PAMPLONA - Viernes noche y sábado noche. Las Policías de Navarra, que históricamente centraban sus esfuerzos en la vigilancia de la seguridad vial, cada vez lo hacen con mayor ahínco en la zonas de ocio nocturno. La Policía Foral, la Policía Nacional y la Policía Municipal de Pamplona, cada una en su ámbito competencial, extreman cada fin de semana el control de discotecas, salas de fiestas y locales de hostelería para prevenir peleas y agresiones, e intervenir en aquellos casos en los que estas son inevitables. Solo la Policía Municipal atiende cada mes 30 requerimientos por trifulcas que, la mayoría de las veces, se saldan sin heridos de gravedad, pero siempre con una denuncia, al menos administrativa, sino penal.

Los responsables y operativos policiales encargados de la prevención coinciden: el alcohol y otras sustancias estupefacientes confluyen en la práctica totalidad de altercados que conocen cada fin de semana, que en Pamplona ya no se limita al viernes y al sábado, sino que se extiende al jueves por la celebración del llamado juevintxo. “Las drogas y el alcohol tienen una incidencia directísima con las pelas. Es muy raro que nos llamen de un local a primera hora o que nos encontremos a una persona serena implicada en una agresión. Normalmente los incidentes se producen a la hora del cierre”, confirma Richard Aldave, subinspector jefe del Grupo 5 de Seguridad Ciudadana de la Policía Foral, que despliega unidades uniformadas en los principales puntos negros del ocio nocturno de la comunidad todos los fines de semana.

Manu Iribarren, subinspector del Grupo de Prevención de la Brigada de Proximidad de Policía Municipal, confirma que la tendencia del trabajo policial es “ser proactivos más que reactivos, es decir, hacer patrullajes en las zonas delicadas, como pueden ser San Nicolás, o discotecas de San Juan o la Milagrosa, de tal modo que podemos actuar antes de que se produzcan las peleas”. En ese sentido indica que todos los jueves, viernes y sábados por la noche una de las patrullas se encarga de controlar la zona del Casco Viejo, patrullando en coche y también a pie, “dado el aumento de afluencia que hemos detectado en los últimos meses”.

‘stop peleas’ Iribarren, “sin querer criminalizar ninguna zona ni local”, aclara que “las peleas se suelen producir donde hay aglomeración de personas y actualmente estas últimas se registran en el Casco Viejo, en zonas como San Nicolás, San Gregorio, Calderería y bajada de Labrit, y en la plaza del Castillo; en San Juan, en el entorno del Monasterio de la Oliva y la avenida de Bayona; y en la Milagrosa, principalmente en la calle Río Alzania”. Y destaca como puntos especialmente delicados sendas discotecas ubicadas en los dos barrios mencionados, a las que la Policía Municipal de Pamplona presta especial atención siguiendo el plan Stop peleas, que se complementa con otros de civismo y descanso vecinal en pos de la mejor convivencia posible. “En los horarios de entrada y salidas de las discotecas, que es cuando se producen las aglomeraciones, siempre intentamos estar en una o dos de ellas cada fin de semana para que la gente nos observe y pueda acudir a nosotros si hay algún problema”, señala Iribarren, que enumera una media de 30 requerimientos por peleas atendidos al mes, aunque “solo un pequeño porcentaje al año se salda con lesiones graves. Por eso hay que subrayar que Pamplona es una ciudad segura, en la que se puede salir por la noche a disfrutar”.

El jefe de la Brigada de Seguridad Ciudadana de la Policía Nacional, el inspector Alfonso Corujo, refrenda esa afirmación y el diagnóstico de la situación del ocio nocturno en Pamplona. “Es una ciudad tranquila, pero actualmente hay dos focos de problemas, como son locales de la Milagrosa y San Juan, en cuyo entorno se han producido altercados graves y de los que estamos pendientes. En ellos realizamos vigilancias en patrullas y también destinamos agentes de paisano”. Alude, asimismo, a “la zona situada entre Burlada y Villava”, por la cercanía de la discoteca ubicada en el polígono Landazabal.

Esta sala es una de las zonas calientes que la Policía Foral vigila con especial celo, ya que prácticamente todos los fines de semana se produce algún incidente en el exterior. “El personal de seguridad hace un trabajo buenísimo. Son porteros profesionales y nos ayudan mucho en nuestra labor”, destaca el mando de la Policía Foral, que hace hincapié en la “proporcionalidad de la intervención” como máxima que seguir. “Cualquier actuación no debe generar un riesgo o peligro mayor que el que estamos intentando evitar. El objetivo siempre es minimizar el incidente, porque si se actúa con desproporción, ese incidente puede subir de intensidad baja a una media o alta, agravándose el conflicto”, explica.

Cuando la pelea ya se ha entablado, “la actuación policial busca separar a los contendientes, impedir que se vean, que es algo que rebaja mucho la tensión, y a partir de ahí estudiamos qué ha pasado. En cualquier caso, siempre denunciamos por la Ley 4/2015 de Seguridad Ciudadana y si hay lesiones, se detiene al autor y se incoan diligencias penales. Es cierto que cada vez es más común que los implicados interpongan denuncias y los casos acaben en el juzgado. Muchas de las veces ambos acaban siendo condenados”.

URDAX, LA ZONA ‘MÁS CALIENTE’ Sin embargo, actualmente la discoteca ubicada en Urdax es considerada “la zona más problemática” de Navarra, afirma Aldave, hasta el punto que la Policía Foral monta controles de acceso a la sala en busca de armas y drogas (en todo 2017 el Cuerpo autonómico tramitó 1.673 denuncias en toda Navarra por estas infracciones administrativas). Sólo el pasado fin de semana fueron detenidos en Urdax dos jóvenes por lesiones y se cursaron denuncias contra cinco personas por portar armas prohibidas. “Tenemos demostrado que el hecho de que nos vean en el exterior previene y siempre es mejor prevenir que intervenir”.

Aldave añade que “el hecho de estar en la puerta acorta a pocos segundos disolver en una pelea, que si durara uno o dos minutos podría saldarse con consecuencias personales muy graves. Lo que intentamos proteger es la integridad de los implicados y de terceras personas que intentan mediar o que puedan ser afectadas de modo accidental, por ejemplo, por el lanzamiento de un botella”.

Los motivos por los que Urdax se ha convertido en el principal foco de incidentes está relacionado con la clientela, según este mando de la Policía Foral. “En esa sala no hay ningún cliente español, son 100% franceses, entre ellos grupos conflictivos que respeten mucho menos el uniforme, ya que mientras que en Villava percibimos que cuando estamos en la puerta es más difícil que haya peleas, en Urdax nuestra presencia no es tan disuasoria. También habría que analizar cómo se trata policialmente la tenencia de armas en Francia, porque es muy habitual encontrar jóvenes con navajas ”, concluye.