- Internamente se hizo un trabajo de análisis y las impresiones fueron favorables, pero conscientes de que hay que seguir mejorando. Es adecuado que se haga una valoración posterior a un incendio de estas características, lo que me sigue sorprendiendo es que, sin esperar a que se den por finalizados los trabajos de extinción, la valoración critica se inicie casi desde el minuto cero. Se pueden hacer interpretaciones, pero no se pueden obviar las condiciones de ese día, las circunstancias en las que se inicia el incendio y la capacidad y los recursos de los que se dispone. También hay que entender que este tipo de incendios van a seguir produciéndose, lo hemos visto este verano en zonas con organizaciones tan potentes como Francia o los Estados Unidos. Son incendios que se dan en situaciones extraordinarias y tenemos que convivir con la posibilidad de que se vuelvan a producir. Lógicamente también observamos aspectos a mejorar que ya se han abordado a nivel de organización de la estructura de guardia, fundamentalmente, pero también en otros aspectos. En aquella experiencia, por ejemplo, se vio que es muy importante contemplar con mayor peso el factor meteorológico como un elemento a tener en cuenta a la hora de medir la respuesta que tenemos que dar.
En aquel momento hubo voces críticas que aludían a que se llamó tarde a la Unidad Militar de Emergencias (UME), ¿qué opina al respecto?
-Este es uno de esos aspectos que se cuestionaron casi desde el primer momento. Hubo oportunidad de hacer una comparativa y los valores de movilización y tiempo de respuesta de la UME fueron equiparables a otras intervenciones, creo francamente que fue una decisión adecuada en tiempo y forma.
¿Cuál considera que fue el momento más complicado en esta intervención?
-Fueron varios. En un incendio de estas características los medios aéreos son determinantes y uno de estos momentos críticos fue la primera noche, porque a partir del ocaso dejan de estar operativos, pero también fueron muy complicados los primeros momentos, en los que el incendio se desarrolló próximo al casco urbano de Pueyo y a viviendas. A esto hay que sumarle que había una trama de vías de tren, autovía y carreteras secundarias que complicaban el movimiento de los primeros recursos que llegaron, reduciendo su capacidad de respuesta y facilitando que aquel conato se convirtiera en un incendio de más de 3.500 hectáreas. También fueron complicados momentos en los que veíamos cómo el fuego superaba determinadas barreras naturales o puntos donde creíamos que podíamos anclar el incendio.
Entiendo que en estos momentos se prima que las llamas no alcancen a zonas habitadas, ¿no?
-Siempre se prioriza la seguridad de las personas, los edificios y espacios naturales de gran valor, en ese orden. Es cierto que, sin olvidar que se quemó una superficie de vegetación importante, la valoración en este aspecto es muy positiva porque no hubo afección a personas y los daños materiales de edificaciones infraestructuras fueron muy reducidos.
¿En qué medida es importante la labor de los agricultores?
-Siempre en los balances de los grandes incendios hay que hacer un hueco de reconocimiento a la labor que hacen los agricultores, que con sus tractores generan lo que llamamos espacios de oportunidad, espacios donde la ausencia de material combustible consigue que la propagación del fuego se detenga. En este incendio en concreto hubo mucha disposición para colaborar en esas tareas y en gran parte se pudo facilitar, gestionar y organizar, aunque este es otro de los aspectos en los que se puede mejorar. El perímetro al final del incendio superó los 35 kilómetros y esta dispersión hizo que fuese complicado organizar a todos los que querían colaborar.
¿Cómo se ataca un fuego cuando alcanza unas dimensiones que ya os superan?
-En estos casos no se hace un ataque directo, sino que se van creando estos espacios de oportunidad. Se busca que el incendio no se pueda propagar alejado del frente, aquí hay posibilidad de atacarlo directamente. En el caso del incendio de Tafalla, en la primera hora el frente, sobre todo el izquierdo, tenía una longitud y una velocidad de avance que no nos permitía hacer un ataque directo desde tierra y los medios aéreos, que sí lo podían hacer, veían también complicada su labor por las condiciones de la columna de humo, la ausencia de visibilidad e incluso por la presencia de torres eólicas.
