El Sindicato de Enfermería en Navarra, Satse, se ha concentrado en Pamplona este viernes, Día Internacional de la Mujer, en contra de "la discriminación y la brecha de género laboral" que a su juicio sufre el colectivo. El sindicato ha reclamado "un cambio estructural que reconozca adecuadamente" su trabajo en el Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea, y que "acabe con la discriminación laboral y profesional que sufren por el hecho de ser un colectivo mayoritariamente femenino".

Desde Satse han criticado "la situación de hartazgo, desmotivación y desilusión" que tienen ante "el desinterés de las administraciones públicas hacia su realidad". Las enfermeras han leído un manifiesto en el que se destaca "la necesidad de que se valore y reconozca su esencial aportación a la sanidad y que su trabajo deje de ser menospreciado e infravalorado". "Estamos hartas de que nuestra formación, cualificación y experiencia profesional no se reconozca", han resaltado.

Las protestas se han centrado en "la discriminación que sufren desde hace años por permanecer en el subgrupo A2". Una clasificación profesional que, a su juicio, "no está acorde con la ordenación actual de los títulos universitarios y el desarrollo competencial experimentado por la profesión en los últimos años y que supone una importante brecha de género laboral y salarial". La clasificación "en un subgrupo inferior al de otras titulaciones del mismo nivel, además de ser claramente discriminatorio, limita su crecimiento profesional y da lugar a prejuicios y estereotipos sobre la profesión enfermera". "Es imprescindible una clasificación profesional justa que refleje nuestra formación, competencias y responsabilidades actuales", han apuntado.

Por ello, han reclamado a la presidenta de Navarra, María Chivite, que coordine las consejerías de Función Pública y de Salud para modificar una ley que les "discrimina". Esta clasificación profesional, han dicho, "hará posible que las enfermeras tengan un trato equitativo con otras profesiones de igual nivel, oportunidades de crecimiento profesional y de acceso a puestos de gestión y liderazgo, y a una retribución salarial justa".   

"PERJUICIOS"

También han subrayado que, "aunque deberían haberse superado los roles sexistas, en la actualidad se sigue marginado" a su profesión, "por ser mayoritariamente femenina y dedicarse a los cuidados, a pesar de su importancia y necesidad dentro del sistema sanitario y en la sociedad". Entre otras "discriminaciones y perjuicios", han destacado "la falta de reconocimiento a la dureza de su condiciones y riesgos laborales", lo que les "impide poder acceder a la jubilación anticipada voluntaria; sufrir estereotipos sexistas; un mayor número de agresiones físicas y verbales, y dificultades de conciliación".