Great Osobor es el hombre del día en el baloncesto. Su gran debut con el selección absoluta ha disparado las expectativas y ha sorprendido al propio ala pívot navarro, que con la humildad que le caracteriza, prioriza que el equipo gane ante Georgia y se emociona al conocer que el Génesis, su club de Tudela, puso un proyector para ver el partido.

"¿De verdad? Wow, no lo sabía, me pone muy contento saberlo. El Club Génesis para mí lo es todo, les estoy muy agradecido". Así de emocionado se muestra un Osobor, recién aterrizado en Madrid para hacer escala antes de ir a Tenerife, que atiende a este periódico pese a la multitud de peticiones que han llegado a la FEB desde el jueves por la noche. "Siempre es un placer hablar con la gente de mi tierra", cuenta.

Osobor ha sido el protagonista de los titulares de los principales medios deportivos en el debut de Chus Mateo, pero a él eso no le da importancia. "No me supone más presión, lo importantes es que el equipo gane, que sigamos jugando bien. Yo no soy el importante, de verdad", concluye con un tono hasta con un poco de vergüenza, "si seguimos jugando duro y juntos, vamos a jugar bien", apostilla.

El ala pívot tudelano ha ido tirando puertas en los últimos dos años, pero tras su debut con la absoluta, se ha puesto bajo los focos. Reconoce que ahora se le ha complicado, pero siempre que puede se escapa a ver a su familia y amigos de Tudela. "Voy a ver si me puedo pasar este verano, aunque ya sabes que ahora los veranos para los jugadores son de poco descanso y muchas cosas para hacer", dice mientras se ríe, pero apostilla, "pero si puedo voy a ir".

Sobre su repentina fama en Navarra y la posibilidad de ser un referente en la Comunidad Foral, a Osobor se le vuelve a notar tímido pero también decidido. "Ojalá, me encantaría, es mi tierra. No estoy muy en contacto con las noticias, pero a veces mi padre me envía unas cosas que sus amigos de le mandan a él y me hacen sentir orgulloso".

Nuevo reto, misma actitud

Ahora, este domingo, Osobor tiene un nuevo reto mayúsculo: la Georgia del ala pívot del Barcelona Tornike Shengelia. "Va a estar bien, vamos a jugar duro y la gente lo va a apreciar". Antes de volver a poner al grupo por delante de él. "Pero bueno, lo importante es que ganemos, no lo que haga yo".

Great Osobor se está convirtiendo en un faro inesperado pero imprescindible para el baloncesto navarro, una mezcla de orgullo y esperanza que conecta con todos aquellos que han visto crecer este deporte lejos de los grandes focos. Su irrupción, marcada por una energía desbordante y una entrega absoluta, ha devuelto ilusión a una tierra que valora más que nadie el trabajo honesto y el sacrificio silencioso.

Pero si algo define a Osobor, más allá de su físico imponente y su talento emergente, es su humildad contagiosa: habla poco, escucha mucho y nunca olvida de dónde viene. Cada gesto, cada esfuerzo y cada minuto en pista parecen un homenaje a esa identidad navarra de constancia y sencillez. Un buen ejemplo.