En esos momentos supongo que la recomendación que se da a la ciudadanía es que siga en todo momento las indicaciones tanto vuestras como de los medios de seguridad, ¿no?
-En un incendio los curiosos pueden correr mucho riesgo y los cuerpos de seguridad son determinantes a la hora de evitar el acceso de quien no está interviniendo y solo quiere acercarse como espectador. En este sentido la disposición de los vecinos en el incendio de hace un años fue muy positiva. También es muy importante su trabajo evitando el acceso a vías que, aunque en un primer momento puede parecer que son seguras, más adelante pueden poner en riesgo a quien circule por ellas.
¿Hay mucha diferencia a la hora de funcionar entre la Unidad Militar de Emergencias (UME) y el cuerpo de bomberos?
-Los servicios de bomberos nos desplegamos de una manera más ágil porque estamos acostumbrados a trabajar en grupos más reducidos, de uno ó dos vehículos, con mayor número de tareas o zonas para operar, mientras que la UME se despliega en conjuntos de vehículos mayores de manera que, aunque puedan ocuparse de menos zonas, su capacidad de extinción es más potente. Es una cuestión de sistemas distintos de organización.
¿En qué situación se encuentra Navarra en cuanto al riesgo de incendios?
-Nos encontramos en uno de los niveles de alerta más altos que hemos tenido durante este verano y hay previsión de que se pueda complicar más en los próximos días por la ausencia de precipitaciones y las altas temperaturas. El viento es un factor muy importante si se produce un incendio, determina mucho la dificultad y, en un momento dado, la imposibilidad de extinguirlo, pero es más coyuntural.
Este año no hemos tenido ningún incendio de grandes dimensiones, ¿se debe a que las condiciones están siendo mejores?
-Son parecidas a las del año pasado por las altas temperaturas, pero sobre todo porque ha llovido menos de lo que es habitual en este periodo. Esto hace que la vegetación esté más seca y que cualquier circunstancia sea favorable para originar un incendio. Si el combustible está seco arde más fácil y la propagación es más rápida. Este verano ha habido incendios que nos han obligado a mantener retenes durante la noche, pero los hemos podido estabilizar con rapidez.
¿Cuando se dan estas circunstancias de especial riesgo se refuerza aún más el cuerpo de bomberos?
-El dispositivo de medios humanos y medios aéreos es el mismo que hay una vez que se implanta la campaña de verano. En estos días de especial alerta los medios no aumentamos la plantilla de guardia pero tanto los que trabajan como los que libran saben que pueden ser necesarios fuera de su jornada de trabajo. Durante el periodo de verano la red de parques de bomberos se refuerza con bomberos de campaña, fundamentalmente en los parques de la Zona Media, Ribera y en el parque central de Cordovilla, y se abre la Base de la Brigada helitransportada de Miluce. Ese mismo refuerzo de campaña se da en invierno en los parques de la zona norte, en Burguete y Oronoz. Además, este verano se han incorporado 30 bomberos a la parte estructural, independiente de los bomberos de campaña, y estamos en un proceso de selección de una nueva promoción de 15 bomberos que esperamos que se incorporen en el verano siguiente. Han sido una promoción con mucha implicación en su periodo de formación y los medios que se han puesto por parte de la escuela han sido importantes, por lo que estamos satisfechos.
Los alcaldes de algunos de los pueblos afectados manifiestan su deseo de que se establezca en todas las localidades un protocolo de actuación en estos casos y piden más formación para saber cómo reaccionar, ¿le parece algo necesario?
-Desde la sala de SOS Navarra se contacta con los ayuntamientos de los lugares donde se está produciendo un incendio de estas características. Es cierto que la disposición de los ayuntamientos, incluso los más pequeños, es importante en cuanto a medios humanos o agricultores dispuestos a ayudar. Esta disposición en una situación ordinaria es fácil de gestionar y este verano se ha hecho en los incendios de Añorbe o Gazolaz, pero en una situación extraordinaria como fue este incendio, con un frente tan grande, es difícil conseguir engranar la disposición de todos los ayuntamientos con los medios de extinción. Nos consta que hay ese interés y esa disposición y es algo que intentamos mejorar.