La reforma de la prueba de acceso a la Universidad que han impulsado Italia, Reino Unido, Francia, Portugal y Grecia demuestra que se pueden evaluar menos materias y de modo más competencial, es decir, con menos memorización y más razonamiento crítico.

El Estado español, donde hoy han comenzado estos exámenes, está trabajando en un nuevo modelo de EBAU con vistas a 2024. Los alumnos que se matriculen en primero de Bachillerato en el curso académico 2022-2023 serán los primeros en enfrentarse a una prueba distinta y adaptada a los nuevos currículos, aprobados hace unos meses.

Este año, la EBAU se va a regir por las mismas reglas de los dos últimos años, por el que se permite a los alumnos disponer de un mayor margen de elección de las preguntas y presentarse con una asignatura suspendida.

El nuevo modelo español tendría que plantearse de manera "más competencias y menos memorística", según plantea el "Cuaderno sobre aprendizaje Competencial en el Estado español: Diagnóstico y Recomendaciones para una Transformación Curricular Exitosa", elaborado por HAZ, Alianza por la Educación, en colaboración con el Centro de Políticas Económicas (EsadeEcPol).

El estudio de HAZ, integrada por fundaciones y empresas del ámbito educativo, elabora una comparativa entre Italia, Reino Unido, Francia, Portugal y Grecia en donde se pueden observar diferencias y tendencias, a partir de las cuales extraer algunas claves a tener en cuenta a la hora de modelar la nueva selectividad en el Estado español.

¿De qué manera se ha abordado la reforma de la selectividad en otros países?

Francia ha sido el último país en llevar a cabo la modificación de su prueba de acceso a la universidad, la BAC. Lo hizo en 2021 y está articulada en 5 pruebas, 4 escritas (lengua y literatura francesa, filosofía y dos materias de especialidad) y una defensa oral de proyecto de especialidad.

En 2019, fue Italia la que reformó su "selectividad", conocida como Maturità. Su prueba consiste ahora en la evaluación de dos asignaturas: Lengua italiana y una asignatura de especialidad.

Además, los alumnos deberán superar una entrevista sobre los contenidos vistos durante el curso.

La prueba de acceso a la universidad en el Reino Unido se centra íntegramente en la especialización. Conocida como "A-Levels" y modificada en 2018, consiste en la evaluación de tres o cuatro asignaturas de especialidad.

Esta misma tendencia existe en países como Portugal y Grecia. En el primer caso, su prueba (ENES) consiste en la evaluación de una asignatura de lengua portuguesa y tres asignaturas de especialidad. La "Panhellenic" es la selectividad griega, en la que se evalúan cuatro asignaturas, todas ellas a elección del alumno.

De este análisis, se arrojan dos conclusiones, según el estudio de HAZ:

.- Es posible evaluar menos asignaturas. Estos países tienen una prueba en la lengua materna del país y posteriormente dos o tres de especialidad en función de los estudios universitarios del alumnado. Reduciendo el número de materias evaluadas se consolida el aprendizaje significativo del alumnado.

.- Es posible una forma de evaluar más competencial. Se pasa de preguntas que requieren una memorización de contenidos a preguntas que invitan a un razonamiento crítico y reflexivo y a la relación entre conceptos dentro de un marco teórico.

Según José Manuel Moreno, colaborador de ESADE EcPol, profesor en la UNED y uno de los autores de este informe: "Los exámenes de este tipo, especialmente los que son a vida o muerte continúan premiando conocimiento y habilidades que estarían totalmente desfasados", por ello una reforma de la EBAU es una de las claves para abordar una transición hacia un modelo de aprendizaje competencial.