Alberto Arriazu: “No hay que quejarse del alumnado sino hacer que aprenda y mejore”
El eterno director del IES Navarro Villoslada se jubila tras 39 años en la enseñanza. “He disfrutado hasta el final; los chavales son maravillosos”
Alberto Arriazu Agramonte (Ablitas, 1964) se dspide este lunes 30 de junio de la que ha sido su segunda casa durante los últimos 27 años: el IES Navarro Villoslada de Pamplona. Un hogar que ha liderado durante 18 años de la mano de compañeras y compañeros maravillosos, a los que dice estará siempre muy agradecido. Este profesor de Tecnología reconoce que “podría seguir hasta los 65 porque siempre he venido a trabajar feliz”, pero quiere aprovechar que goza de buena salud para disfrutar la vida de otra manera, viajar y “no hacer nada”.
Un descanso merecido después de 39 años en la enseñanza. Comenzó de interino en Tafalla, donde estuvo un año. “Luego fui a la ETI de Tudela y de 1992 a 1998 estuve de asesor del Departamento de Educación. Ese año empecé en el Navarro y hasta hoy”, recuerda Arriazu, que también estuvo al frente de la Asociación de Directores/as de Institutos de Navarra (ADI) y de Fedadi, federación que integra a las asociaciones a nivel estatal.
Homenajes emotivos
Desde que terminaron las clases, Arriazu no ha parado de vivir momentos que se llevará en la memoria para siempre. “Están siendo unos días muy emocionantes. Estoy muy contento pero, sobre todo, muy agradecido. Me han hecho muchos homenajes mis compañeros, los chavales, me han hecho vídeos, está viniendo gente de fuera, de ADI, de Fedadi... He tenido la suerte de conocer a tanta gente a lo largo de mi vida profesional... Eso que me llevo”, asegura Arriazu, que ha cumplido con su deseo de jubilarse de profesor. “En todos mis años en la dirección, salvo cuando estuve en ADI, siempre he dado algo de clase. Y tenía claro que mis últimos años en el instituto los quería pasar de profesor. He sido tutor de un grupo de 2º de Bachillerato, coordinador de la PAU... He disfrutado muchísimo con los chavalas hasta el final. Son maravillosos”, afirma.
Y es que Alberto Arriazu es un profesor con mayúsculas, de esos que una recuerda cuando se hace mayor. Solo tiene buenas palabras para sus estudiantes. Es un tipo que no cree que cualquier tiempo pasado fue mejor y a quien no le gusta comparar generaciones. “A los que dicen que ahora hay menos nivel, que se esfuerzan menos... A ver hace 20 o 30 años no cursaba Bachillerato más allá del 50% del alumnado y encima no todos aprobaban. En mi época igual terminaba COU el 30% de la población. Igual el nivel del 100% del Bachillerato de ahora en comparación con el de antes es un poco peor, pero es que ahora cursa Bachillerato el 80%. La masa es mucho mayor. No es comparable. Si comparas el 30% mejor de los de ahora con los de antes... Ahora saben inglés, francés, tocan un instrumento de maravilla...”, afirma este profesor, que defiende que “cuantas más personas logren el título de ESO más oportunidades tendrán . Siempre digo que las titulaciones son como puertas, pueden estar abiertas de par en par o una rendija. Pero si le das un portazo... Claro que tienen que titular todos. Esos igual no serán médicos, ingenieros... pero van a tener una cultura general, podrán seguir en una FP o igual luego se engancha otra vez...”.
“Estoy muy agradecido, he tenido la suerte de conocer a mucha gente en estos años y siempre he venido a trabajar feliz”
A su juicio, los docentes son como los médicos. “No nos podemos quejar del alumnado. Es como si un médico se queja del paciente. Si a un enfermo le dices que se cuide y no se cuida, ¿entonces no le curas? Con los alumnos pasa lo mismo. Tenemos que intentar que aprendan y mejoren. La escuela debe ser un lugar donde se equilibren las desigualdades”, zanja.
Diversidad y TIC
Se dice que los centros educativos cada vez son más diversos, pero Arriazu considera que “la diferencia es que los que vienen ahora son de otros colores, otras culturas, pero en los 60 y 70 venían de Andalucía, Extremadura... La vida es una repetición cíclica. Al final, no hay tantos cambios”. Este profesor cree que “el tema de la inmigración está asumido. Este año he tenido un grupo de 2º de Bachiller donde la mitad era de origen extranjero y con estudiantes maravillosos. Es cierto que las familias de muchos alumnos que vienen de otros países tienen dificultades socioeconómicas y culturales. Pero cuando si padres quieren que sus hijos estudien para tener un futuro mejor, esos van como un tiro. El problema es cuando ellos no lo valoran”.
Como experimentado docente, y además de Tecnología, su opinión sobre el uso de las TIC en las aulas tiene verdadero interés. “En Educación vamos a bandazos, y hemos pasado de todo a nada. Si tienes una organización del aula coherente, te pueden venir bien las pantallas, el proyector, los móviles... Creo que hay que combinar el papel y boli con el ordenador”, reflexiona Arriazu, que muestra más preocupación por el uso de los móviles y las redes sociales, “un problema que trasciende la educación. Es social”. También cree que “estamos en un momento de eclosión y que se calmara, pero en el camino va a haber muchos damnificados”.
Potenciar dirección
En cuanto a la situación del sistema educativo navarro, Arriazu cree que “estamos parecido. A ver, hay cosas mejores, evidentemente, pero también cosas mejorables. Sigue habiendo leyes cada poco tiempo, la poca confianza del Departamento hacia los centros sigue igual... Este curso se han tomado varias decisiones, con el tema de los programas bilingües, contrarias a la autonomía de los centros. Si a un centro le funciona bien y tiene buenos resultados, déjale que siga así. No hagas café para todos. Eso no ha cambiado”.
“En 30 años no se han mejorado las direcciones; no se valoran y por eso nadie quiere ser director”
A su juicio, hay dos cuestiones que urge mejorar. La primera son las condiciones laborales del profesorado “para revertir los recortes sufridos” y para que sea una profesión atractiva “ya que cada vez quiere venir menos gente” y la segunda potenciar la dirección escolar. “En los últimos 30 años no se ha mejorado nada. Los departamentos de Educación no valoran la dirección escolar, no las forman ni las dotan adecuadamente. Las direcciones tienes que ser capaces de generar sus proyectos, pero se los tienen que permitir. Tiene que haber más autonomía y también rendición de cuentas”, asevera Arriazu, que considera que “como no hay una apuesta clara nadie quiere ser director o directora, y acaban siendo porque les toca y se comportan como meros gestores”.
A su juicio, la diferencia fundamental entre un buen centro y otro mediocre son los equipos directivos. “Tener una persona que lidere y haga equipos, impulse proyectos... Cuando un centro funciona, entonces el profesorado se quiere quedar ahí, eso da estabilidad y repercute en la calidad de la enseñanza”, remarca Arriazu, que asegura que “mi mayor tristeza es que me voy a ir y se sigue sin potenciar, no se ha mejorado nada”.
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