La Unión Europea ultima un plan para la reapertura a partir del 1 de julio de las fronteras exteriores cerradas por la pandemia de la covid-19, aunque de momento solo se permitirá la entrada a ciudadanos extracomunitarios procedentes de un puñado de países. Estas son las claves de la negociación

¿Desde cuándo están cerradas las fronteras de la UE?

La Comisión Europea recomendó el cierre de fronteras el 16 de marzo, como vía para aislar el continente ante la imparable expansión de la covid-19. La decisión, sin precedentes en la historia de la Unión, fue aprobada al día siguiente en una cumbre europea telemática. En cuestión de días, todos los socios restringieron la entrada desde países extracomunitarios, salvo en casos excepcionales y para el regreso de sus propios nacionales o residentes.

¿Cuándo se quieren reabrir?

A partir del 1 de julio, pero de manera muy restrictiva y manteniendo la prohibición de entrada a la inmensa mayoría de los países terceros. De los 172 países a los que se permitía la entrada antes de la pandemia, la UE planea reabrir fronteras por ahora solo a una quincena.

¿Podrán salir los ciudadanos europeos?

La propuesta de la Comisión Europea es que se autorice la entrada y salida de los ciudadanos y residentes europeos con destino a cualquier país, incluso hacia aquellos a cuyos ciudadanos no se permita la entrada en la UE. Pero los Estados de la UE podrán imponer a sus ciudadanos medidas restrictivas, como una cuarentena, cuando regresen de países terceros no considerados seguros.

¿Cada país de la UE puede autorizar la entrada a quien quiera?

En teoría, sí. Pero los socios de la zona Schengen (espacio libre de fronteras) deben coordinar la apertura porque los viajeros procedentes de terceros países también disfrutan de libertad de movimiento una vez que han entrado.

¿Cómo se hará la coordinación?

Con una recomendación del Consejo de la UE que fija los criterios de apertura, el listado de países autorizados y las excepciones aplicables para la entrada de cierto tipo de viajeros.

¿Con qué criterios se evalúa la situación de cada país?

El último borrador de la recomendación establece tres criterios para evaluar la situación epidemiológica de los países terceros: que el número de nuevos casos de covid-19 por cada 100.000 habitantes en 14 días esté por debajo de la media europea a fecha de 15 de junio; que la tendencia de contagios sea estable o decreciente; y la calidad de la respuesta a la pandemia en términos de testeo, vigilancia, rastreo, contención, tratamiento e información.

¿Quién verifica los datos de los países terceros?

Esa es la cuestión más delicada, porque hay dudas sobre la fiabilidad y comparabilidad de los datos. La recomendación señala que se tomarán en cuenta, entre otras fuentes, los índices de IHR (International Health Regulations) de la Organización Mundial de Salud, que dan una idea sobre la capacidad de los sistemas sanitarios, así como la información remitida por las delegaciones de la UE en terceros países.

¿Quién toma la decisión final sobre qué país es seguro?

Se trata de una decisión política en la que los parámetros sanitarios solo son un referente. El listado está siendo elaborado a puerta cerrada por los representantes diplomáticos de los Estados de la UE en Bruselas en base a las propuestas de la Comisión Europea. Tras varias jornadas de intenso regateo se ha optado por comenzar con un listado de países muy reducido qué se revisará cada 15 días en función de la evolución de la pandemia.

¿Qué países figuran en la lista?

De momento, 14: Argelia, Australia, Canadá, Corea del Sur, Georgia, Japón, Marruecos, Montenegro, Nueva Zelanda, Ruanda, Serbia, Tailandia, Túnez y Uruguay. Además, se podría añadir China, si el gigante asiático admitiera abrir de manera recíproca sus fronteras a los ciudadanos europeos, que ahora tienen prohibido entrar.

¿Son los únicos países con un nivel de contagio similar o inferior al europeo?

No. Hay muchos otros, tanto en América (Cuba o Venezuela) como en África (Angola). Pero se ha optado por la opción más restrictiva para propiciar el acuerdo entre los países europeos, dado que algunos de ellos se resisten todavía a abrir las fronteras.

