A las seis de la tarde de este martes el WhatsApp de Leyre Zabaleta comenzó a enviar noticias preocupantes. "Mi amiga quedó atrapada en el trabajo: el agua llegaba hasta la cintura en las instalaciones de su empresa", cuenta esta venezolana de 37 años, con raíces navarras.

Sin luz

Desde su vivienda en Alboraya -localidad situada junto a la ciudad de Valencia- leía con preocupación los mensajes de su amiga, que desempeña sus tareas de teleoperadora en una empresa de Catarroja -municipio ubicado a 20 kilómetros de Alboraya-. "Este mediodía todavía seguía en el centro de trabajo, me ha comentado su pareja, ya que ella llegó a quedarse sin batería en el móvil y sin luz", relata Leyre, casada y con un hijo de ocho años y una hija de tres.

Las fotos y los vídeos de la gota fría han circulado sin parar en su WhatsApp desde las seis de la tarde del martes. Aunque habita a unos 20 kilómetros de la tragedia, Leyre se muestra sorprendida de que en tan poca distancia la naturaleza haya actuado de manera tan virulenta en una zona concreta y en otra no. "Nosotros desde las cuatro de la tarde nos quedamos en casa", recuerda.

Leyre Zabaleta.

El lunes por la noche, las autoridades ya anunciaron que la provincia de Valencia se encontraba en alerta, y recomendaron que los niños y niñas no acudieran al colegio y los estudiantes a las universidades. "Decidí no enviar a los hijos a clase", dice. Llovía y el viento "asustaba, algo horrible", destaca.

Leyre, que desde 2020 reside en Valencia procedente de Venezuela, se ha visto sorprendida con la DANA. "¿En serio que aquí hay tornados y llueve con esa intensidad? No pensaba que pudiera ocurrir en Valencia", reflexionaba Leyre con su marido Carlos, este martes.

Los bulos, el agua y el papel de baño

Este miércoles por la mañana, Leyre ha ido a un supermercado y se ha encontrado con multitud de personas y con las estanterías arrasadas: "No quedaba verdura, fruta, carne, agua embotellada ni papel de baño". Los bulos que han circulado por las redes sociales sobre la falta de agua potable por la DANA han tenido su efecto, y la ciudadanía ha salido con rapidez al primer establecimiento para llenar la despensa.

"Los empleados del supermercado no comprendían qué estaba ocurriendo. Como las cajas estaban llenas de agua embotellada, preguntaban si ocurría algo", recuerda. "Parecía que habían entrado en pánico. Yo no entendía nada", concluye.