PAMPLONa - Un vecino de Pamplona de 45 años de edad, Ramón C.P., ha sido condenado por el Juzgado de lo Penal 1 de Pamplona a una multa de 4.800 euros por cinco delitos leves de maltrato animal después de que una yegua muriera en una finca de su propiedad en Etxauri y otros tres equinos y un burro fueran encontrados en estado de desnutrición y con una falta de cuidados y de condiciones higiénico sanitarias evidentes que provocaron que la Administración le retiraran la custodia de los animales. La sentencia, que puede ser recurrida, inhabilita también al acusado con seis meses de prohibición de tenencia de animales. En la causa había otro imputado, de origen magrebí, que se encuentra en rebeldía y no pudo ser juzgado.

Según la resolución, el acusado tenía a su cargo como poseedor el mantenimiento y cuidado de varios equinos en una parcela de su propiedad en Etxauri. Dentro de la misma existe una construcción de 173 metros cuadrados que era la utilizada para albergar a cuatro caballos y un burro. Dicha propiedad no está registrada como explotación ganadera y los cinco equinos que se encontraban en ella habían sido trasladados a la parcela sin ningún tipo de autorización.

El procesado, durante varios años en los que fue objeto de inspección y requerimiento en una ocasión por parte del servicio de ganadería del Gobierno de Navarra, ya fue denunciado en varias ocasiones por los vecinos de fincas colindantes por dejar a los animales sueltos en la parcela sin vallar, incumplió los deberes que tenía como cuidador de los animales -especialmente desde el verano de 2016- ya que no les facilitaba comida ni acceso al agua con regularidad, encontrándose los boxes con la instalación de agua desconectada y obturada por sus propia heces. Tampoco tenía agua en la parcela entre noviembre y marzo, “dado que la regata que la cruza solo tiene agua en primavera y verano, como tampoco les procuraba buenas condiciones higiénico sanitarias, ya que no eran desparasitados ni se les recortaban las pezuñas”. La falta regular de alimentación y agua hizo que los cinco animales presentaran desnutrición en enero de 2017.

De hecho, el 22 de enero de 2017 varios vecinos de Etxauri avisaron a la Policía Foral de que una yegua mestiza se encontraba en el suelo, delante del establo, en un estado que les hizo pensar que estaba agonizando. Realizado un diagnóstico inicial, el veterinario facilitó al acusado el tratamiento para la enfermedad que había valorado, pero dicha medicación no le fue suministrada. El 28 de enero, en ese caso a requerimiento de los guardas forestales, el acusado volvió a avisar a un veterinario para que fuera a sacrificar a la yegua, pero cuando éste llegó el animal ya había muerto, sin que se haya determinado el motivo de su fallecimiento, aunque presentaba desnutrición y falta de asistencia veterinaria.

En este sentido, la resolución recuerda que los veterinarios del servicio de ganadería del Gobierno foral que intervinieron en la explotación como consecuencia de la muerte de la yegua, requirieron al encausado para que mejorara las condiciones de vida de los animales; pese a ello, los equinos continuaron encerrados en los boxes sin acceso a la comida ni al agua, con las cuadras sucias y los bebederos secos y con heces.

INCAUTADOS LOS ANIMALES En una inspección realizada el 10 de febrero 2017, el veterinario del servicio del Ejecutivo constató que los equinos presentaban una grado de desnutrición que ponía en peligro su vida. Debido a ello, el director general de Desarrollo Rural, Agricultura y Ganadería del Gobierno de Navarra dictó una resolución en la que se acordaba la incautación de los cuatro animales y su traslado a una explotación de la asociación Bucéfalo. El Gobierno foral se hizo cargo de los gastos, no determinados, del traslado de los equinos.

La juez advierte que el acusado actuó sin la debida diligencia, habiendo sostenido en el tiempo una conducta de desidia en el cuidado de los animales a su cargo, “que puso a los mismos en una situación de riesgo por el abandono efectivo en el que se encontraban, hasta el punto de que, a excepción del burro que en sí mismo es por naturaleza el animal más resistente de cuantos había en la parcela, presentaban desnutrición, y todos ellos falta de cuidados, de la debida atención veterinaria o actuaciones para su desparasitación”.