Desde primeras horas de la mañana del sábado, las calles de Isaba se llenaron de cine y de recuerdos. Llegar al pueblo roncalés fue sumergirse en una mañana especial. Desde la plaza del Ayuntamiento hasta el cine, el séptimo arte se coló por sus calles, con nada menos que 200 carteles de películas proyectadas en el cine local. Del fondo, llegaba la música de bandas sonoras: El Bueno el Feo y el Malo, La Misión... y cuando sonaba la de Tiburón, se asomaron a la plaza los protagonistas del Día del Cine de Isaba, fiesta que ayer se celebró en torno al que es hoy el último cine del Pirineo navarro. 

La idea original de Iñaki De Miguel Layana, actor y educador, se materializaba fruto de un gran trabajo repartido entre el Ayuntamiento, la Asociación Cultural de Amigos del Cine y los grupos Kurruskla y El Sabaiao, tras formar una comisión organizadora de un día singular que puso de relieve el amor de Isaba por el cine. Amor que viene de lejos alimentado por generaciones “desde hace 80 ó 90 años”, indicaba Iñaki De Miguel, ya que en Isaba, en los años 40, ya se proyectaba cine mudo”. De ello daban fe ayer las personas más mayores del lugar, vinculadas al cine. Estaban llamadas a la celebración junto a las homenajeadas: el director de cine, Montxo Armendáriz y la directora de producción, Puy Oria. El centro de un acto sencillo en el que estuvieron acompañados por: el escritor Bernardo Atxaga, la escritora Asun Garitano, el físico Pedro Miguel Etxenike, el director de la Filmoteca Vasca, Joxean Fernández y de la de Navarra, Alberto Cañada, Ana Herrera, jefa de Sección de Proyectos Estratégicos Audiovisuales y Digitales del Gobierno de Navarra, el alcalde de Isaba, Carlos Anaut y el concejal, Aitor Pérez. 

Reconocimiento a Armendáriz y Puy Oria en Isaba. Javier Bergasa

Público asistente a la jornada festiva en Isaba. Javier Bergasa

Dos palos de pastor 

“Entre el agradecimiento y el Onki Xin, bienvenida a los presentes del concejal de Cultura, Aitor Pérez y del alcalde, Carlos Anaut, Iñaki de Miguel, interpretó una descripción reflejo de su vínculo emocional con el cine de Isaba. “Eran las cinco de la tarde de cualquier domingo de invierno....,” 

Y como niño que fue del vecino pueblo de Uztárroz, revivió al detalle las sensaciones que despertó la gran pantalla en la infancia de los años 60 y 70, cuando ir al cine por 3 pts era todo.

Después, condujo una divertida entrega de sendos palos de pastor, palos de avellano, en un alegato a la identidad y a la esencia “de lo que somos: madera y ganado”, para agradecer a Montxo Armendáriz y a Puy Oria su elección de los pueblos y paisajes del Valle de Roncal como escenarios de sus películas: Secretos del Corazón (1997) y Obaba (2005). Un palo grabado con sus nombres, el perfil de los montes y un lauburu. “Pasáis a ser uno de los nuestros porque vais a tener palo de pastor”, manifestó.

Agarrados con manos firme, director y directora los hicieron sonar antes de expresar, primero Montxo Armendáriz, “la alegría real” de estar allí en el paisaje que les sirvió aquel tiempo para hacer cine, rodeados de amigos y “personas imprescindibles”. “De pequeño yo viví gracias al cine, fue una ventana abierta al mundo que hizo posible conocer otras formas de vivir, de otro modo imposible... Es cultura y educación sentimental” declaró al tiempo que elogió haber mantenido el cine de Isaba, “una labor encomiable”, calificó.

Igualmente agradecida por compartir el día especial Puy Oria valoró “el largo recorrido realizado en 1995 desde aquí hasta Los Ángeles, gracias al pueblo de Roncal y Uztárroz”. Y dejó caer aquello de: “No hay dos sin tres...”, previo a los aplausos y a la foto de recuerdo junto a Iñaki de Miguel, Teresa Aguerre (Amigos del Cine) Ana Rosa Ezquer (Kurruskla) el alcalde, Carlos Anaut. Acto seguido procedieron al corte de cinta de inauguración del día, con las nonagenarias, Raimunda Gayarre y Clara Barace, junto a Kira Canales (las mayores y la más joven de la Asociación Cultural Amigos del Cine). Desde abajo, Belén Pilart, también socia e implicada en su supervivencia y Ana Cecilia Ezquer, del grupo de trabajo del El Sabaiao, Mikel Lahidalga (documental) y Alberto García (exposición) compartían el momento. 

Juntos volvieron a pisar las empedradas calles en el recorrido de la plaza del Ayuntamiento hasta el cine con los jóvenes, niños de Secretos del Corazón, Andoni Erburu e Iñigo Garcés; Julia Torrens, Álvaro Corbillo y Ryan Cameron, de Obaba. y el actor José María Asin. Inevitables los recuerdos, del público repasando imágenes de los carteles, nombres de directores, actores y actrices y títulos de películas, alguna míticas.

 En el camino, brotaron los recuerdos de Raimunda y Clara: “ Nos acordamos del cine mudo, de la sala al lado de la escuela de párvulos, de las películas que hemos ayudado a proyectar. Hemos hecho de todo, también barrer y limpiarlo”, detallaban. Gracias al cine la generación nacida en los primeros años del siglo XX conocieron ciudades, países “la playa, todo un mundo” comentaba Ana Cecilia Ezquer. Sin televisión, el NODO era su noticiero. “Desde Urzainki venían andando y desde Uztárroz, en bicicleta”, añadía. Es también el cine del valle.

Finalizado el homenaje y el recorrido por la exposición, el tercer acto del guión fue el estreno del documental Los sueños de cartón (De Miguel, realización Mikel Lahidalga) que cuenta la historia y muestra cómo Isaba ha sabido darle valor a su cine municipal, desde las cintas en blanco y negro, las de 35 mm, hasta la era digital,

Iñaki De Miguel, convertido en Alfredo, proyeccionista de Cinema Paradiso (G. Tornatore, 1988) llenó la sala de nombres de hombres y mujeres que lo han traído hasta hoy y lanzó un mensaje: “Amad lo que hacéis como han amado el cine los izabarres”.