Las incógnitas del caso Matilde Muñoz, la gallega desaparecida en Indonesia
La mujer de 72 años desapareció a principios de julio en la isla de Lombok en Indonesia y, aunque sus amigas denunciaron la desaparición, siguen sin recibir información de su paradero
Matilde Muñoz no era un viajera amateur. Su trayectoria como azafata no era la única experiencia que tenía dando vueltas al mundo ya que entre los hobbys de la gallega de 73 años estaba viajar por el Sudeste Asiático. Ya era una experta en viajes internacionales, además de saber comunicarse sin problema por su buen nivel de inglés. Sus últimos destinos habían sido India y Tailandia y el pasado junio decidió alquilar una moto para recorrer Indonesia. Aunque le gustaba viajar en solitario, la gallega no perdía el contacto con amigos y familiares, a quienes mandaba fotos de sus aventuras por las islas.
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Pero, a principios de julio, dejó de contestar. “Se comunicaba a todas horas y llevaba una rutina de madrugar y enviarnos mensajes”, ha explicado su amiga Aarti Fernández ante el desconcierto por la desconexión de Matilde. En ese momento, lo único que sabían de ella era que se alojaba en el Hotel Bumi Aditya, en la zona costera de Senggigi, en la isla de Lombok, donde fue vista por última vez el 2 de julio. Sin embargo, cuando una pareja de amigos argentinos llegó allí a visitarla, no había ni rastro de Matilde. No tenía sentido ya que la gallega tenía su reserva hasta el 20 de julio. Cuando preguntaron por ella en el hotel, una trabajadora les enseñó un mensaje, enviado supuestamente por Matilde, en el que decía que se había marchado a Laos. ¿De verdad Mati iba a dejar a sus amigos plantados en Indonesia? Sus familiares creen que no y, de hecho, aseguran que ese mensaje, con faltas de ortografía, no fue escrito por ella.
Todo lo que no cuadra
Así, los amigos devolvieron la moto que había alquilado, y que seguía allí, antes de que expirara el plazo y denunciaron la desaparición el 28 de julio. Sin embargo, tal y como ha explicado la familia, reciben información con cuentagotas. En Indonesia, la policía no ha abierto la investigación hasta el 13 de agosto, después de que la Embajada española en Yakarta la solicitase. Tras presiones por parte de la familia, la embajada ha asegurado que iniciarán la geolocalización de su móvil para saber cuándo se quedó sin batería y dónde estaba cuando envío el mensaje sobre su marcha. Aunque la policía aún no ha interrogado a nadie, han confirmado que Matilde no ha salido del país y se habla de una hipótesis de secuestro.
Por su parte, la familia está segura de que los encargados del hotel tienen algo que ver con la desaparición de Mati. En la primera inspección policial, los trabajadores llevaron a la policía a una habitación que no era la suya. En ella no había televisión, objeto que sí aparecía en una fotografía que la gallega había mandado a sus amigas. La habitación en la que sí había estado alojada Mati se encontraba abierta, cuando ella siempre la cerraba con candado y, en el interior, había un sobre que le habían enviado con dos tarjetas de créditos, pero sin las tarjetas dentro. Así, descubrieron que en el hotel de Senggigi se había dado robos a clientes en más ocasiones. Debajo de la cama también se encontraron objetos personales, además de un pendiente que, según sus amigas, “tenía un cierre muy complicado y nunca se lo quitaba”. Semanas más tarde, su mochila y otras pertenencias aparecieron en la zona de basuras del establecimiento. Según la policía, las cámaras situadas en una mezquita en frente del hotel no han grabado ninguna imagen de Mati. Tras casi 60 días sin recibir mensajes, la respuesta a la pregunta sobre dónde está Matilde Muñoz sigue siendo una incógnita.
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