¿Euskaraldia afronta su tercera edición. ¿Qué valoración hacen de las dos anteriores?

Oskar Zapata: Esta tercera edición va a dar la medida de lo que es Euskaraldia y de lo que va a ser en el futuro. Creo que ha sido un gran éxito llegar hasta aquí. En 2020, con la pandemia, hubo muchas dudas de si íbamos a llegar a la gente y que ésta siguiese dando ese impulso, tomando conciencia y haciendo el ejercicio práctico que les planteamos. Y lo conseguimos. En la primera edición, en todo el territorio del euskera, participaron más de 200.000 personas y en 2020 fueron casi 180.000. De ellos un 12% eran de Navarra. Este año estamos notando mucha ilusión en los comités locales de barrios y pueblos. La gente está con las pilas cargadas y con muchas ganas de que llegue.

Mikel Arregi: El reto que planteó Euskaraldia en su primera edición no era fácil. Suponía cambiar hábitos y eso siempre conlleva un esfuerzo personal. Pero fue un éxito. De la segunda edición subrayaría la puesta en marcha de los arigunes: lugares en los que los euskaldunes saben que les van a entender y se van a poder comunicar en euskera. Los vascoparlantes, sobre todo, aquellos que vivimos en zonas con menor número de hablantes, sufrimos muchas veces estrés lingüísticos. No sabemos si la persona a la que nos dirigimos sabe o no euskera, y a veces nos frustra encontrarnos respuestas negativas. La creación de estos arigunes fue una apuesta importante y creo que pueden servir de modelo para las administraciones. Dar pasos para informar a la ciudadanía sobre los lugares donde se puede expresar en euskera.

El principal objetivo de Euskaraldia es aumentar el uso del euskera cambiando los hábitos lingüísticos de los ciudadanos. Explíquenos cómo se puede participar, los dos roles que existen y qué es un ‘arigune’.

O.Z: Las personas que quieran participar en Euskaraldia pueden adoptar dos roles. Uno es ahobizi. Son personas que sepan hablar euskera mejor o peor deciden tomar la iniciativa de hablar en esta lengua con cualquiera con el que se encuentre. Al menos la primera palabra siempre tiene que ser en euskera. Se trata de tomar una actitud más proactiva. El segundo rol es el de belarriprest, es decir, invitan a las personas a que le hablen en euskera. Puede ser que hablen perfectamente en euskera pero que por sus circunstancias laborales o personales no puede adoptar esa actitud proactiva u otra que no se sienta tan cómoda hablando en euskera pero que quiere que le hables en dicha lengua, y según como se sienta te contesto en euskera o castellano. Se crean conversaciones bilingües, pero son espacios en los que siempre se está hablando en euskera. Y luego están los arigunes: espacios donde amablemente vas a ser atendido o te puedes relacionar en euskera. Cuando empezamos a idear Euskaraldia y lo compartimos con las instituciones vimos necesario que teníamos que implicar a las personas de manera individual sino también conseguir que la participación de todo tipo de entidades. En la segunda edición, en Navarra participaron casi 700 entidades como arigunes y en ellas participaron más de 6.000 personas, a las que habría que sumar los ahobizi y belarriprest que participaron a título individual.

¿Qué implicación ha tenido el Gobierno foral, a través de Euskarabidea, en Euskaraldia?

