“Por respeto a una tradición milenaria, para entrar a nuestra logia hace falta ser hombre y creyente”
Óscar de Alfonso viajó a Pamplona para asistir al ritual de consagración de una nueva logia masónica, ceremonia que supuso para él “un motivo de orgullo”
pamplona - Tranquilo y dialogante, Óscar de Alfonso Ortega no rehuye las preguntas acerca de una institución sobre la que recaen bastantes prejuicios. Este abogado valenciano de 47 años y padre de dos hijas es el Gran Maestro de la Gran Logia de España y máximo responsable de esta institución masónica.
¿En qué consiste ser masón?
-Ser masón implica un compromiso contigo mismo, con tus hermanos y con la sociedad en la que vives. Esto significa ser una buena persona 24 horas al día, lo que exige un alto grado de vivencia y compromiso.
¿Dónde realizan las reuniones?
-Las logias no necesitan espacios concretos, porque lo importante son los trabajos masónicos. Lo que se busca solamente en una reunión masónica es que sea un lugar discreto, confidencial y que lo que se haga allí no sea público. Por ejemplo, en la II Guerra Mundial había logias que se reunían en campos de prisioneros.
¿En qué consisten esos trabajos?
-Los trabajos masónicos consisten en el debate de cuestiones en el ámbito filosófico, ético, espiritual y de construcción personal, y no se permite hablar de política ni de religión para preservar la armonía.
¿Hay algún requisito para ser masón?
-Sí, para entrar a nuestra logia hace falta ser hombre y creyente.
¿Por qué?
-Por el respeto a una tradición milenaria, que viene desde la Edad Media, donde solo se admitían a hombres creyentes. Nuestros trabajos los hacemos en nombre del Gran Arquitecto del Universo, que es un concepto masónico que engloba la divinidad, sea cual sea la religión.
Entonces, ¿ninguna mujer puede ser masona?
-Nuestra logia, la Gran Logia de España, es una orden masónica exclusivamente masculina, pero en España hay otras obediencias que siguen otro tipo de tradiciones, tanto mixtas como solo de mujeres, incluso pueden admitir ateos o agnósticos. A veces ocurre que los candidatos no están de acuerdo con estos preceptos, así que les enviamos el contacto de otras obediencias mixtas si quieren iniciarse en la masonería. Si no se siente a gusto esa persona, no somos una secta donde entras y luego no te dejamos salir. Primero decidimos si alguien entra, y luego si esa persona tiene dudas la puerta está abierta.
¿Pero esas otras obediencias también son masonas?
-Sí, hay obediencias de todo tipo, pero solo hay una masonería. Los números dicen que la Gran Logia de España es la hegemónica, con más de 2.500 miembros, mientras que el resto de obediencias masónicas suman todas ellas unas 1.100 personas. También nosotros tenemos la relación internacional con el resto de grandes logias del mundo. La verdad es que cuatro tíos se montan en un taxi y ya forman una gran logia.
¿Y por qué han elegido continuar con esta tradición si la mentalidad actual no es la misma que hace mil años?
-Tenemos una mentalidad ortodoxa dentro de las corrientes de la masonería. Nosotros estamos obligados, y así lo juramos, a no variar una sola coma de esos antiguos usos y costumbres. Si a nivel internacional cambiara la mentalidad y las reglas, yo no tendría ningún inconveniente, pero eso es algo imposible que vaya a ocurrir y no creo que lo vaya a ver en esta vida.
¿Cómo es el proceso de integración en una logia masónica?
-Se tiene que pasar por una serie de rituales iniciáticos. Es lo que nos diferencia de cualquier otra organización, ya que somos la única que inicia a personas. Esta iniciación significa morir simbólicamente de un estado de ignorancia y renacer en un estado de luz. Los integrantes tienen que jurar dos cosas: no revelar jamás la identidad de otro masón salvo que sea un personaje público o ya lo haya reconocido, y nunca revelar lo que se hace dentro de una tenida masónica, ni las ceremonias ni los rituales.
¿Y en qué consisten esos rituales?
-La vida está llena de rituales, como lo puede ser un bautismo, una boda o un juicio. En nuestros rituales se viven unos momentos ceremoniales con un alto contenido simbólico, donde se explica a los candidatos una serie de ideas y principios masónicos que corresponden al cumplimiento de la verdad, el honor y la justicia, y todo eso en un ambiente de fraternidad. En la masonería enseñamos unos instrumentos y métodos, y cada uno se los aplica a sí mismo. Si yo los aplicara sobre alguien, seríamos una secta. Sin embargo, aquí cada uno es el protagonista de su propio desarrollo. Por otro lado, no tenemos una varita mágica que hacemos bueno al malo, porque en la masonería también entra gente indeseable.
¿Tan importante es el simbolismo?
-Nosotros tenemos una serie de principios relacionados con una simbología basada en la arquitectura medieval, debido al origen de los masones en los constructores de las catedrales. Todavía hoy usamos en los rituales entre otras cosas la escuadra, que significa la rectitud de las acciones; el compás, que se refiere a la relación que hay con los hermanos y la sociedad; o la plomada, que significa una persona cabal.
¿Cree que hay muchos prejuicios respecto a la masonería?
-Tenemos todavía muy mala imagen. Debido a esa losa se nos confunde con sociedades ocultas, lobbies o sectas, por lo que desde hace años intentamos hacer una tarea divulgativa. La sociedad no nos va a aceptar hasta que nosotros no nos abramos a ella. Lo principal es normalizar la relación entre la masonería y la sociedad española.
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