Condenado por evadir impuestos con empresas en el extranjero
La Audiencia Nacional impone dos años de cárcel y multa de 882.290 euros a un empresario navarro
pamplona - La Audiencia Nacional ha condenado a un empresario navarro, C.L., a dos años de cárcel como autor de dos delitos de fraude fiscal por evadir impuestos mediante un entramado de empresas ficticias creadas en el extranjero con las que ocultaba su identidad. Asimismo, deberá pagar una multa total de 882.290 euros, el doble de la cantidad defraudada en impuestos en los años 2005 y 2008.
La sentencia, que ha sido dictada por el Juzgado Central de lo Penal nº 1 de la Audiencia Nacional, condena también a los dos asesores del empresario, A.G. y M.C.G., con despachos en Madrid, y es la primera que castiga en España el fraude fiscal denominado sandwich holandés.
En este sentido, la resolución, que es recurrible, sostiene que los dos asesores “idearon y proporcionaron” a C.L. una estructura de sociedades ficticias en el extranjero, todas ellas con capital suyo, que simulaban conceder préstamos a una firma que el empresario navarro tenía en Madrid (Inversiones Argüelles).
Sin embargo, el origen del dinero quedaba difuminado a través de una cadena de empresas: una firma situada en Gibraltar (Tolsey Quay Limited), de la que era propietario el navarro, era a su vez propietaria de una empresa en las Antillas Holandesas (Camingo NV), que a su vez poseía otra en Holanda (Sarpen BV), que era la propietaria nominal de Inversiones Argüelles.
El fallo concluye que desde esta última firma se simulaba la concesión de créditos a la empresa española, de modo que esta última firma pagaba una menor cantidad de impuestos de sociedades, al deducir de sus beneficios los intereses de estos supuestos créditos. En 2005 dejó de pagar 281.337 euros y en 2008 un total de 159.808, cantidades que ahora deberán reintegrar a la Hacienda Pública los tres condenados.
El juez destaca que “no hay en la causa ni un solo documento que acredite la constitución del préstamo ni naturalmente su cancelación y renovación” y añade que “los supuestos préstamos no es que sean simulados, es que son inexistentes. Lo único que existe es un entramado o estructura societaria que permite a una persona, que es el empresario navarro, engañar a la administración tributaria”. - D.N.
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