¿Del resto de países del mundo no podrá entrar nadie?

Sí. Como ya ocurre ahora, la UE establecerá excepciones para permitir la entrada desde países que no figuren en la lista de autorizados. Podrán entrar trabajadores del sector sanitario, trabajadores fronterizos (que residen en un país y trabajan en otro), temporeros del sector agrícola, trabajadores del sector de transporte, diplomáticos y empleados de organismos internacionales, pasajeros en tránsito, personas que viajen por un motivo familiar de fuerza mayor, marinos, personas que necesiten protección internacional o por razones humanitarias, personas que cursen estudios en la UE y trabajadores altamente cualificados cuyas tareas no se puedan aplazar o ejecutar desde fuera del territorio comunitario.

¿Se mantendrán cerradas las fronteras incluso con Estados Unidos?

De momento, sí. Estados Unidos es uno de los países más significativos que quedarán fuera de la lista, entre otras cosas, porque no cumple el criterio de reciprocidad, ya que Washington sigue vetando la entrada de europeos. También se quedan fuera Rusia, donde se tramitaron cuatro millones de visados para la zona Schengen en 2019; Turquía, con 900.000 visados el año pasado; y Brasil.

¿Cuándo se aprobará el listado definitivo?

El proceso de negociación está siendo extremadamente polémico y complejo. Los diplomáticos de los 27 países intentaron el pacto el pasado viernes pero no lo lograron. El sábado se repitió el intento tras consultar las capitales, pero varias de ellas ni siquiera respondieron. Croacia, país que preside la UE durante el primer semestre del año, tiene previsto poner en marcha este lunes un procedimiento de aprobación por escrito, que validaría el proyecto de recomendación salvo que surjan nuevas objeciones de los socios. Bruselas confía en que esté en vigor el 1 de julio, para que se pueda iniciar la paulatina reapertura de fronteras exteriores.

¿El listado puede variar a partir del 1 de julio?

Sí. Bruselas espera ir ampliando la nómina de países autorizados. Pero la recomendación también prevé que se puedan volver a cerrar las fronteras a los países de la lista si la situación epidemiológica se deteriorara en alguno de ellos.

¿La recomendación se aplica en toda la UE?

No. En 25 de los 27 socios. Irlanda y Dinamarca tienen libertad para aplicarla o no. También se aplica en cuatro países extracomunitarios, asociados a Schengen: Noruega, Suiza, Islandia y Liechtenstein.

¿Qué pasa con lugares como el Vaticano?

A efectos de esta recomendación, los residentes en Andorra, Mónaco, San Marino y la Santa Sede son considerados como residentes en la UE, por lo que se les aplican las mismas normas que al resto de ciudadanos comunitarios.

¿Es obligatoria la aplicación del listado?

En teoría, sí. Pero se trata solo de una recomendación, el instrumento legal más endeble de la UE. Y Bruselas teme que se produzcan discrepancias. El pacto político apunta a un compromiso por el que no se abrirán fronteras a ningún país que no figure en el listado. Pero los socios podrán optar por mantenerlas cerradas para los países del listado que no consideren seguros. Las dudas apuntan, entre otros, a Ruanda, Serbia o Montenegro.

¿Qué pasaría si un país de la UE abriera fronteras a un país no aceptado por todos?

Poca cosa si es un país que no pertenece a la zona Schengen, como es el caso de Bulgaria, Chipre, Croacia y Rumanía. Pero si un país de la zona Schengen, el resto de socios podría aislarlo, sometiendo a controles fronterizos a los viajeros que salgan de allí.

¿Qué pasará si no hay acuerdo antes del 1 de julio?

Bruselas teme que si no se aprueba la recomendación cada país elaborará su propio listado. Las probables divergencias harían prácticamente imposible retirar los controles fronterizos dentro de la zona Schengen. La reapertura caótica pondría en peligro el futuro de la zona, ya muy resquebrajada por la crisis de refugiados en 2015 y por la escalada de controles fronterizos internos al inicio de la pandemia.