Para Francisco Javier Zabalza la Asociación de Personas Sordas de Navarra (Asorna) ha sido "muy importante" porque "me he podido desarrollar como persona gracias a ella". Este pamplonés de 78 años formó parte de la primera junta directiva de la entidad, cuando ésta echó a andar hace ahora 65 años. "Yo a través de la asociación he podido tener muchos amigos", ha afirmado orgulloso y ha añadido, al respecto, que "hemos estado muy involucrados en toda la vida social de Pamplona", participando "hasta en las Peñas de San Fermín".

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65 años de la Asociación de Personas Sordas de Navarra (Asorna)

Francisco Javier ha explicado que cuando era joven, junto a su amigo José Mari Ibarrola, "solíamos ir a pasear después de la escuela y a veces nos íbamos encontrando a otras personas sordas". Del mismo modo, Juan Olorón, el presidente fundador, "cada vez que veía a algún signante por la calle nos iba llamando y nos invitaba a su casa para que hiciéramos piña entre nosotros. Nos preguntó si queríamos ser socios y contestamos que por supuesto", aunque "éramos jovencísimos". En aquel entonces, ha recordado, "había que poner 10 pesetas y, poco a poco, fuimos todos aportando".

Tras un viaje a Madrid para pedir ayuda a Juan Luis Marroquín, de la Federación de Personas Sordas, buscaron un local propio. "Hablamos con el Gobierno de Navarra y, al final, nos dio uno en la Chantrea", ha rememorado, y ha recalcado que "si hemos llegado a donde estamos es gracias a quienes nos precedieron. Hemos cumplido 65 años, pero nuestro trabajo no termina aquí. No tenemos ninguna intención de jubilarnos".

Asociación intergeneracional

"Sentimos que todos somos capaces"

En la fotografía que ilustra este reportaje Francisco Javier, junto a Elena Legat y César Linares, dicen en lengua de signos 65 aniversario. Para César, de 25 años, el hecho de que personas de distintas edades confluyan en la asociación "es una gran riqueza", aunque "a día de hoy jóvenes estamos pocos, pero veo que este intercambio intergeneracional es muy interesante". En su caso, sobre todo participan "en actividades de ocio" y plantean "salidas, como puede ser a hacer escalada, para interactuar con otros jóvenes" en la misma situación.

Ha sostenido que "gracias a la asociación sentimos que todos somos capaces" y ha reivindicado que "se nos reconozca la accesibilidad". Natural de Honduras, ha explicado que "al venir Asorna -que tiene 192 socios, de los cuales el 90% son personas sordas signantes- me dio la oportunidad de aprender lengua de signos española, lo cual ha sido un gran avance para poder acceder e integrarme en la sociedad navarra". Su principal interés es "continuar mejorando su nivel de lengua de signos y contactar con otros jóvenes".

Por su parte, Elena Legat, de 44 años, ha constatado que "la accesibilidad va mejorando en distintos ámbitos. Cuando yo era más joven brillaba por su ausencia; allá donde quisieras ir no tenías la posibilidad. Ahora tenemos la opción de servicios presenciales o videointérprete" en cuestiones tan importantes como, por ejemplo, las denuncias o solicitudes de atención específica por violencia de género.

No obstante, Elena ha manifestado que su mayor ilusión sería "el reconocimiento de la lengua de signos como lengua oficial de Navarra, con el mismo estatus que el resto de lenguas orales", porque "mejoraría tanto la accesibilidad como la calidad de la lengua de signos".

Celebración en el Condestable

Tras dos duros años de pandemia

En el acto organizado este viernes con motivo de su aniversario, la presidenta de Asorna, Sofía de Esteban, ha reivindicado la necesidad de que se reconozca la lengua de signos "no como una herramienta de accesibilidad", sino como "expresión lingüística y cultural de la comunidad sorda". Y, para ello, ha reclamado que se incluya en una ley foral. Una solicitud que ha compartido la presidenta de la Confederación Estatal de Personas Sordas (CNSE), Concha Díaz, que ha pedido a Navarra que "mire a otras comunidades autónomas", ya que en 9 estatutos "está reflejada la lengua de signos como lengua natural propia".

El evento ha contado con la participación del vicepresidente primero del Gobierno, Javier Remírez, del alcalde de Pamplona, Enrique Maya, además de la presencia de concejales y parlamentarios de distinto signo político. En su discurso, De Esteban ha destacado los 65 años de "esfuerzo, cambios, logros, errores", así como los "dos años de pandemia durísimos, en los que hemos sufrido especialmente las consecuencias de la misma, viendo cómo todo lo que se había conseguido hasta entonces desaparecía de alguna manera, como la desprotección por la desviación de los servicios a atención exclusivamente telefónica". Así, ha enumerado las iniciativas que han puesto en marcha en materia de educación, inserción laboral, mediación y atención a colectivos más vulnerables y ha indicado que su servicio de intérpretes -actualmente con 7 profesionales- cada año bate récords, llegando a registrar 35.607 atenciones en 2021.

15.000 navarros con discapacidad auditiva

La importancia de hacerse socio

Maya ha señalado que Asorna lleva 65 años trabajando "para conseguir la igualdad de oportunidades para las personas sordas, reivindicando vuestro espacio en la sociedad, vuestros derechos, vuestra lengua y vuestra cultura", si bien "queda mucho camino por recorrer". Por su parte, Remírez ha remarcado su contribución "no solo al colectivo de personas sordas, sino también al conjunto de la sociedad navarra", y ha indicado que en el Estado hay más de un millón de personas con discapacidad auditiva, 15.000 de ellas en Navarra. Asimismo, ha expuesto que "en breve" se presentará el plan de accesibilidad 2022, que cuenta con 87 medidas y que dedicará más de 17 millones para mejorar la accesibilidad universal en todos los ámbitos.

Finalmente, Concha Díaz ha incidido en la necesidad de que se les mire "como personas válidas y con igualdad de condiciones". "La legislación avanza, pero muchas veces no se nos ve, se nos limita mucho como personas sordas", ha afirmado. De hecho, como ha apuntado Francisco Javier Zabalza, la asociación les dio "la posibilidad de que se nos vea sin pena, porque a veces despertamos ese tipo de sentimientos. Pues no, hicimos grupo, hicimos fuerza y se nos vio". Por ello, ha destacado la importancia de "ser socio porque si no, te encuentras aislado, no sabes a dónde recurrir. La asociación te brinda ese apoyo, ese respaldo y te identificas con otros que están en la misma situación, con lo cual ese sentimiento de identidad y de comunidad se refuerza".