Han pasado casi 53 años desde que el colegio Claret Larraona abrió sus puertas en mitad de unas campas de lo que, poco tiempo después, se convertiría en el barrio de Iturrama. Medio siglo acompañando a los cerca de 5.000 alumnos y alumnas que durante estos años han pasado por sus aulas. Un centro que, según asegura su director general Aitor Kamiruaga, “aspira a ser una comunidad integrada por distintos miembros,pero en la que todos participan en la misma acción”. Al igual que el resto de centros educativos, Larraona está viviendo en su piel la preocupante bajada de natalidad que sufre Navarra si bien el director general cree que las familias seguirán confiando en su labor educativa. “Nuestro máximo reto y preocupación es estar actualizados a través de la formación del personal para poder responder a las necesidades de hoy en día. Porque ni la realidad del alumnado es la misma que hace 50 años ni las familias son las mismas”, remarca Kamiruaga.

Inicios: colegio masculino en un Iturrama emergente

El colegio se fundó en 1970 por el cardenal claretiano navarro Arcadio María Larraona. “En unas campas que estaban en lo que entonces eran las afueras de la ciudad se compraron unos terrenos y se construyó el colegio. Se pidió empezar quince días después del inicio del curso escolar 1970-71 para coincidir con la apertura del colegio mayor. Las puertas de ambos edificios se abrieron el 3 de octubre de 1970”, recuerda el director general. El polideportivo se construyó años después.

Alumnos el primer curso 1970-71

Al principio, como ocurría con la mayoría de centros vinculados a congregaciones religiosas, Larraona no era un centro mixto. En su caso era masculino. “Comenzamos con 171 alumnos y 12 profesores. Siempre hemos tenido dos líneas pero hasta el cambio de ley en clase estaban 40 alumnos, incluso 44. Ya en los años 90 la ratio se estableció en 25 en Infantil y Primaria y 30-35 en ESO y Bachillerato”, explica Kamiruga, que recuerda que Larraona se conviertió en colegio mixo en 1984. “El grupo que entró desde el principio era bastante nutrido pero en alguna clase del antiguo BUP entraron chicas y solo estaban dos en clase”, puntualiza.

Este centro pamplonés, que oferta los modelos lingüísticos G (castellano) y A (castellano con asignatura en euskera), completó en 1999 su oferta su oferta de estudios con las enseñanzas postobligatorias de Bachillerato y recientemente, en 2015, abrió un aula de 2 años. Asimismo se incorporó al programa de aprendizaje en inglés (PAI) que ofrece un 40% de las clases en inglés.

En la actualidad, Larraona cuenta con 818 escolares desde Infantil hasta Bachillerato (un tercio son hijos de exalumnos) y una plantilla media de unas 70 personas. “A nosotros no nos gusta diferenciar entre personal docente y no docente. Para nosotros todos son educadores porque todo educamos, el que está en el pasillo, en el aula, en secretaría o en el comedor. Todos compartimos una labor educativa . Todos colaboramos”, asegura el director general. De ahí el lema del aniversario: 50 años acompañando personas.

Estudiantes de EGB en 1970-71

A juicio de Kamiruga, aunque se utiliza, “lo de enseñar tiene una connotación negativa porque se enseña al que no sabe y ¡ni que fueran tontos! Nosotros acompañamos en el proceso de aprendizaje, de maduración y de crecimiento. Aprenden porque tienen capacidad para hacerlo”.

Señas de identidad: Participación de las familias y aprendizaje-servicios

Una de las señas de identidad de este colegio concertado es la importancia que le otorgan a la participación de las familias. “Promovemos actividades para que los padres y madres acudan a las clases de Infantil y Primaria durante el horario lectivo ”, señala el director general. 

En concreto, Larraona organiza una vez al mes talleres y grupos interactivos en los que participan las familias que tienen disponilidad. “A comienzo de curso abrimos la inscripción para que aquellos padres y madres que lo deseen se apunten. Los talleres pueden ser de cocina, teatro, abalorios... mientras que los grupos interactivos es una metodología en la que el profesor prpone una actividad propiamente lectiva, la clase se divide en grupos de trabajo y en cada uno de ellos hay un padre o una madre que ayuda a seguir la dinámica. No explica sino que les ayuda a organizarse, a resolver dudas, a repartir roles...”, explica Kamiruga.

Dos madres en un taller.

Otra de las apuestas de Larraona es el aprendizaje por proyectos. En concreto, este centro tiene amplia experiencia en desarrollar proyectos de aprendizaje-servicio, un método que, como explica Kamiruga, busca unir el aprendizaje con el compromiso social porque el alumnado encuentra sentido a lo que estudia cuando aplican sus conocimientos y habilidades en un servicio a la sociedad”. 

Y es que, desde sus inicios, este colegio ha apostado por impulsar la innovación y la mejora pedagógica. Una labor por la que le fue reconocido con el sello 500+ Excelencia Navarra y el Premio Navarro a la Excelencia en 2012.

Retos: formación para responder a las necesidades del alumnado

Desde que se inauguró, en 1970, Larraona siempre ha tenido dos líneas. Ahora bien, durante muchos años en cada clase había 40 escolares y a partir de los años 90 la ratio se fijó en 25 en Infantil y Primaria y 30-35 en ESO y Bachillerato. “Durante años tuvimos más demanda que oferta e incluso teníamos que sortear, pero en los últimos años se está notando la bajada de la natalidad y no acabamos de llenar las aulas”, reconoce el director general, quien añade que “en 2020 hubo 300 nacimientos menos en Navarra, la mayor bajada”. Sin embargo, Kamiruga no cree que haya posibilidad de perder una línea. “Si nos mantenemos como ahora y seguimos esta tónica mantendremos bien. La ESO la tenemos cubierta y en Bachillerato tenemos 19 nuevas solicitudes”, afirma.

Un grupo de alumnos y alumnas juegan con los gigantes.

Tras agradecer la confianza de las familias, Kamiruga es consciente de que el reto de Larraona “es respondiendo a las necesidades que vayan surgiendo porque la realida va cambiando, el mundo es dinámico”. De ahí la apuesta por fomentar la formación del profesorado. “Tenemos que actualizarnos a la realidad del alumnado que tenemos hoy en día en las clases, que no es el que tuvimos hace 50 años. Ni tampoco lo son las familias ”, zanja. 

El sábado 22 de abril, cita en el colegio. Tres años después de la efemérides, la Asociación de Antiguos Alumnos de Larraona celebra hoy el “50+3 aniversario” con diferentes actividades. Los actos oficiales comenzarán con una misa en la capilla del colegio mayor, a la que asistirán entre otros el que fuera primer director del centro Víctor Guerendiain. A continuación, los asistentes podrán contemplar la exposición fotográfica que recorre la historia del centro y visitar las instalaciones. Tras una foto de familia en las escaleras de la calle Pedro I, a las 14.30 horas está prevista la comida en el comedor. Está previsto que acudan más de 100 personas. Todo apunta a que será una jornada de reencuentros, risas y celebración, “un viaje al pasado, para recordar aquellos años que tanto significaron” aseguran desde la Asociación de Antiguos Alumnos.