Historia Económica y Social Gerónimo de Uztáriz, desgrana en su libro cómo se vivió en Navarra durante la II República "aquello que se llamó la cuestión religiosa. El conflicto entre partidarios y detractores del proceso de secularización, de la separación entre la Iglesia y el Estado". Arranca el trabajo dibujando el panorama social y cultural de la época. "El papel de las devociones católicas, manifestaciones religiosas; el papel del clero no solo espiritual sino su importancia en el ámbito educativo, su papel de mediación entre las clases sociales, el control del prolífico movimiento católico navarro, el propio movimiento católico... y me centro también en analizar como veía el propio clero el comportamiento religioso de los navarros", explicó.
Un panorama que, en opinión de Jon Jiménez, editor de Txalaparta, es similar al actual, "de ahí el interés de este libro que aunque es histórico refleja que sigue la problemática con la Iglesia". "Seguimos hablando de laicismo en las escuelas, de la influencia que la religión tiene en las cosas públicas", añadió para considerarlo "un tema candente".
Con Cristo o contra Cristo refleja que la cuestión religiosa, el conflicto entre partidarios y detractores del proceso de secularización por el que abogaba la República, "fue una de las polémicas del nuevo régimen e iba a ser inseparable de la conflictividad social provocada por la estructura económica del país", apuntó Dronda quien añadió que la nueva coyuntura democrática obligó a la Iglesia navarra a adaptarse al marco laico en el que, aunque dejaba de recibir la protección estatal, podía seguir siendo muy influyente en Navarra dado que contaba con bases sociales sólidas.
La investigación de Javier Dronda indica que las fuerzas políticas que se opusieron a las reformas republicanas "se caracterizaron desde el principio por su intransigencia respecto al laicismo" y que fue precisamente ese rechazo el que permitió la unión de todas las fuerzas católicas navarras en un heterogéneo frente común, la Coalición Católico-Fuerista, "que venció las elecciones constituyentes de 1931 e impulsó la reivindicación de un estatuto que garantizase la autonomía en política religiosa". Añade el historiador que el fracaso de esa vía estatutaria supuso también la ruptura de esa unidad de acción y con ello que desde entonces el Partido Nacionalista vasco apostara por una autonomía enmarcada en la legislación republicana mientras el resto de fuerzas, agrupadas en el Bloque de Derechas, optaría por una oposición frontal a la República.
Además, los medios informativos católicos (El Diario de Navarra, El Pensamiento Navarro o La Verdad) "fueron difundiendo una imagen de la República como sinónimo de caos y libertinaje, recurriendo incluso a al mito de la conspiración judeo-masónico-comunista que quería acabar con la civilización cristiana, todo un movimiento en el que también jugó un importante papel el carlismo". Porque, señala Dronda "había que estar con Cristo o contra Cristo".
la iglesia represaliada La obra termina explicando cómo esa movilización antirrepublicana alcanzó su clímax en la sangrienta cruzada del 1936. "La Iglesia legitimó la sublevación violenta en un bando y fue brutalmente perseguida en otro". Se refiere también el historiador a las actitudes particulares de los sacerdotes ya que aunque la mayoría "probablemente se inhibió", otros colaboraron hasta ser incluso jefes del Requeté local y otros se atrevieron a oponerse a la represión como Marino Ayerra en Alsasua. Entre estos últimos, Dronda recuerda a los sacerdotes que rechazaron la injerencia excesiva de la Iglesia en el plano publico, como el párroco de Cáseda que sería asesinado, los capuchinos represaliados por sus posturas cercanas al nacionalismo vasco obligados a exiliarse o el obispo de Vitoria, Mateo Múgica.
Emilio Majuelo destacó las aportaciones de Dronda, "un historiador joven pero con experiencia, que ha hecho una tesis en unas condiciones difíciles por mor de lo que es la investigación histórica y las circunstancias laborales". Aseguró que "pertenece a la saga en extinción de investigadores que con vocación y con mucho esfuerzo consiguen hacerlo. No es el único pero no es habitual", dijo al tiempo que afirmó que "la Iglesia le pone, lo que es un estímulo añadido para desentrañar la historia en esta época". Majuelo dijo que aunque se ha escrito mucho sobre la República, "quedan enormes temas por desentrañar. A nadie se le escapa que la Iglesia tuvo mucha influencia pero se obvia el cuándo, el cómo y de qué manera".
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