La criminalidad creció en el Estado un 7,2 por ciento en el primer trimestre del año, con 588.785 infracciones penales contabilizadas por las fuerzas de seguridad, un alza que alcanzó el 13,5 por ciento en el caso de los homicidios consumados, que se cifraron en 84 frente a 74 del mismo periodo de 2022.

El Ministerio del Interior ha dado cuenta este lunes de los datos de la criminalidad del periodo enero-marzo, que reflejan además un importante aumento de los secuestros, ya que se investigaron 34 frente a los 13 del primer trimestre del pasado, lo que significa un 161,5 por ciento de incremento.

Del total de 588.785 delitos registrados, 480.906, es decir, el 81,7 por ciento, se corresponden con la criminalidad convencional, consideradas aquí todas las formas de delito no cometidos en el espacio ciber y que presenta una variación del 5,8% sobre 2022.

Mientras, la cibercriminalidad con 107.879 infracciones penales, registró un incremento del 13,8 por ciento.

Y en este apartado, las estafas informáticas (96.561 delitos, es decir, el 89,5 % de toda la cibercriminalidad y el 16,4 % de toda la delincuencia registrada de enero a marzo), se incrementaron un 13,7 % sobre el mismo período del año pasado.

Interior hace hincapié en el aumento considerable de las estafas informáticas en los últimos años. Así, mientras que en 2016 los hechos registrados en esta tipología fueron 70.178 (con datos de todas las fuerzas de seguridad), en 2023 se situaron en 336.778.

"Eso implica que, en apenas seis años, las estafas informáticas conocidas en 2022 crecieron un 379,9 % sobre las registradas en 2016", enfatiza el Ministerio.

SIGUEN SUBIENDO LOS DELITOS CONTRA LA LIBERTAD SEXUAL

Por lo que se refiere a los delitos contra la libertad sexual (excluidos los computados de manera "online"), Interior recalca que siguen en aumento, con un alza en el primer trimestre del 16,9 % sobre el mismo periodo del año anterior. Entre este tipo de delitos las violaciones crecieron un 3,8 por ciento.

Según Interior, estas subidas "deben ponerse, en parte, en relación con las activas políticas de concienciación y de reducción de la tolerancia social y personal frente a este tipo de hechos delictivos, lo que se traduce en una mayor disposición de las víctimas a denunciar".

De esta forma, añade, se están reduciendo "los niveles de infradenuncia que han podido y pueden existir en relación con estos tipos penales".

Por su parte, los delitos de tráfico de drogas subieron un 8,5 %; en tanto que los relacionados con los delitos contra el patrimonio (indicadores de robos, hurtos y sustracción de vehículos), que representan el 45,5 % de la criminalidad convencional, aumentaron en conjunto un 10,9 %.