pamplona - “Quiso con intensidad y fue querido con intensidad”, apuntaba ayer su hija Raquel, la pequeña de cuatro, quien reconocía el carácter afable y arrollador de su padre, así como la lucidez mental y la inteligencia de la que siempre hizo gala Manuel Lezana Odriozola, Manolo.
Nacido en Pamplona el 4 de marzo de 1936, su título de Ingeniero Técnico Agrícola se le debió quedar corto ya que pronto amplió su formación con las licenciaturas de Derecho y Ciencias Económicas. La carrera profesional de Manolo Lezana es interminable. Tras un periplo en Perú junto a su primera esposa Mª Teresa Pérez (de la que quedó viudo ya en Pamplona),donde dirigió una gran hacienda y en la que nacieron tres de sus cuatro hijas -Ana, Maite y Manuela; Raquel vino al mundo en Pamplona- regresó a la capital navarra donde fijó su residencia definitivamente.
Desde entonces, la mayor parte de su trayectoria profesional estuvo vinculada a la gestión pública desde la Administración foral, donde ingresó en 1967 y -tras un paréntesis en el Ayuntamiento de Pamplona bajo la gestión del equipo tripartito (Javier Chourraut al frente de la alcaldía)- de la que se jubiló en 2003. Ocupó sucesivos puestos de responsabilidad. Así, en los años setenta fue secretario de la Vicepresidencia de la Diputación Foral (Amadeo Marco), director de Coordinación Hospitalaria y asesor de Sanidad. En 1981 fue nombrado director de Coordinación Económica de Administración Local del Gobierno de Navarra y dos años más tarde pasó a ocupar el puesto de asesor del Instituto de Estudio Territoriales.
Dirigió el Servicio de Coordinación Económica del departamento de Administración Local entre los años 1987 y 1995, momento en el que el entonces consejero Javier Del Castillo del Gobierno tripartito (PSN, CDN y EA) le nombró director general del departamento. Suya es la fórmula de reparto a las haciendas locales. Participó activamente en las negociaciones entre el Gobierno de Navarra y el Ayuntamiento de Pamplona para la implantación de la Carta de Capitalidad, nuevo sistema de financiación que quedó ligado al futuro administrativo de la urbanización de Mendillorri. En 1995, como queda dicho, fue nombrado técnico de ordenación presupuestaria del Ayuntamiento de Pamplona, cargo de nueva creación cuyo cometido venía a ser el de gerente de la maquinaria municipal. Tras la llegada de Yolanda Barcina al consistorio pamplonés (1999) fue destituido de dicho puesto y regresó a la Administración Foral hasta su jubilación.
Pero la vida a Manolo Lezana le dio más de sí. Así, destacan sus aportaciones a la Fundación Bartolomé de Carranza (desde su creación en 1979), a la Escuela de Empresariales (1977) como docente o a la planificación sanitaria de Navarra (PASN 1975-79). Su vertiente social no fue menos intensa. Osasunista de pro y asesor del expresidente Javier Miranda, Lezana era el socio 750 del equipo rojillo y son contadas sus ausencias al estadio del Sadar. Su última asistencia, pese a que últimamente se veía obligado a desplazarse en silla de ruedas, se remonta al pasado 29 de noviembre cuando acudió al partido con dos de sus siete nietos -concretamente con Pablo y Mateo, y su yerno Pablo Palacios-. Pero, además, desde su jubilación y mientras el cáncer no se lo impidió fue uno de los habituales a los entrenamientos del equipo en Tajonar donde no se cortaba un pelo a la hora de impartir doctrina y buenos consejos, eso sí, siempre con el carácter afable pero firme y la simpatía que irradiaron su personalidad.
sociable y comprometido Cabe citar su vinculación a la sociedad Gazteluleku, entidad que presidió y desde la que promovió concursos gastronómicos y premios ciudadanos; su afición taurina, su entrega a los Sanfermines, a su familia, a los gratos momentos que dispensa la vida e incluso a la producción del vino (el popular Doña Toda) en su compartida bodega riojana sita en Anguaciana. Sus convicciones democráticas, su compromiso social y su amplitud de miras le llevaron a alinearse con los sectores sociales y culturales más progresistas de Navarra. Desde sus orígenes, Manolo Lezana apostó con un apoyo incondicional por DIARIO DE NOTICIAS, a cuya empresa y Consejo de Administración asesoró y del que ha sido fiel colaborador hasta nuestros días.
El adiós de Manolo Lezana deja un hondo pesar y vacío en su familia pero también en el amplio y variado círculo de amistades que cultivó con afán a lo largo de su vida y que siempre encontraron apoyo en él. Hoy martes a las 10.45 horas tendrá lugar la conducción hasta el crematorio del cementerio de Pamplona y por la tarde, a las 18.30, se celebrará el funeral en la parroquia de San Nicolás.