Tras 60 años de andadura, cerramos. Lo veíamos venir desde hace tiempo y hemos hecho todos los esfuerzos que estaban en nuestra mano para evitarlo, pero no ha sido posible”, lamentó con tristeza Ana Berrade Adot, presidenta de la asociación colectivo Alaiz, en representación de su Junta Directiva, en relación al cierre del colectivo debido a la insostenibilidad económica, donde los gastos aumentaban y los ingresos disminuían. 

Desde que se fundó en 1962, el colectivo Alaiz ha trabajado en el ámbito de la educación popular, una educación para el cambio social, y de la animación sociocultural, gracias a los que han promovido procesos socioeducativos dirigidos a mujeres y grupos sociales con especiales necesidades educativas y de integración con un objetivo claro, “la igualdad de oportunidades”, como asegura en un comunicado Berrade. 

Uxue Barkos hace entrega del Premio Berdinna, en 2019, a Maite Pérez Larumbe, presidenta de Alaiz. Unai Beroiz

El colectivo que residía en la avenida de Bayona ha trabajado en temas como la ciudadanía activa, el apoyo a mujeres víctimas de violencia de género, la integración laboral o la salud mental. En 2019, en su segunda edición, recibieron el Premio Berdinna, de manos de Uxue Barkos, por su contribución para alcanzar una sociedad igualitaria. El premio es un reconocimiento público, del Gobierno de Navarra, de la actuación de personas y entidades que se han distinguido por su labor en el campo de la igualdad entre mujeres y hombres en Navarra.

Inicio en plena dictadura

Cuando abrieron sus puertas 60 años atrás, lo hicieron en plena dictadura, trabajando sobre todo con mujeres. Ana María Pérez Sola, del colectivo Alaiz, recuerda cómo “fuimos de los primeros lugares que les habló de educación sexual a las mujeres. Le dimos una promoción a la mujer, un espacio propio, una historia”. En el colectivo crearon un espacio de reunión, conocimiento y aprendizaje en el que se comprometían con el empoderamiento de las mujeres. 

Las primeras mujeres que se acercaron a Alaiz fueron amas de casa de clase obrera que o nunca habían trabajado fuera del hogar o bien habían abandonado el empleo al casarse. El objetivo de Alaiz, como afirmaron en 2019 cuando recibieron el Premio Berdinna, consistió en “un conjunto de programas y acciones dirigidas al acceso a la ciudadanía, una condición que entonces se negaba por ley a las mujeres y que hoy, conseguida formalmente, está lejos de ser vivida por todas y en plenitud y defendida universalmente como un valor irrenunciable de nuestra democracia”. 

Uno de los ejercicios que organizó el colectivo Alaiz, en su local de la avenida de Bayona. Redacción DNN

Un ejemplo de lo innovador que fue en su momento el programa de Alaiz, lo escribió en una nota de agradecimiento una mujer habitual del colectivo. “Yo vine a Alaiz en 1976, en la Rochapea. Era un curso nuevo sobre sexualidad y anticonceptivos. Fue rompedor para la época, algo puntero. Casi todos los maridos le cogieron manía. De repente se abrieron muchos horizontes nuevos”. Gracias al conocimiento que transmitían, pudieron acceder a la realidad. “Las mujeres pudimos salir del pequeño mundo que eran nuestras cosas para abrirnos a la realidad”. 

Avances pioneros 

De esta manera, haciendo un repaso de la labor que han dirigido tantos años, cuestiones como la obtención del graduado escolar, el trabajo por el empoderamiento de la mujer, la educación familiar y sexual, la capitación de minorías étnicas, la educación en igualdad en las escuelas, la atención socioeducativa grupal a mujeres víctimas de violencia y a mujeres en procesos de salud mental, la intervención con mujeres en situación de prostitución o la participación en programas de formación laboral, entre otras cosas, “han llevado nuestro sello y siguen haciéndolo”, sentencia Berrade. 

Con la mujer durante décadas

Otro ejemplo del trabajo que han realizado en el colectivo que les ha llamado la atención últimamente es cómo “empezaron a venir a los centros de ciudadanía activa mujeres que habían estado con nosotras cuando tenían 20 o 30 años en los cursos de educación sexual, y nos contaban todo lo que les había supuesto el colectivo en aquel momento para separarse, para encontrar trabajo, es decir, para ser independientes”, observó Pérez. Por tanto, estas mujeres, ahora jubiladas, acudían de nuevo al centro no solo por todo lo que les había apoyado en su momento décadas atrás, sino porque confiaban ya en ellas para esta nueva etapa en la madurez. 

