La Policía Foral ha detenido a un varón de 30 años de edad, natural de Marruecos, como autor de un supuesto delito de agresión sexual a una mujer en Sarriguren (Valle de Egüés). El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Aoiz ha decretado este domingo su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza.

Los hechos tuvieron lugar el pasado jueves en un bar situado en la calle Bardenas Reales, donde los clientes observaron a un varón realizando tocamientos a una mujer, que mostraba indicios de estar influenciada por la ingesta de bebidas alcohólica o alguna otra sustancia. Seguidamente, el posteriormente detenido y la mujer abandonaron el local.

Momentos después, algunas de las personas que se encontraban en el bar advirtieron que la pareja se había introducido en el interior de un portal cercano y que el hombre podría estar agrediendo sexualmente a la mujer, por lo que alertaron a la Policía y el varón se dio a la fuga. La víctima presentó una denuncia el viernes ante la Policía Foral, que inició la investigación de los hechos.

Agentes de la Brigada Asistencial del Cuerpo autonómico practicaron este sábado la detención del supuesto autor de los hechos, un hombre marroquí de 30 años, que ha sido puesto a disposición judicial este domingo como autor de un delito de agresión sexual. El juzgado de guardia de Aoiz ha decretado su ingreso en prisión provisional por la gravedad del delito investigado y el riesgo de fuga. 

Se ha establecido para el hombre, además, la prohibición de aproximarse a menos de 200 metros a la denunciante, a su domicilio, así como a su lugar de trabajo, y a cualquier otro lugar frecuentado por la misma, y la prohibición de comunicarse con ella por cualquier medio durante la tramitación de la causa y hasta que recaiga resolución firme que ponga fin al procedimiento y sin perjuicio de lo que pueda resultar a lo largo de la instrucción.

Conocido de vista

El auto de prisión recoge que la denunciante manifestó haber visto en un bar al investigado, a quien sólo conocía de vista. Según relató, tras producirse una discusión entre unas vecinas e intervenir la policía, se quedó hablando con una de ellas, siendo lo siguiente que recuerda estar llorando en brazos de su padre.

Declaró que pasó "muy mala noche", que estuvo vomitando y que incluso se lo dijo a un amigo por el móvil. Al día siguiente, le dijo a su padre que le llevara a urgencias, donde pasó la mañana, y le hicieron una analítica. Según manifstó, no recordaba lo ocurrido, indicando que sus pantalones estaban mojados. Negó haber tenido una relación con el investigado, al que sólo conocía de vista.

Consta en el atestado un informe elaborado por la Policía Municipal en el que se indica que unos testigos manifiestaron que el investigado habría "manoseado a la denunciante" en el interior del bar, saliendo después a la calle, "y de manera que parecía forzada se había ido con ella a un portal", que los testigos le siguieron y comprobaron que la mujer "tenía los pantalones bajados" y que el investigado le bajaba la ropa interior.

En estado de shock

Según se indica, la denunciante "estaba en estado de shock, no sabiendo dónde estaba y lo que hacía". El investigado, quien según consta en el atestado habría manifestado a la Policía Municipal que tuvieron una relación sentimental hace años y que "se habían liado", negó en su declaración haber tenido ninguna relación con la misma, conociéndola de vista.

Manifestó que fue la denunciante quien se bajó los pantalones y que "él decía que no hiciera eso". Relató que él "quería pedirle su teléfono y que salieron del bar para irse a seguir tomando algo por ahí", negando haberle dado ninguna bebida ni sustancia para anular su voluntad, sino que únicamente le pidió un botellín de agua. Reconoció que estuvo en prisión y que salió en 2023, indicando que padece una esquizofrenia paranoide, pero "de carácter leve".

En el auto se considera "evidente" que las manifestaciones realizas por el denunciado, "con ánimo exculpatorio, no resultan verosímiles, a la vista de lo indicado por el testigo, no constando que existe ningún motivo espurio por parte de la denunciante frente al investigado que justifique la interposición de la denuncia, resultando revelador que unos testigos sigan a una pareja, al sospechar que algo extraño estaba ocurriendo".