El cobre ha vuelto a ser muy codiciado por los amigos de lo ajeno. Su sustracción es una práctica delictiva que se ha incrementado en los últimos años entre las organizaciones criminales que venden el material con suculentos beneficios y sin pensar en los daños colaterales que tienen sus actos.
En el año 2022, la Guardia Civil tuvo conocimiento de 51 delitos de robos de cobre en Navarra, de los cuales se esclarecieron 10, mientras que en 2023, la cifra se duplicó hasta los 110 delitos, de los que se esclarecieron 35. En 2024, los robos se dispararon hasta los 177, más del triple que dos años antes, con 44 de ellos esclarecidos.
El aumento del precio del cobre es la principal razón por la que se han incrementado los robos de cableado en todo el Estado español. Las mafias venden el cable por un precio aproximado de 10 euros el kilogramo en los centros de reciclaje, que muchas de las veces hacen la vista gorda.
Sergio Álvarez, capitán de la Guardia Civil de la compañía de Estella-Lizarra, confirma que el factor decisivo que ha influido en el aumento de los robos de cobre es el precio, que “ha subido bastante y eso lo hace bastante goloso. Antes el precio del kilo en centro de reciclaje rondaba los 5-6 euros y ahora está en 10-11 euros. Además, si los sospechan que es cobre robado, les bajan un poco el precio”.
Escasa protección
Junto al aumento del precio, en muchos de los lugares donde hay cableado existe poca protección. Un ejemplo son las plantas fotovoltaicas, en las que no existe vallado. El seguro cubre el importe íntegro de lo sustraído, es decir, las empresas pierden dinero si lo gastan en medidas de seguridad, ya que el seguro cubre la reposición del cableado, señalan expertos en la materia.
La Guardia Civil ha investigado y esclarecido en Navarra robos en alumbrado de autovías, en farolas de calles y parques de poblaciones, en subestaciones eléctricas... Los ladrones pegan el corte de la zona y luego vuelven a tirar del cable para llevárselo. “Estamos en contacto con los encargados de las compañías telefónicas y eléctricas. Cuando las compañías perciben cortes, movilizamos patrullas para intentar atrapar a los autores”, señala Álvarez.
En numerosas localidades navarras “se ha sustituido mucho cableado. Son operadoras que están cambiando a fibra óptica y están retirando el cable antiguo. Los ladrones van controlando las líneas donde están reemplazando el cable y se lo llevan antes de que lo retiren las empresas subcontratadas”, agrega.
Entre las recientes operaciones llevadas a cabo por la Guardia Civil, figura la imputación de dos miembros de un grupo delictivo que robó más de 2.300 kilos en las localidades de Arróniz y Mendavia. En el primer caso sustrajeron pletinas de cobre de un transformador, manguera y cableado, con daños provocados y material sustraído por 67.000 euros, mientras que en el segundo los autores se apoderaron de unos 3.000 euros en cableado eléctrico, además de producir diversos daños en el vallado perimetral de una empresa.
Investigación compleja
La investigación de estos delitos, sin embargo, no es fácil. “No saltan alarmas, son bandas de fuera de Navarra con furgonetas alquiladas... Es un problema a nivel nacional. Por eso no hay muchas detenciones, porque tienen todo el tiempo del mundo para pegar el corte y volver a llevarse el cable. Normalmente lo hacen donde no hay mucha población. Invierten poco dinero y no tienen ningún gasto más. Todo son beneficios”, expone el capitán de la Guardia Civil.
Para llevar a cabo este tipo de robos, hacen falta unos mínimos conocimientos. “Entre las personas que hemos detenido hemos encontrado a gente trabajando en el ramo de la electricidad, son gente que sabe dónde meter la mano y donde cortar en una arqueta”. Entre los casos investigados, incluso figuran personas de empresas subcontratadas para retirar cable antiguo, que han ido y se lo han llevado para su propio beneficio.
Los ladrones de cableado “utilizan diversos familiares o amigos para llevar a cabo las ventas de cobre en los centros de reciclaje. De ese modo intentan evitar que no figure la misma persona en muchas transacciones, lo que podría levantar sospechas. Por eso investigamos los entornos familiares y sociales de los posibles sospechosos”, señala Sergio Álvarez.
Control de los centros de reciclaje
Los centro de reciclaje deben registrar todo el cobre que compran, pero cuando presumen que es de origen ilícito, no lo hacen. Lo funden y se lo revenden a otras plantas para volver a darle uso a ese cobre, bobinas, hacer cableado. “Los centros de reciclaje no colaboran mucho a la hora de verificar la procedencia del cobre cuando lo llevan a vender. Los ladrones tienen sitios para venderlo, dónde se lo cogen, sin preguntar si son electricistas o de dónde lo han sacado. De esta forma, el beneficio lo obtienen los ladrones y también los centros de reciclaje que no realizan los controles obligatorios”, afirma Álvarez.
Los robos de cableado no son inocuos y sus perjuicios son múltiples. “Si el robo se produce en una empresa, como no ha pasado en varias ocasiones, sufre el perjuicio económico, porque el material que cuesta un dinero y también se paraliza la propia empresa, que se queda sin actividad. Además, dejar una carretera o calle sin luz puede contribuir a la producción de accidentes. Y también se pueden paralizar los servicios de luz y telefonía de la ciudadanía”.
Por este motivo, concluye el capitán Sergio Álvarez, “desde la Guardia Civil se está trabajando intensamente, con el despliegue de patrullas sobre el terreno para la vigilancia de líneas telefónicas y eléctricas, control de vehículos, matrículas y personas, porque hemos confirmado que los robos van en aumento”.