Diferentes formas de disfrutar del fin de año

Vestirse de gala para recibir de la mejor manera el nuevo año es una tradición bien asentada en la mayoría de comunidades del Estado, aunque en Pamplona y algunos pueblos de Navarra todavía se resiste. Las corbatas y los tacones se cambian por narices de payaso, pelucas y disfraces de todo tipo. Y aunque esta sea la forma más común de despedir el año en esta comunidad, en Navarra se ofertan decenas de planes diferentes para todos los gustos: para el que prefiere la montaña, para la que busca la tranquilidad de una casa rural, para los que quieren alargar la fiesta hasta la comida de Año Nuevo o para los que sí se visten con sus mejores galas para dar, de la forma más elegante posible, la bienvenida al 2017.

Turismo rural

Navarra, la cuarta más deseada

El 88% de los alojamientos están ocupados

Lejos de la fiesta que genera una noche como la de hoy, en la que lo habitual es salir a la calle a celebrar, después de haber tomado las 12 uvas, el fin de un año y el comienzo de otro, en muchas ocasiones las personas buscan lugares en los que refugiarse y despedir el año de manera tranquila, cerca de un pueblo o en plena montaña. Este es el caso de todos aquellos que prefieren los destinos rurales para pasar estos días navideños. En este sentido, Navarra es una de las comunidades autónomas más deseadas para pasar una noche de fin de año diferente, en un alojamiento rural. De hecho, la Comunidad Foral se sitúa en el puesto número cuatro entre los destinos con una mayor tasa de ocupación, con un 88% de las casas rurales ocupadas para esta noche, según los datos recogidos en la página web Toprural (www.toprural.com). Catalunya repite por sexto año consecutivo como líder en este ránking, con un 94% de sus alojamientos rurales ocupados, mientras que la segunda y tercera posición pertenecen a la Comunidad Valenciana (90%) y a Canarias (89%) de ocupación para el fin de año.

La amplia variedad de alojamientos que ofrece Navarra, además, es la excusa perfecta para conocer de cerca algunos de los rituales más tradicionales que se celebran en el norte de la geografía navarra para despedir el año junto a la familia o amigos en torno al olor a leña del fuego del hogar. En la localidad de Urdiain, por ejemplo, todavía se conserva el rito ancestral de la ofrenda del agua nueva, la primera agua del año, con poderes purificadores. Con el Ur goyena, ur barrena (agua de arriba, agua de abajo), a las 00.00 horas los jóvenes recogen agua en la fuente de los Cuatro Caños y, posteriormente, la ofrecen a las autoridades y a los vecinos a cambio de un aguinaldo. En el caso de Bera, son los niños quienes protagonizan en Glin, Glan recorriendo las calles para despedir el año al tiempo que cantan delante de las casas Glin, glan, glin, glan, duenak ez duenari eman (Glin, glan, glin, glan, el que tiene que dé al que no tiene). La cantinela infantil tiene su merecido premio en forma de dulces y golosinas para los más pequeños. Ya al anochecer, llega el turno de jóvenes y mayores que entonan el Dios te salve, unas coplas para despedir el año y desear lo mejor para el nuevo.

cotillones

Cena y fiesta de etiqueta

Los hoteles de Pamplona reciben 2017 con corbata

Es muy común, en prácticamente todo el Estado, vestirse de gala para recibir al nuevo año, pero los pamploneses y residentes en algunos pueblos de Navarra se siguen resistiendo a la corbata y los tacones y optan por la tradición de los disfraces en la calle. Aún así, hay locales que continúan ofreciendo cenas de Nochevieja y cotillones, llenándolos en su mayoría con clientes foráneos. Uno de estos locales es el Hotel Castillo de Gorraiz, que celebra esta fiesta por octavo año consecutivo. Después de una cena exclusiva, el salón de baile se prepara unos bailarines de etiqueta que disfrutarán de sus cóctels y de la mejor música.