Integrantes de la asociación posan cuando conocieron que recogerían el Premio Berdinna en 2019. Javier Bergasa

Cierre de Alaiz 

Como destaca Berrade, el cierre no tiene nada que ver con su tarea social, sino que se han visto obligadas a tomar la decisión por “una razón económica tan sencilla como que los ingresos son cada vez más bajos y los gastos cada vez mayores”. En este sentido, el colectivo ha vivido en una nueva realidad en la que el Tercer Sector, principalmente las pequeñas asociaciones, “tenemos cada vez más dificultades para que se valore nuestro papel en la sociedad y se reconozca nuestra contribución”, recalca. Asimismo, Pérez comparte la opinión de su compañera y reconoce que es un tema económico. “Nosotras somos un servicio de proximidad, pero no tenemos ese capital de recursos para mantenernos”, agrega.

Al tratarse de un servicio tan cercano a la ciudadanía, el cierre del colectivo “deja a 350 mujeres desamparadas, sobre todo a mujeres mayores que son vulnerables, porque que son ellas las que menos atención reciben. Nosotras les dábamos un espacio grupal a estas personas, y es por eso que les hemos animado a seguir con esa línea de trabajo a pesar de nuestro cierre”, lamentó Pérez. 

Debido a esto, lo primero que realizaron desde el colectivo fue avisar a la gente que acudía a ellos, “era prioritario que fueran ellas las primeras en enterarse de la situación. Teníamos muy clara nuestra comunicación de cara al cierre”, señaló Pérez. 

El colectivo Alaiz celebra su 50 aniversario, en 2012. Diario de Noticias

Agradecimiento de Alaiz

Ahora bien, a pesar de la tristeza y el dolor de cerrar esta larga etapa y del conocimiento de que muchos de los programas que lleva a cabo el Colectivo cubren espacios que van a quedarse desatendidos, Berrate comenta la “alegría por la misión que hemos desarrollado hasta ahora”. 

“Estamos alegres por la misión que hemos desarrollado en Alaiz hasta ahora”

Ana Berrade Adot - Presidenta del colectivo Alaiz

Así también se siente Pérez respecto al cierre, “agradecimiento a las miles de personas que han estado en el colectivo. Muy agradecidas de la gente que ha confiado en nosotras. Hemos intentado hacer un cierre transparente, digno con todo lo que ha sido nuestra trayectoria”. 

Como relató una mujer en una nota de agradecimiento al colectivo Alaiz, “aquí hemos encontrado profesionales de alto nivel humano y grandes conocimientos, que han sido transmitidos a través de la confianza, cercanía y sentido de grupo que nos han hecho sentir. Es un lugar que pone en contacto a diversidad de personas, y por ello enriquece, a todos los niveles”.  

Año de creación

1962 

Alaiz surgió en 1962, al amparo de movimientos progresistas vinculados a la Iglesia Católica, de los cuales se fue desvinculando hasta ser aconfesional y apolítica. 

Fundadoras

  • María Pilar Sanz Arive. Fundó los Centros de Cultura Popular y Promoción de la Mujer en Navarra. Fue la primera mujer navarra que se formó en Madrid como Animadora Sociocultural (1960). Enfocó su labor a conseguir que las “mujeres de clase obrera” accedieran a la educación y se integrasen plenamente en la sociedad.
  • Amparo Zugasti Andueza. Coordinó el colectivo Alaiz en la década de 1980. Impulsó el programa Masierga de donde salió la primera promoción de Graduadas Escolares. Fue la única mujer navarra que acudió a la Conferencia Mundial de las mujeres de Nairobi (1985), en representación del colectivo Alaiz.
  • Más colaboradoras. Por la asociación han pasado personas como Maite Pérez Larumbe, Toñi Marín Valle., Begoña Arrieta, Pilar Bobes y Elena Urdániz.

Actividades

  • Tipos. A lo largo de su trayectoria, el colectivo Alaiz realizó ejercicios de sensibilización mediante el diseño y elaboración de materiales sobre género; participación social, asociacionismo y género; intervención social socioeducativa.
  • Escuelas Taller Pifes. Entre las múltiples actividades llevadas a cabo por Alaiz, destacan las Escuelas Taller Pifes, que estuvieron dirigidas a jóvenes en programas de formación y empleo, para sensibilizar al alumnado en materia de igualdad de oportunidades para promover reflexiones individuales y colectivas que redundaran en un cuestionamiento de valores y en un cambio de actitudes.
  • Calendario hacia la Igualdad. Otra actividad que dirigían estuvo destinada a la ciudadanía en general y consistía en diseñar y elaborar un calendario anual con fines pedagógicos y carácter reivindicativo en cuestiones de igualdad, que sirva, tanto para sensibilizar a la ciudadanía, como herramienta didáctica para profesionales del ámbito educativo.