Oviedo - El ingeniero y biofísico Hugh Herr, pionero en el desarrollo de extremidades biónicas y prótesis robóticas, obtuvo ayer el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2016 por su contribución a la integración hombre-máquina y a la mejora de la calidad de vida de millones de personas.
De hecho, nada más hacerse público en Oviedo el fallo del jurado, este investigador estadounidense mostró su confianza en que este galardón contribuya al objetivo de poner fin a la discapacidad gracias a los continuos avances tecnológicos.
Herr recordó que desde que le fueron amputadas las piernas en 1982 ha dedicado su vida “al progreso de la ciencia y la tecnología básica para permitir la reparación biónica de los seres humanos”. “Ojalá este reconocimiento arrojase luz sobre la misión global para acabar con la discapacidad humana en el siglo veintiuno a través de los continuos avances en la biónica”, deseó el galardonado.
Este experto escalador perdió sus piernas a los 17 años en un accidente de montaña y desde entonces ha centrado su vida en el desarrollo de prótesis controladas por microprocesadores que emulan la funcionalidad de rodillas, tobillos o pies, con las que ha podido volver a practicar su deporte favorito, correr y conducir coches sin adaptar.
Para el jurado de esta edición, su candidatura ha sido merecedora del galardón por liderar a nivel mundial el campo de la biónica y haber desarrollado “las primeras prótesis que logran emular la locomoción humana, permitiendo superar discapacidades como la que él mismo tiene”. Licenciado en Física en 1990 por la Universidad de Millersville, Pensilvania (EEUU), en Ingeniería Mecánica por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y doctorado en Biofísica en la Universidad de Harvard, Herr dirige actualmente el Biomechatronic Group en el Media Lab del MIT, donde desarrolló las que han sido calificadas como “las prótesis más sofisticadas del mundo”.
amante de la montaña Herr, nacido el 25 de octubre de 1964 en Lancaster (EEUU), quedó atrapado tres días en una tormenta de nieve en el Monte Washington, en el estado de Nuevo Hampshire. Sufrió la congelación de la parte inferior de las piernas, por lo que le fueron amputadas y le pusieron unas prótesis. Pero a Herr no le parecieron lo suficientemente buenas y se decidió a mejorar su diseño. Así creó dos piernas protésicas con las que pudo volver a la montaña.
Durante su estancia postdoctoral en el MIT, comenzó a trabajar en prótesis y órtesis de pierna tecnológicamente avanzados, dispositivos que lograban emular la funcionalidad de la pierna humana.
Allí conoció a Amador Menéndez, científico asturiano que formó parte del jurado y que ahora es amigo del galardonado. El científico español aseguró que Herr es todo un ejemplo de superación personal. “Es una persona excelente, entusiasta y superpositiva, a quien le gusta decir que no hay discapacitados, sino tecnología discapacitada”, señaló el divulgador científico asturiano, que considera que cada vez serán más accesibles este tipo de prótesis biónicas, cuyo coste actual ronda los 30.000 euros. Herr ha desarrollado múltiples diseños para personas con discapacidad, como la rodilla artificial Rheo Knee y el PowerFoot, primer pie robótico que da a su portador un paso natural. - Efe
Cristina Garmendia “es un símbolo para el desarrollo científico”
La exministra de Ciencia y Tecnología Cristina Garmendia considera a Herr un “símbolo de lo que el desarrollo científico y técnico puede suponer para la vida de las personas”.
Amador Menéndez “es un ejemplo de superación para el ser humano”
El científico Amador Menéndez Velázquez explicó que desde que le amputaron ambas piernas empezó a estudiar medicina y mecánica, a pesar de que era un estudiante mediocre, y creó la disciplina de la biomecatrónica.