Le debió coger tanto gusto a timar a su compañía aseguradora, que no se cortó ni un pelo. El pamplonés de 45 años detenido recientemente por la Policía Municipal de Pamplona por estafar a su seguro dio parte a su seguro en un plazo de dos años siniestros por valor de más de 28.000 euros, para los cuales falsificó documentación de varias empresas mercantiles. El hombre llegó a aportar un informe médico falso en el que indicaba que su hijo sufría conjuntivitis, motivo por el que necesitaba realojarse en un apartamento mientras se desarrollaban los trabajos de barnizado en su vivienda.

Las investigaciones comenzaron en noviembre de 2018 cuando G.E. acudió a la Policía Municipal a denunciar un estrambótico robo con violencia: afirmó que había sido asaltado por dos jóvenes en el garaje comunitario de su domicilio para robarle una bolsa en la que portaba un abrigo valorado en 600 euros, que había de comprar en un centro comercial de Pamplona.

Tras recoger la denuncia, los agentes de la Policía Municipal sospecharon que se trataba de una posible denuncia falsa, constitutiva de un supuesto delito de simulación de delito, por lo que realizaron gestiones que permitieron comprobar que en realidad el abrigo robado había sido devuelto en el centro comercial por el propio denunciante, que a su vez había reclamado a su seguro el pago del importe de la prenda.

DOCUMENTACIÓN FALSA De este modo, los agentes comenzaron a investigar y comprobaron que G.E. había presentado diversas reclamaciones a su compañía aseguradora para cobrar diferentes importes en metálico relacionados con siniestros ocurridos en su hogar, por los cuales recibió diversos pagos gracias a la presentación de documentación falsa. El hombre aportaba presupuestos de trabajos o gastos por alojamientos con papeles que había manipulado y que no respondían a la realidad.

El primer expediente localizado por los agentes se remontó a septiembre de 2016, cuando el detenido notificó un siniestro por importe de 12.729 euros. Los policías municipales comprobaron que al menos dos facturas presentadas a su seguro estaban falsificadas, correspondientes a una limpieza en una tintorería por valor de 100 euros y un alojamiento en un apartamento por 401 euros.

Tan solo seis meses después, el 7 de febrero de 2017, la misma persona notificó a su aseguradora otro siniestro en su vivienda por un importe de 13.629 euros. En este caso, los agentes hallaron en el expediente documentación supuestamente falsificada correspondientes a trabajos de maderas (201 euros), barnizados (2.117 euros), limpieza (242 euros) y alojamiento (1.463 euros).

Solo pasaron seis días, cuando G.E. declaró otro siniestro en su vivienda por importe de 1.478 euros. Nuevamente aportó documentos y presupuestos manipulados por diferentes trabajos que cobró directamente, como barnizados (423 euros) y maderas (323 euros), o alojamiento (323 euros). Los investigadores sospechan que todos estos siniestros usados para cobrar facturas falsas no fueron precisamente fortuitos.