donostia - Una vez más los festejos taurinos fueron ayer noticia por la trágica muerte de un hombre, en este caso un errenteriarra de 63 años que responde a las iniciales J.M.R.B. -según confirmó a Efe el médico de la plaza de toros-, y que falleció después de que un novillo le asestara una cornada que le afectó directamente en el corazón durante la celebración del primer encierro del municipio segoviano de Cuéllar, adonde el guipuzcoano solía acudir habitualmente porque tenía familia.
La crónica negra de los encierros de este verano está siendo especialmente sangrienta, ya que con la muerte del errenteriarra son doce personas las que han fallecido en este tipo de festejos taurinos, la peor cifra de los últimos quince años.
La cogida mortal tuvo lugar poco antes de las 9.30 horas, en una zona de campo abierto conocida como el embudo. Recibe ese nombre porque, superado este punto, el ganado, que hasta ese momento ha completado una carrera de 5 kilómetros a través de pinares guiado por un grupo de caballistas, enfila el tramo urbano, de en torno a 1,5 kilómetros.
Fue en este punto donde tuvo lugar la cogida que acabó con la vida de J.M.R.B. Un novillo rezagado de la ganadería gaditana Blázquez y Rein asestó al guipuzcoano una cornada con el pitón izquierdo en el tórax, con tan mala suerte que le alcanzó en el corazón, por lo que cayó fulminado en el acto, según explicó el cirujano de la plaza de toros, Pablo Vázquez, a Europa Press.
J.M.R.B. fue arrastrado unos pocos metros por el novillo hasta que los caballistas lograron atraer la atención de la res. El hombre quedó tendido en el suelo delante de una zona de corrales y fue atendido, en primer lugar, por un grupo de hombres que presenciaba el encierro, que lo sacó en volandas del recorrido, desde donde fue trasladado a la enfermería de la plaza de toros en ambulancia.
No obstante, los sanitarios no pudieron hacer nada por salvar su vida, ya que la cornada fue mortal. Fue la propia mujer del fallecido la que identificó a la víctima, ya que este no portaba documentación alguna.
zona peligrosa La grave cogida tuvo lugar en una zona especialmente “peligrosa”, como recordó ayer el alcalde del municipio, el popular Jesús Carcía. En declaraciones a los periodistas, recalcó que el vallado existente en este punto no es de protección, sino que sirve para encauzar a las reses que llegan desde el campo -salen a las 8.00 horas de unos corrales situados en la ribera del río Cega- hacia el entramado urbano del encierro, cosa que suele suceder en torno a una hora y media después del comienzo de la carrera. Diversos carteles y Protección Civil a través de la megafonía recuerdan que está prohibido permanecer en esta zona, aunque algunos corredores esperan aquí la llegada del ganado para iniciar el recorrido urbano.
el encierro El primero de los cinco encierros que celebra Cuéllar tradicionalmente el último domingo de agosto suele atraer a mucha gente. Concretamente, se calculaba que 50.000 personas asistieron al festejo de ayer que, según los expertos, no estuvo exento de peligro en varios puntos.
La propia salida a las 8.00 horas de los corrales fue “accidentada”, en palabras del alcalde, aunque la posterior conducción del ganado por el campo transcurrió con rapidez.
El primero de los seis novillos que conforman la manada llegó diez minutos antes de los previsto al tramo urbano, y partir de ahí fueron alcanzando este punto sus hermanos de camada de manera escalonada.
El presidente de la Asociación Encierros de Cuéllar, Jesús Salamanca, explicó que la bajada de la zona del embudo, donde ocurrió la cornada mortal, fue “muy rápida y peligrosa”. De hecho, el encierro dejó un segoviano de 58 años herido por contusiones y traumatismo craneoencefálico en la misma zona.
Dos horas después del inicio de la carrera, y con la manada desperdigada, Cuéllar puso fin al primero de los cinco encierros, un festejo taurino declarado de Interés Turístico Nacional en 2008. De hecho, se cree que son los encierros más antiguos, al menos documentados, ya que en un texto de 1215 ya se hace referencia a los “juegos de toros”.
Pese a lo ocurrido, la localidad segoviana va a continuar celebrando los encierros. El alcalde, por su parte, se mostró muy conmocionado y transmitió su pésame y solidaridad a la familia de la víctima.
El errenteriarra J.M.R.B veraneaba todos los años en el municipio, donde se alojaba en casa de unos familiares. Su cuerpo fue trasladado ayer a Segovia, donde le practicarán la correspondiente autopsia.
Su muerte, además, engrosa una lista de fallecidos en los festejos taurinos que no para de aumentar y que ya alcanza la docena de víctimas. Por otro lado, el último guipuzcoano que perdió la vida en un encierro fue un donostiarra que en agosto de 2011 fue empitonado por un novillo escapado en la localidad navarra de Lodosa.
24 de junio. Un hombre fallece tras recibir varias cornadas en la feria de los Sanjuanes (Cáceres)
25 de junio. Muere un varón corneado el día 22 en la celebración del toro embolado en L’Ampolla (Tarragona).
5 de julio. Tras ser corneado en Castellón, un hombre de 43 años pierde la vida.
14 de julio. Un turista francés muere a causa de una cogida en Pedreguer (Alicante).
3 de agosto. Muere un hombre al caer mientras veía en una zona protegida el ‘bous al carreer’ en Gata de Gorgos (Alicante).
9 de agosto. Varón de 42 años, fallece en Toledo al ser corneado mientras grababa el espectáculo.
14 de agosto. Un hombre muere en Museros (Valencia) y otro, corneado el 13, en Blanca (Murcia).
15 de agosto. El concejal de Traspinedo muere en el encierro de Peñafiel (Valladolid) por las heridas causadas por un novillo.
16 de agosto. Un recortador fallece en Lerín (Navarra).
22 de agosto. Hombre de 45 años pierde la vida por una cogida en Borriol (Castellón).