desde que comenzara la reorganización de las plantillas de los centros de salud navarros un acrónimo aparece con frecuencia en documentos, debates políticos y manifestaciones de profesionales. Ese vocablo es TIS, o lo que es lo mismo Tarjeta Individual Sanitaria. Es la que le sirve a usted para ser atendido en el Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea, pero también la que el sistema emplea para contabilizar cuántos pacientes tiene o debe tener cada unidad básica asistencial, compuesta por un médico y una enfermera, de un centro de salud.

Navarra presenta, a decir de profesionales sanitarios, una singularidad que no comparten otras comunidades autónomas. Estas tarjetas tienen dos formas de contabilizarse en la Comunidad Foral. Existen las TIS reales y las TIS reconvertidas, que son las resultantes de aplicar unas fórmulas correctoras. Según explica Salud, los criterios para este cálculo se basan exclusivamente en cargas de trabajo en función de la edad. "No es lo mismo, en términos de cargas de trabajo, tener una población mayoritaria en un rango de edad superior a los 65 años que tenerla entre los 25 y los 45 años. Lo mismo pasa con los menores de 3 años", precisan fuentes del departamento. En su proceso de reorganización, Salud ha fijado la cifra de TIS en 1.600 reconvertidas.

doble cómputo Esta doble contabilidad de las TIS es cuestionada por parte del colectivo médico al considerar no solo obsoletos los criterios empleados por el departamento sino también una vía para sembrar confusión al recurrir Salud a uno u otro concepto en función de sus intereses. Un ejemplo de ello lo constituye el hecho de que a la Comisión de Personal del SNS-O, para informarle sobre los cambios en la plantilla de Atención Primaria, que conllevan un trasvase de médicos y enfermeras de unos centros a otros en función de cambios poblaciones, se le facilitara un cuadro con las TIS reales (en la parte inferior del gráfico de la derecha), mientras que en la Comisión de Salud celebrada con posterioridad a la reunión con la Comisión de Personal (en la parte superior del gráfico) se le facilitaran los datos de las TIS reconvertidas. La diferencia en número entre unas y otras es notable y hace que los datos se acerquen más o menos a la legalidad -el límite legal son 2.000 pacientes por médico- y que los datos sean más o menos positivos para Salud a la hora de justificar los cambios de médicos y enfermeras. "Esta doble dialéctica favorece al departamento. Cuando le interesa maneja unos datos y cuando le interesa otros y en ese juego gana Salud. Le compensa jugar a esa doble contabilidad", apuntan desde el Sindicato Médico de Navarra (SMN).

Además de por esa confusión -"a río revuelto, ganancia de pescadores", resumen de forma gráfica en el SMN-, los criterios para la reconversión también son cuestionados por considerarse desfasados. El médico Félix Zabalza, uno de los impulsores del Plan de Mejora de Atención Primaria, señala que si la tendencia debe ser mejorar la prevención y los autocuidados, lo que conllevaría una mejora de la situación de los enfermos crónicos y reduciría la frecuentación la consulta, es necesario rebajar la edad de reconversión de tarjetas a 50 años. "A partir de esta edad es cuando hay que invertir tiempo en informar a los pacientes sobre sus enfermedades para evitar problemas en los años siguientes". Esta estrategia tendría efectos positivos también para el sistema sanitario en forma de ahorro, señala Zabalza, quien no obstante, defiende que la contabilidad se lleve a cabo con TIS reales, lo que evitaría manipulaciones.

También el Sindicato Médico, por su parte, recomienda renovar los criterios. "Los pacientes ancianos implican mucho trabajo a domicilio, es verdad, pero el contexto socioeconómico ha provocado cambios en las patologías de la población. El criterio de que los jóvenes no van al médico ya no es real", indican. "Barrios jóvenes que a priori no son patológicos en esta situación de crisis si lo son: el paro, las hipotecas, los hijos pequeños hacen que sus habitantes estén hechos polvo y lo estamos viendo en las consultas. En otras circunstancias, estas personas no presentaban, en general, patologías, pero ahora sí: hay mucha psicopatología con frecuentes visitas al médico", describen. "A priori son jóvenes y, por tanto, sanos, pero se han convertido en pacientes con alta patología porque somatizan esos problemas, que están lindando con las enfermedades de Salud Mental. Tampoco hay que olvidar a los adolescentes y los jóvenes que acaban de terminar los estudios, no encuentran trabajo y desarrollan psicopatología", añaden para reclamar una actualización de los criterios. "Estos son tiempos convulsos que repercuten en diferentes tipos de patologías. Este contexto socioeconómico lleva a psicopatologías a personas que han vivido de una manera y no asumen la nueva que les ha tocado. Que el principal criterio corrector sea que el paciente sea mayor y considerar al joven como no patológico es obsoleto. Los criterios deberían contemplar la realidad, no conceptos de hace diez o veinte años", defienden.

pediatría En esta idea coincide, la Asociación Navarra de Pediatría (Anpe). Recientemente, su responsable Raimon Pelach señalaba en estas páginas una idea similar. "Un cupo de atención pediátrica con 1.000 TIS, de las cuales el 50% fueran mayores de 7 años, hasta hace unos años podía considerarse equilibrado en cuanto a cargas de trabajo y calidad asistencial, pero en estos momentos la mayor necesidad de atención de los pacientes adolescentes aconseja disminuir el número total de pacientes del cupo para garantizar la calidad", exponía. "La evidencia de la situación en Navarra es que, si bien las cifras medias de TIS se encuentran en torno a 1.000, muchos pediatras (más del 40%) tienen cupos con más de 1.000 TIS, y la presión asistencial (medida en TIS ajustadas por rango de edad) es significativamente superior a la media en otros muchos cupos", lamentaba.