PAMPLONa - Una joven de 17 años de nacionalidad ecuatoriana fue condenada ayer, de conformidad entre la Fiscalía, la acusación particular y la defensa, a una medida de 7 años de internamiento cerrado en centro de reforma y 4 años de libertad vigilada por haber asesinado el 19 de noviembre de 2017 en Caparroso a un primo suyo al que asestó 39 cuchilladas, según informó el TSJN. La menor se encuentra internada desde enero en un centro. Según el acuerdo alcanzado en el Juzgado de Menores de Pamplona, la encausada, y sus progenitores como responsables civiles, deberán indemnizar a los padres de la víctima y sus tres hermanos con un total de 200.000 euros. La víctima, Wilman Paul Cabrera, de 26 años, y la inculpada habían mantenido una relación sentimental entre julio y diciembre de 2016, “tras la cual conservaron una situación de amistad y confianza mutua”. Según recoge el escrito de acusación del fiscal aceptado por la menor, esta había planeado desde enero de 2017 matar a su primo.

Durante el fin de semana del 18 y el 19 de noviembre de 2017, la comunidad ecuatoriana de Caparroso organizó la fiesta de la Virgen del Quiche, en la que, entre otros eventos, se instaló una carpa para las celebraciones a las afueras de la localidad. La joven, que según el escrito de acusación de la Fiscalía había decidido acabar con la vida de su primo, acordó verse con él en la carpa. En la madrugada del 19 de noviembre, sobre las 2.54 horas, ella regresó a su casa, donde cogió un cuchillo, una cuerda y útiles para el consumo de marihuana. Los guardó en una mochila.

39 cuchilladas engañado De vuelta a la carpa, la joven no encontró a su primo, por lo que contactó con él telefónicamente. A las 3.53 horas, con el pretexto de consumir un porro y estar en la intimidad, la menor condujo a la víctima a una zona cercana al río Aragón -el paraje Soto del Puente- con el fin de buscar “la soledad y oscuridad” que favoreciera su propósito criminal. Una vez allí, la encausada, “de manera maliciosa”, sedujo a su primo ofreciéndose a mantener relaciones sexuales si él consentía hacerlo “estando atado (con la cuerda que llevaba en la mochila) y con los ojos tapados (con un buf para el cuello)”, circunstancias que aceptó. En esa situación, la joven le asestó 39 cuchilladas, varias de ellas en el cuello y en la cabeza. Posteriormente, arrojó el cadáver, que no presentaba signos de defensa, al río Aragón, en donde desapareció arrastrado por la corriente. En su día declaró en el juzgado que había vuelto a la zona con lejía y unos guantes para limpiar el lugar de los hechos y que, posteriormente, arrojó tanto el cuchillo que utilizó como los guantes. - E. Conde