M.A: Hay tres niveles de implicación. En primer lugar, Euskarabidea tiene como objetivo la colaboración con entidades sociales en proyectos que faciliten el uso social del euskera. De ahí que cuando Topagunea nos presentó el proyecto vimos que encajaba perfectamente en esa línea de actuación. Asimismo creemos que para ser coherentes tenemos que desarrollar políticas activas dentro de la Administración para que se respeten los derechos lingüísticos de la ciudadanía. Por eso estamos desarrollando una planificación para ver en qué puestos se atiende en euskera a la ciudadanía e ir adoptando medidas. El ritmo es lento porque hay que negociar, ver dónde es factible y dónde no... Pero tenemos claro que es incoherente animar a la ciudadanía a utilizar el euskera y que luego la Administración sea un muro donde tenga dificultades para usarlo. La motivación social nos anima a desarrollar políticas, que sabemos que, a día de hoy, están lejos de dar una respuesta equilibrada a esa demanda ciudadana. Y la tercera pata es vía presupuestaria, establecer una financiación adecuada para las entidades que fomentan el uso del euskera. En 2018 ya se firmó un convenio de colaboración que se renueva todos los años. Sabemos que se necesitan más recursos pero la realidad económica es la que es. En definitiva: colaboración con entidades sociales, avanzar en el compromiso de la Administración y dotar de recursos a esos colectivos.

¿Y el papel de Topagunea?

O.Z: Desde el inicio supimos que teníamos que colaborar con el Gobierno de Navarra como con los ayuntamientos. No solo a nivel económico, que la tenemos, sino para conseguir que las administraciones hagan un ejercicio hacia adentro. Creo que Euskaraldia es una herramienta para que se sigan dando pasos en ese sentido. En la parte social nos toca activar a la ciudadanía. Tenemos que acercarnos a la gente y para ello necesitamos medios. Y también visibilizar Euskaraldia, una iniciativa que nos permite mostrar ese ejercicio práctico centrado en el uso del idioma pero que también ayuda a que las actitudes a favor del euskera sean más amables.

¿Cómo pueden participar?

O.Z: Tenemos una página web donde está toda la información. Es muy sencillo. Las personas que ya se inscribieron en las otras ediciones solo tienen que confirmar que quieren seguir en el mismo rol o cambiar. Y quien lo hace por primera vez tiene que apuntarse en la web. 

¿Se han planteado ampliar esta iniciativa y que no se limite a los 15 días? Que las entidades mantengan un distintivo que informe de que allí se puede hablar en euskera...

M.A : Desde luego la idea es que tenga continuidad, sobre todo, los arigunes que no es algo que se haya inventado en Euskaraldia. Creo que Euskaraldia lo que hace es darle una mayor proyección, darle una visibilidad en el momento de más impacto. Hay gente que ha descubierto que en la panadería de su barrio hay personas que hablan euskera. Cuando ya la tienes identificado no necesitas la chapa. Eso ha sido un click. ¿Ponerte una chapa 15 días te compromete a que durante lo 365 días seas proactivo? No Porque es voluntario, es abierto a cambios, a vivencias... Pero es un estímulo.

O.Z: Es importante que esté acotado a 15 días. Es importante que sea algo que la gente se atreva a hacer. Si lo planteas para siempre igual no se atreven. La gente que quiere participar en Euskaraldia tiene que sentirse cómoda. Por eso damos dos roles y ofrecemos lugares dónde hacerlo. Que se sientan bien, protegidos... La gente se atreve a hacer el ejercicio y luego llega la reflexión, y a muchos les ayuda a seguir el día 16, 17... Euskaraldia nace de una primera idea que era 365 días en euskera. El sueño de las entidades que trabajamos en favor del euskera es que sea cómodo y sencillo poder vivir en euskera en la tierra del euskera. Y esta iniciativa ayuda.

En Navarra casi el 30% de los menores de 30 años saben euskera, sin embargo, muchos no tienen costumbre de hablar esta lengua. ¿Qué se puede hacer a nivel institucional para fomentar su uso?

M.A: Desde la iniciativa social hay que seguir impulsando proyectos, buscando nuevos canales, seguir poniendo el foco en aquellos ámbitos en los que tiene importancia en el uso social del euskera. Uno es, sin duda, exigiendo a las Administraciones que sean más proactivas. A éstas les faltan reflejos para anticiparse a ver por dónde vienen los nuevos retos para dar una respuesta adecuada. Tenemos que llegar a dónde está el usuario y potenciar el euskera en el ámbito audiovisual, de redes sociales... Hace 30 años había 5 canales de televisión y ahora la oferta es infinita. Si no se incrementa la oferta en euskera es difícil crear hábitos. 

