tudela - Las 300 personas que participaron ayer en la 32ª Marcha Antipolígono homenajearon a Gladys del Estal en el 40º aniversario de su muerte como consecuencia de los disparos de un guardia civil mientras participaba en una movilización pacífica en Tudela para protestar contra el proyecto nuclear que el Gobierno central tenía pensado para el Soto de Vergara, entre Arguedas y Tudela. “Debemos mucho a Gladys y mantenemos vivo su recuerdo y sus valores. Vino a Tudela a defender un planeta limpio y una sociedad mejor. Llegó llena de vida a una fiesta antinuclear y encontró la muerte con poco más de 20 años en una sentada de protesta junto a la Papelera”, recordó Milagros Rubio, encargada junto a Eduardo Navascués de leer el comunicado de final de la marcha frente a la puerta de la instalación militar. Durante el acto le dedicaron varios poemas de contenido pacifista y ecologista y al finalizar el mismo depositaron varios claveles rojo sobre la foto de Gladys del Estal que se colocó en la pancarta.

Los asistentes a la marcha recorrieron caminando los 5 kilómetros que separan el Centro de Interpretación de Aguilares del Polígono de Tiro, “el único Polígono de Tiro Aéreo en España y el más importante de Europa para la OTAN” que está impidiendo que las Bardenas sean consideradas Parque Nacional. “El Polígono se ubica como un agujero negro dentro de un Parque Natural, en medio de una Reserva Mundial de la Biosfera”, manifestó Rubio, mientras que Navascués explicó que “desde hace algún tiempo se está valorando la necesidad de reconocer a un territorio estepario y se valoró Bardenas, pero inmediatamente se tuvo que abandonar la idea porque en un Parque Nacional no se contempla la actividad militar”.

Este último señaló también que seguirán trabajando para recuperar las Bardenas medioambientalmente y hacer de ellas un territorio referente de paz y convivencia, sin una “herramienta de guerra como el Polígono” que hay que insertarla en el momento presente en el que el gasto militar en el mundo en 2018 fue el más elevado desde el final de la Guerra Fría. “Llevamos décadas exigiendo su desmantelamiento y lo hacemos en estos momentos con mayor ahínco, ya que son mayores los peligros que corremos en las Bardenas y su entorno con un escenario de guerra cada vez más encarnizada que impera en el mundo, y en el que inevitablemente nos implican. Nuestro trabajo debe continuar, esperando a que un día se den las condiciones propicias para lograr, por fin, el desmantelamiento del Polígono”, concluyó Rubio.

Tras la intervención de los miembros de la Asamblea Antipolígono, tomó la palabra un portavoz de la plataforma No a la Guerra, de Ejea y pueblos, para denunciar los peligros que el Polígono suponen también para los pueblos aragoneses colindantes.