El 70% de los ciudadanos respalda la actividad cinegética

Uno de los resultados más destacados de este informe es que el 70% de los españoles coincide en que la caza es una actividad meritoria de aprobación y, por lo tanto, aprueba que esta labor se practique en España, dentro de los límites de la ley y de una manera regulada. Este respaldo es especialmente notorio, ya que cuenta con el beneplácito del 78% de los hombres y del 61% de las mujeres consultadas. En relación con el desplazamiento de los españoles para practicar la caza en otros países, un 47% de los encuestados lo considera positivo, siempre que conlleve beneficios económicos, ecológicos y sociales. En esta cuestión, el 24% de la población preguntada en el estudio se mantuvo neutral.

El aprovechamiento de los animales cazados, ya sea mediante su carne o como trofeo, también fue valorado positivamente por la mayoría de los encuestados (50%). Este resultado subraya tanto el esfuerzo que los cazadores llevan a cabo en la conservación del hábitat y de las especies, como su contribución al desarrollo de las comunidades rurales o su inversión en la lucha contra la caza furtiva.

El estudio fue impulsado por la FACE y las federaciones de caza nacionales, incluida la Real Federación Española de Caza (RFEC), en respuesta al creciente interés de la sociedad por el medio ambiente y por la percepción de una actividad que, en las zonas rurales, aporta cerca de 6.500 millones de euros anuales y emplea a 187.000 personas, según el Informe de Impacto Económico y Social de la Caza en España, elaborado por Deloitte para la Fundación Artemisan.

La iniciativa, que buscaba analizar más en profundidad la aceptación social de la caza en España y en toda Europa, fue impulsada por la necesidad que la citada organización europea de cazadores ve en presentar una visión que sea precisa y completa de la actividad cinegética. El sector, en este sentido, siempre se encuentra combatiendo las informaciones, a menudo sesgadas, que publican habitualmente diversos medios de comunicación generalista.

Según defiende la FACE, la importancia de la caza va más allá de la captura de animales, ya que la labor que los cazadores realizan en el medioambiente desempeña un papel clave en el equilibrio poblacional de las especies, en la conservación de los hábitats, en el apoyo a la biodiversidad y en el desarrollo socioeconómico del mundo rural. Además, estos postulados incluyen consideraciones éticas, como el aprovechamiento íntegro de los animales, por lo que contribuyen también a mejorar la sostenibilidad de la práctica cinegética.

Tanto la federación europea como la española se pusieron como objetivo en este estudio llevar a cabo una investigación exhaustiva, que pudiera contrarrestar los prejuicios erróneos existentes en la sociedad y que, por otro lado, permitiera asimismo resaltar los numerosos aspectos positivos de la caza. Por esa razón, la iniciativa implicó el examen de las prácticas éticas y normativas, la contribución de la caza a los esfuerzos de conservación y su importancia en el apoyo a las economías rurales y a las comunidades locales. La meta última del estudio era asegurar que tanto el público general como las personas que ocupan puestos de responsabilidad en las administraciones públicas tuviesen un conocimiento completo del papel de la caza y de su impacto en la sociedad.

Una vez sentadas estas bases, la FACE encargó la encuesta a una reconocida empresa independiente de estudios sociológicos, YouGov, que diseñó cuidadosamente la encuesta siguiendo el propósito de recopilar percepciones de una muestra representativa de la población española. Por esa razón, se asegura en los resultados un conocimiento integral de las opiniones del público sobre la caza en España. Los datos recopilados fueron ponderados según las características demográficas, la edad, el género y la región, basándose en las últimas estadísticas oficiales de población, con la finalidad de reflejar con precisión las opiniones de la ciudadanía española.

Al haberse llevado a cabo a través de un enfoque metódico, se garantizó que los resultados proporcionen un indicador preciso de las actitudes actuales hacia la caza en España, ofreciendo una guía valiosa para la formulación de políticas y estrategias de participación pública relacionadas con las prácticas de la caza sostenible y la conservación de la vida silvestre.

El estudio definió cinco grandes tendencias, dentro de los resultados cosechados. Por un lado, está la perspectiva de género, ya que los hombres muestran una mayor aceptación de la actividad cinegética que las mujeres. Del mismo modo, esta aceptación social aumenta con la edad, como lo demuestra el hecho de que los grupos demográficos de mayor edad (45-54 y de más de 55 años) exhibieron una mayor aceptación hacia la caza, con un 77% y un 74%, respectivamente. En cuanto a las diferentes áreas regionales, las zonas del noreste y del centro de España dieron niveles más altos de aceptación de la caza, con un 74% de respuestas favorables. Por otro lado, el 80% de los encuestados con educación básica apoya la caza, lo que sugiere que el nivel educativo puede influir en la percepción sobre esta actividad deportiva. Por último, en relación con los ingresos económicos, el estudio reveló que los encuestados sin ingresos o con los ingresos más bajos (hasta 900 euros) muestran una mayor aceptación social de la caza.

La encuesta consultaba a los ciudadanos sobre si consideraban aceptable que en España se cazase de manera legal y de acuerdo con las leyes y regulaciones de caza. El resultado del 70% de apoyo es el segundo más alto, en comparación con el de otros países europeos en los que también se llevaron a cabo estudios similares. En una clasificación que lidera Dinamarca (con un 90,3% de apoyo social), a España le siguen después Alemania (60%), Polonia (52%) e Italia (45%).

A los encuestados también se les preguntó sobre el conocimiento general que tenían de la caza. El 48% respondió que poseía cierto conocimiento de las prácticas y leyes de caza, lo que indica, a juicio de la FACE, un considerable nivel de conciencia pública. Por último, se les sondeó asimismo acerca de si veían aceptable que los actores del sector cinegético conservaran partes de animales cazados legalmente (como astas o cuernos) a modo de trofeo y siempre que la caza subvencione esfuerzos de conservación y cumpla con todas las regulaciones. El 49% de los encuestados validó esa práctica, un dato que está por encima del promedio europeo, que se sitúa en el 47%.