O.Z: Hay que insistir y seguir creando espacios para el uso del euskera, y seguir creando actitudes positivas hacia su uso. Pero no es sólo trabajo de los movimientos sociales. La clase política, la Administración tiene que prestigiar nuestro trabajo, entenderlo como un bien común que ayuda a que Navarra sea culturalmente más rica, a que haya espacios de convivencia entre las dos comunidades lingüísticas mayoritarias. Todo eso lo tiene que prestigiar la Administración de manera convencida porque ayuda a la convivencia de la ciudadanía. Es imprescindible que oferte más recursos y que se posicione de una manera clara. Esto es bueno, lo vamos a promocionar... Eso es clave porque hace que el poder económico diga tenemos que cambiar la actitud hacia el euskera. Y esto debería estar por encima de luchas partidistas, de formas de entender un estado u otro estado. 

“La motivación social anima a Euskarabidea a desarrollar políticas que están lejos de dar una respuesta equilibrada a esta demanda ciudadana”

Mikel Arregi - Director de Euskarabidea

Quizá se podría empezar por garantizar que todos los escolares estudien euskera como asignatura. El borrador del II Plan del Euskera plantea analizar esta posibilidad aunque no parece que haya una mayoría política 

M.A: En algunas cuestiones toma más peso la discrepancia que la búsqueda de acuerdos y aquello que se podría considerar como positivo, que el sistema educativo adoptase medidas en este sentido, siempre y cuando se acuerden en el Parlamento, no parece posible ya que hay posiciones políticas enrocadas y ciertos temores que condicionan que se puedan dar ciertos pasos. Pero esto no tiene que disuadirnos de buscar otros puntos de acuerdo. ¿Qué el acuerdo no está ahí y está en otro lado? Pues habrá que buscarlo. Hacer que el euskera no sea extraño para la ciudadanía navarra. Lo importante es que no nos neguemos la capacidad de hablarlo. A mi lo que más me sorprende es negarse a hablar. Porque hablemos no quiere decir que se vaya a hacer lo que yo considere que se tiene que hacer. Eso el tiempo y el diálogo lo dirá. 

OZ: La realidad lingüística se cambia tomando decisiones que ayuden a cambiar esa realidad. En los años 80 años se tomaron decisiones políticas que tenían como objetivo que el euskera fuera extraño para una parte de la ciudadanía navarra. Si estableces que en Navarra haya una zona no euskaldun les estás diciendo que el euskera no es suyo. La realidad sociolingüística se puede y se debe cambiar para que la comunidad lingüística euskaldun esté en mejores condiciones. 

“La realidad lingüística se puede y se debe cambiar para que la comunidad lingüística euskaldún esté en mejores condiciones”

Oskar Zapata - Director de Euskaltzaleen Topagunea

M.A : También conviene tener en cuenta que desde 2015 es legal elegir cualquier modelo lingüístico en toda Navarra. A día de hoy en torno a un 30% del alumnado de 3 años opta por el modelo D y el 20% por el modelo A. Esto significa que casi la mitad pudiendo elegir estudiar en euskera o euskera, no lo eligen. No podemos perder de vista ese referente. Desconozco las causas pero igual hay que preguntarse cuáles son los motivos. Seguro que la razón de muchos de los que no eligen los modelo D o A no es por rechazo a la lengua, pero es un dato que debemos tener en cuenta para salir de esos posicionamientos estancos y buscar puntos de acuerdo. 

OZ: Está claro que la realidad es la que es y hay que escuchar lo que piensan de forma diferente para que cada vez sean más los que crean que la mejora del euskera es positivo. Si tuviéramos una Administración que sacara al euskera de la lucha partidista y lo situara como un bien cultural de Navarra estoy convencido de que los números cambiarían. l