El 27% de las personas han tenido algún problema con sus vecinos, según indica una encuesta encargada a Cíes por la Asociación de Consumidores de Navarra Irache, que ha atendido en lo que va de año más de 1.600 consultas y reclamaciones por este tipo de cuestiones.

El 42% de los problemas tiene que ver con temas de convivencia, especialmente por ruido. Al respecto, la asociación indica que "estos casos no son sencillos de resolver" ya que "para establecer que el ruido sobrepasa los límites permitidos, deberá hacerse una medición de decibelios". Otros vecinos optan por exponer el asunto en la junta de propietarios y, si así se aprueba, requerir fehacientemente al vecino "molesto" que cese en sus actividades. Si no es así, algunas comunidades incluso llegan a reclamarlo por vía judicial.

Aunque el mayor número de conflictos vienen por los ruidos, también hay quejas por la suciedad de algunos vecinos en las estancias comunes, como el portal o el ascensor, o por la existencia de animales, sobre todo perros, en el vecindario, ya sea por el uso de zonas comunes como el jardín, la higiene de los animales o por sus ladridos.

Obras, accesibilidad, cerramientos...

Otra fuente de conflictos son los problemas por desperfectos o arreglos en la comunidad -25%-. El problema en estos casos es que estos trabajos tienen unos costes que en muchos casos no se cubre con la cuota general de la comunidad, por lo que supondría afrontar una demora, "algo a lo que algunos vecinos están dispuestos y otros no". En estos casos, la situación varía si el deterioro afecta a la habitabilidad del edificio o no. Si no es así, tendrían que aprobar el trabajo tres quintas partes de los vecinos. Además, si el coste superare tres cuotas mensuales ordinarias, los vecinos podrían negarse a pagarlo.

Si el desperfecto afecta a la "conservación, habitabilidad, seguridad y accesibilidad" del edificio, todos los vecinos están obligados a participar en la reparación.

Un 14% de los problemas vecinales tiene que ver con las obras de eficiencia energética, trabajos que "tienen un coste considerable" y los consumidores quieren saber qué mayorías se necesitan para llevarlas a cabo, si están obligados a pagarlas o si pueden negarse. También quieren informarse sobre ayudas públicas a estas obras y la forma de pedirlas.

Un 9% de los problemas entre vecinos tiene que ver con obras de accesibilidad como instalar un ascensor, bajar la cota, eliminar escaleras o instalar algún otro dispositivo mecánico para facilitar la movilidad y el acceso de los vecinos. Muchos quieren saber si la obra es obligatoria y todos tienen que pagar o si hay que plantear y votarla en una junta de vecinos.

Si lo solicita un residente mayor de setenta años o con discapacidad, todos los vecinos tendrán que pagar las obras de accesibilidad siempre que el coste anual no exceda de doce mensualidades de gastos comunes. También es obligatorio realizar estas obras cuando las ayudas públicas a las que la comunidad pueda tener acceso alcancen el 75% del importe de las mismas.

Otro 9% de conflictos vecinales tiene que ver con cerramientos de las terrazas, la instalación de aparatos de aire acondicionado, toldos u otros elementos en las fachadas. Muchas personas quieren saber si pueden hacer cualquiera de estos cambios a su gusto o si deben preguntar a los otros vecinos. En general, para el cerramiento de terrazas o la modificación de las cosas comunes se requiere la aprobación de tres quintas partes de los propietarios.

También han acudido vecinos que quieren saber si los propietarios de garajes o de trasteros están obligados a pagar de la misma manera que otros propietarios el mantenimiento del ascensor, la reforma de la envolvente, la reforma del portal o incluso si tienen la obligación de ejercer en el turno de presidencia de la comunidad.

Irache recomienda tratar de "llegar a acuerdos razonables que posibiliten la convivencia de todos, antes que tener que adoptar medidas más drásticas".