Un 23 % de los menores es víctima de peticiones sexuales de adultos a través de internet y un 14 % mantiene alguna interacción con quien le había contactado, según una investigación en la que han participado 1.029 estudiantes de entre 12 y 15 años de 7 comunidades autónomas.

Estas son algunas de las conclusiones de un estudio liderado por el Grupo Ciberpsicología de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), con la colaboración de investigadores de las Universidades del País Vasco, de Deusto y de Barcelona.

Este millar de alumnos, de los que un 57 % son chicas y un 43 % chicos, son de Castilla-La Mancha, Aragón, Castilla y León, Comunidad de Madrid, Comunidad Valenciana, Euskadi y Asturias, a los que se consultó en diciembre de 2017, mayo de 2018 y enero de 2019, ha detallado este lunes UNIR en una nota.

En estos 13 meses, uno de cada cuatro alumnos reportó haber sido contactado con fines sexuales por un adulto a través de internet y uno de cada diez llegó a interaccionar con el mayor de edad, por ejemplo, al compartir alguna foto o vídeo de índole sexual o a través de la webcam, e, incluso, manteniendo encuentros sexuales en persona.

MÁS CASOS DE CHICAS QUE DE CHICOS

Los investigadores consultaron a los menores sobre si habían sido preguntados sobre tener cibersexo con un adulto vía webcam o, en el caso de las interacciones, si habían hablado de sexo con un adulto por internet o enviado fotos o vídeos con contenido sexual propio a adultos, lo que puede implicar una manipulación o chantaje por parte del mayor de edad hacia el menor.

También se les preguntó si habían llegado a conocer en persona al adulto que les había contacto por internet. Respondieron de forma afirmativa un 1,3 % -13 menores- en el primer momento de la consulta; un 2,3 % -23- en el segundo y un 2,6 % -26- en el tercero.

Además, los menores que reportaron haber mantenido un encuentro sexual en persona con el mayor de edad que les interpeló a través de la red fueron un 0,6 % -6- en la primera consulta; un 1,9 % -19- en la segunda y un 1,8 % -18- en la tercera.

La petición sexual más común en las tres oleadas del estudio fue la siguiente: "Un adulto me preguntó sobre contenido sexual explícito a través de internet o el teléfono móvil". Estas son mucho más frecuente en chicas -un 88,9 % en el primer momento, un 85,1 %, en el segundo y un 74,5 % en el tercero- que en chicos -un 11,1, 14,9 y 25,5 %, respectivamente-.

En el caso de las interacciones, hablar de sexo con un adulto por internet fue la más prevalente, también sobre todo entre las menores - un 76, 82,6 y 60,9 % en la primera, segunda y tercera consulta del estudio, respectivamente- que en los alumnos -24, 17,4 y 39,1 %-.

UN 10% DE CASOS NUEVOS

El estudio es uno de los pocos longitudinales, que analiza a los mismos participantes a lo largo de un periodo de tiempo, sobre este asunto y pone de manifiesto la magnitud y gravedad del problema.

Los investigadores han detectado, aproximadamente, un 10 % de casos nuevos, tanto en las solicitaciones como en las interacciones con fines sexuales de mayores de edad hacia menores a través de internet.

También muestran que ser víctima estable de estos tipos de abuso reduce significativamente la calidad de vida en relación con la salud de los menores.

Así, ser víctima en el inicio del estudio se asociaba a una pérdida significativa en su calidad de vida a los 13 meses, una situación que podría llevar aparejadas otras consecuencias psicosociales, como depresión, ansiedad, aumento de la percepción de la propia soledad y una menor satisfacción con la vida.

Los resultados indican que hay una mayor proporción de chicas víctimas estables -63 alumnas frente a 6 alumnos- durante las tres oleadas del estudio y que las víctimas nuevas también son en proporción casi un 40 % más de chicas que de chicos -92 frente a 52-.

En general, hay tres veces más casos de víctimas nuevas -144- que de menores que han dejado de sufrir acoso -46-.

Por su parte, el investigador principal de este grupo de UNIR, Joaquín González Cabrera, ha añadido que "la salvaguarda y protección de la infancia y la adolescencia es tarea de todos".

"Esos datos reclaman, una vez más, la necesidad de formar a las familias para que realicen una mediación parental online activa", ha subrayado, y "a los poderes públicos, que doten de recursos a los centros educativos para abordar esta realidad en el marco de la acción tutorial, con el fin de ayudar a su prevención o detección".