Desde marzo, pero sobre todo en la época estival, 33 estudiantes de la Universidad de Navarra han realizado prácticas en 20 poblaciones de la Comunidad Foral. Esto ha sido posible gracias al proyecto Revitalizar el Patrimonio Rural, resultado del acuerdo entre la UN, el Gobierno de Navarra y la Fundación La Caixa, entidad que financia el programa.

“La iniciativa surge como respuesta a los graves problemas relacionados con la despoblación y pérdida de vitalidad social y económica que sufren amplias zonas del territorio navarro y el objetivo que persigue es revertir (o al menos paliar)los efectos que tiene en el patrimonio natural, cultural y social”, explica Juanjo Pons, profesor de la Facultad de Filosofía y Letras e impulsor del proyecto.

Los estudiantes han realizado prácticas en Abárzuza, Acedo, Arizala (y tierras de Iranzu), Arteta (y valle de Ollo), Berbinzana, Cascante, Dicastillo, Elizondo, Falces, Fitero, Gallipienzo, Irurita, Javier, Lakuntza, Lerín, San Martín de Unx, Sangüesa, Santa Criz de Eslava, Urroz Villa y Villanueva de Arce. Los jóvenes estudian grados como Historia, Periodismo, Relaciones Internacionales, Pedagogía, Magisterio, Biología y Gestión Aplicada. Varios han podido completar más de una práctica en diferentes entidades y empresas. En total, han realizado 40 prácticas.

“Es muy relevante que los jóvenes universitarios (en muchos casos urbanitas) conozcan de primera mano el medio rural y convivan con sus habitantes. Aportan sus conocimientos, su talento y su ilusión ayudando en tareas que diferentes entidades públicas y privadas enraizadas en el territorio han detectado como necesidades para los pueblos. Quién sabe si, a través de esta experiencia ‘inmersiva’, salen futuras oportunidades laborales y vocaciones repobladoras para esos entornos”, comenta Pons.

En su primer verano universitario, Iria Rodríguez Ezpeleta, estudiante de Bioquímica con el Science Business Program, ha realizado prácticas en ICARRA Asociación para la Conservación de Gallipienzo. Esta es una institución creada por sus vecinos en1979 con el fin de preservar la infraestructura y memoria del pueblo y mantener la unidad entre sus habitantes. La familia de Iria es oriunda del pueblo. “Gallipienzo me ha visto crecer y ahora quiero ayudarle a crecer en este momento de despoblación”, afirma.

Por su parte, Javier Munilla Antoñanzas, estudiante de 4º Historia con el Diploma en Arqueología, ha realizado sus prácticas de verano en las parroquias de Lerín y Dicastillo, lugares donde albergan gran patrimonio histórico-artístico y poblaciones estudiadas por anteriores historiadores. Entre otras tareas, se encargó de la organización y promoción de visitas guiadas a las parroquias para dar a conocer y poner en valor el patrimonio que albergan tanto a vecinos como a turistas. “La experiencia me ha permitido conocer y adentrarme en el arte navarro, lo que me resulta muy útil para mi formación”.