Y al igual que esto tendrá lugar en Gorraiz, más hoteles de Pamplona se suman a esta tradición, en la que el cliente habitual suele ser una persona de entre 30 y 55 años que aprovecha estas fiestas para pasar unos días fuera. Otro lugar en el que también se ofrece cena y cotillón es el Hotel Tres Reyes. En otros locales, por otra parte, apuestan principalmente por la cena de Nochevieja y la comida de comienzo del año. Algunos ejemplos se encuentran en el Hotel Puerta del Camino o el Maisonnave.

discotecas

Una fiesta ininterrumpida

Los horarios se alargan y la fiesta no termina hasta la comida del día 1

La Nochevieja es una ocasión especial y, como tal, los bares pueden mantenerse abiertos y con música hasta las 06.00 horas. Aunque serán muchos los que terminen aquí la fiesta, las discotecas de Pamplona y sus alrededores abren sus puertas para esta noche con carteles especiales. En Pamplona, estos establecimientos también cuentan con horarios especiales, ya que pueden permanecer abiertas con música hasta las 08.30 horas y, en algún caso, como en la Sala Tótem, hasta las 12.00 horas del día 1.

Canalla también apuesta por el cotillón, ofreciendo una copa de cava, una recena de madrugada, una bolsa de cotillón y 7 consumiciones por 60 euros. Para aquellos que prefieran no gastarse tanto dinero también venden una entrada normal con una consumición por 15 euros en taquilla y 12 anticipada. En Enter ofrecerán entradas en taquilla por 12 euros con una consumición y por 20 euros con tres. En Ozone también habrá cotillón, aunque más humilde. Se regalará una bolsa con los habituales complementos junto a la entrada con consumición, que también costará 15 euros en taquilla y 12 anticipada. En Zentral, prometen una noche repleta de los éxitos de siempre y con la entrada regalan una consumición. En Tótem tendrán una fiesta por todo lo alto, con horario especial de 01.00 a 12.00 horas en la que habrá fuegos artificiales y confeti. Además, se regalará una bolsa de cotillón a los 500 primeros. Los precios de las entradas serán de 15 euros la anticipada y de 20 en taquilla, con una copa incluida.

nochevieja en la montaña

Refugios a tope de ocupación

Pasar la última noche del año en plena naturaleza, una opción en alza

La Nochevieja no se vive igual en el campo que en la ciudad. Los pueblos tienen sus propias rutinas y costumbres dependiendo también del su tamaño. En los más pequeños la Nochevieja termina con unas copas de champán en la sociedad gastrónomica o en el único bar del lugar mientras los taxis, las discotecas y las calles bullen en la capital o localidades de más habitantes. Sin embargo, cada vez son más las personas que buscan un entorno muy especial para despedir el año: los refugios de montaña. Muchos son montañeros; otros no tanto. Por ello los guardas tienen que buscar un equilibrio entre una noche con licencias de horarios y ruido y la función originaria del refugio. Desde Linza, uno de los albergues con más afluencia de navarros y vecinos de la CAV, corroborán este hecho al tiempo que confirman que están casi al borde del pleno de sus 78 plazas. “El momento más curioso es cuando hacemos las campanadas con cazuelas, aunque luego siempre hay algún amigo que traer alguna guitarra. Incluso hemos contado con Oreka TX y su txalaparta”, comentan.

Fin de año deportivo

Cada vez más común

Terminar 2016 corriendo y empezar 2017 haciendo una cima

El programa de carreras nocturnas (las famosas San Silvestres) para despedir el año ha logrado una respuesta popular sin precedentes con el éxito del running. Una veintena de localidades las celebran aunque la de Lerín y la de Pamplona son las más conocidas. Lo que aún es más incipiente es arrancar el 1 de enero subiendo al monte. En la CAV nos llevan ventaja ya que miles de persona se dan cita en le mítico Gorbea con una botella de cava en la mochila. Aquí nos conformamos con Izaga...