¿Quién no ha padecido nunca un lumbago, una ciática o alguna contractura cervical, por citar solo algunos de los dolores de espalda más comunes? Difícil no encontrar afectados ya que se trata de una de las principales dolencias que genera en el Estado español más de dos millones de consultas al año en Atención Primaria y representa la principal causa de incapacidad laboral en personas menores de 45 años. Hay datos que apuntan a un promedio de más de 50 millones de jornadas laborales perdidas por lumbalgia.

Pero, contra todo pronóstico, ha dejado de convertirse en un problema de mayores para cebarse cada vez más entre los jóvenes. Y todo porque el uso de la tecnología como los dispositivos móviles, smartphones, tabletas y ordenadores portátiles, están incrementando la aparición de patologías que afectan principalmente al aparato músculo esquelético. Desde la Unidad del Dolor, los doctores Rubén Rubio y Carmen De Andrés destacan, de hecho, cómo en consulta se detecta un gran aumento de afecciones como “el dolor cervical, el dolor lumbar o los dolores del miembro superior, es decir hombro, codo y mano”.

27 kilos de peso

El problema fundamental reside en la posición de la cabeza mientras usamos dichos aparatos electrónicos. Y los especialistas resaltan que “según los grados de inclinación de la cabeza hacia el dispositivo cambia la carga que se produce en el cuello. Con la inclinación habitual, se produce una sobrecarga equivalente a 27 kilos de peso sobre la cervical, lo cual conduce inevitablemente a sobrecargas musculares y afectación discal”.

Por otra parte, tendemos a sentarnos mal, apoyados en el borde de la silla o el sofá, lo cual provoca un aumento de la curvatura dorsal que puede provocar dolor en esa zona o puede favorecer una lumbalgia.

La incidencia de los móviles sobre el dolor de espalda acumula ya mucha literatura científica. “Con el aumento del tiempo dedicado a las actividades sedentarias, el uso de pantallas de ordenadores y dispositivos móviles —que es todavía mayor en época de exámenes—, añadido a las malas posturas y la poca actividad física, el dolor de espalda se ha convertido en una realidad muy común entre los adolescentes y los jóvenes”, afirma el fisioterapeuta Pablo de la Serna.

OMS

Sin cirugía. La Organización Mundial de la Salud ha pedido a sus países miembros que no pasen por alto una enfermedad como el dolor lumbar crónico, considerada como la principal causa de discapacidad a nivel mundial. La OMS no recomienda la cirugía, y llega a desaconsejar 14 intervenciones que no ayudan a paliar esta enfermedad como aparatos ortopédicos, cinturones o soportes lumbares; algunas terapias físicas como tracción; y algunos medicamentos, como los analgésicos opioides que crean dependencia.

El estrés postural causado por largas horas de estudio, combinado con la falta de actividad física y la mala ergonomía, contribuye significativamente a aumentar el dolor de espalda entre los jóvenes.

De la Serna explica que, especialmente en época de exámenes, los estudiantes “pasan horas sentados en sillas a menudo poco adecuadas, inclinados sobre escritorios a una altura incorrecta, sin la necesaria luz natural y muchas veces sin realizar los descansos necesarios para moverse y estirar los músculos”. Y entonces es cuando aparece el dolor de espalda, “que no solo afecta el bienestar físico de los estudiantes, sino que también puede tener un impacto negativo en su rendimiento académico y su calidad de vida en general”, advierte el experto. Además, “se puede dificultar la concentración, lo que a su vez puede afectar su capacidad para aprender y retener información”.

Para el fisioterapeuta, “es crucial mantener una buena postura y hábitos ergonómicos desde una edad temprana”. Esto incluye, añade, “la elección del mobiliario adecuado, disponer de un espacio ordenado y bien iluminado, tomarse descansos regulares durante el estudio, realizar ejercicios para estirar y fortalecer la musculatura, y sobre todo mantener un equilibrio entre el tiempo dedicado a las actividades sedentarias y la actividad física”.

Una dolencia que llega a sufrir el 80% de la población

Se sabe que un 80% de las personas sentirán dolor de espalda en algún momento de la vida y que el 23% de la población tendrá algún episodio de dolor lumbar crónico, es decir, unas molestias persistentes de más de tres meses de duración. Además, en un 11-12% de la ciudadanía el dolor lumbar producirá, en alguna ocasión, una limitación en sus actividades. Dado el impacto social, estas cifras hacen que este tipo de dolor sea la principal causa de discapacidad en España y a nivel mundial, sobre todo en adultos en edad laboral. Lejos de mitigarse, el problema irá a más. Para 2050, las investigaciones proyectan un aumento de la incidencia de lumbalgia en todo el mundo del 36%, lo que afectará a 843 millones de personas, mayoritariamente en Asia y África.

Los científicos han constatado además que la prevalencia global es más alta en mujeres que en hombres en todos los grupos de edad, aunque los años no pasan en balde y son determinantes en esta patología porque a más años, más dolor de espalda. Así, la prevalencia de la lumbalgia y los años vividos con discapacidad aumentan con la edad, siendo el grupo de 80 a 84 años el colectivo con la tasa más alta. Dentro del mapa de enfermedades crónicas, el dolor lumbar tiene una presencia apabullante. Según la Encuesta Europea de Salud en España (EESE), después de la hipertensión arterial (19%), el colesterol elevado (15%) y la artrosis (14%), se encontraría el dolor lumbar (13,7%), como una de las patologías que más afecta a los ciudadanos.