Jennifer Lawrence, más allá de Katniss: el cine imprescidible de la actriz
De los fríos montes de ‘Winter’s Bone’ al caos de ‘No mires arriba’, pasando por el magnetismo de Tiffany en ‘El lado bueno de las cosas’, el universo cinematográfico de Jennifer Lawrence es tan amplio como fascinante. El Premio Donostia 2025 reconoce no solo a la estrella de Hollywood, sino a la actriz que ha hecho de cada papel una experiencia única
El Zinemaldia ha sorprendido este año al anunciar que el Premio Donostia 2025 recae en Jennifer Lawrence, quien lo recogerá el próximo 26 de septiembre en el Kursaal, convirtiéndose en la mujer más joven en la historia del Festival en recibir este reconocimiento. Con apenas 35 años, la actriz ya suma más de década y media de carrera, un Oscar, tres Globos de Oro y el respeto unánime de la crítica y el público.
Si bien su rostro está grabado a fuego en el imaginario colectivo gracias a Katniss Everdeen, la heroína de la saga Los juegos del hambre, su trayectoria es mucho más rica y diversa. Lawrence ha sabido alternar grandes producciones con películas independientes y arriesgadas, trabajos en los que ha demostrado una profundidad y un talento interpretativo que la han consolidado como una de las actrices más influyentes de su generación.
Su debut en el cine independiente llegó con Invierno profundo (Winter’s Bone, 2010), un drama áspero en el que interpretaba a Ree Dolly, una joven de 17 años que se hace cargo de su familia mientras busca a su padre desaparecido. Con apenas 20 años, Lawrence ofreció una interpretación tan poderosa que le valió su primera nominación al Oscar. A los dos años, el fenómeno Los juegos del hambre la catapultó al estrellato mundial, pero ella no se conformó con ser solo una estrella juvenil. De esta manera al mismo tiempo, sorprendía con un registro completamente diferente en El lado bueno de las cosas. Allí encarnaba a Tiffany, una joven tan frágil como magnética que, junto a Bradley Cooper, construía una de esas historias de amor imperfectas que desarman. Su frescura y vulnerabilidad le valieron el Oscar a Mejor Actriz y demostraron que podía emocionar sin perder naturalidad. Una película que definitivamente merece ser vista al menos una vez en la vida.
Con La gran estafa americana (2013), dirigida también por David O. Russell, Lawrence volvió a dejar al público sin aliento con Rosalyn, una mujer caótica y fascinante que se roba cada escena, confirmando su versatilidad. Y en Joy (2015) ofreció una interpretación honesta y poderosa como la mujer que revolucionó el mundo doméstico con su famoso miracle mop (fregona mágica), un papel que, en sus manos, trascendió el cliché para convertirse en un retrato inspirador.
Lejos de acomodarse, Lawrence se lanzó a terrenos más arriesgados. En Mother! (2017), de Darren Aronofsky, se entregó por completo a una experiencia cinematográfica radical, tan incómoda como hipnótica, que dividió al público pero dejó su interpretación como uno de los trabajos más intensos de su carrera. Después exploró el cine de espionaje en Gorrión Rojo (2018), donde se puso en la piel de una bailarina rusa convertida en espía, mostrando una contención y una madurez interpretativa que la alejaron de cualquier registro previsible. Y en 2021 volvió a brillar con No mires arriba, la sátira política de Adam McKay que convirtió el fin del mundo en una crítica feroz a la indiferencia social. Entre el caos mediático y el humor negro, su astrónoma desesperada lograba mantener al espectador pegado a la pantalla, humanizando una comedia que rompió récords de audiencia.
Tras años de grandes producciones, Lawrence sintió la necesidad de bajar el volumen y regresar a historias más pequeñas. Así nació Causeway (2022), un drama intimista en el que interpreta a una soldado que, tras una lesión cerebral, regresa a casa intentando reconstruir su vida. Con una actuación contenida, llena de silencios y matices, recordó al público por qué su talento brilla incluso más cuando se despoja de artificios.
Pero Lawrence no solo se ha reinventado frente a las cámaras. Con su productora Excellent Cadaver, ha impulsado proyectos más personales, como el documental Bread & Roses, sobre la vida de las mujeres afganas bajo el régimen talibán, o el drama Causeway que también produjo. Esta faceta demuestra que está más interesada en contar buenas historias que en perseguir taquillas.
El Premio Donostia no solo celebra los hitos de su carrera, sino también su valentía para elegir papeles que desafían al público y a sí misma. Jennifer Lawrence es esa rara intérprete capaz de desaparecer en cada personaje y hacer que olvidemos que estamos viendo a una estrella de Hollywood. Así que, si tienes pendiente explorar su filmografía más allá de Katniss, este es el momento perfecto: porque el universo de Jennifer Lawrence es amplio, diverso y, sobre todo, sorprendente.
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