En un tenso clima social y político por la aprobación sin voto de la reforma de las pensiones, el Gobierno del presidente francés, Emmanuel Macron, enfrenta este lunes dos mociones de censura (a partir de las 15 horas GMT), cuya aprobación dependerá del voto de los 61 diputados de un partido conservador dividido.

La presidenta de la Asamblea Nacional francesa, la macronista Yael Braun-Pivet, adelantó que, a partir de las 16 horas (15 horas GMT), previsiblemente se comenzarán a votar las dos mociones, en las que estará en juego el futuro de la primera ministra nombrada por Macron, Elisabeth Borne.

Su suerte dependerá de los 61 parlamentarios de Los Republicanos (centroderecha), quienes podrían hacer bascular el resultado, teniendo en cuenta que el partido de Macron y sus aliados tienen una mayoría relativa.

Actualmente, serían necesarios al menos 287 parlamentarios para tumbar al Ejecutivo -la mitad más uno-, de un total de 573 asientos (hay cuatro escaños vacantes).

La moción de Le Pen no prosperará

La ultraderecha de Marine Le Pen presenta una, mientras que la otra es del pequeño grupo LIOT (centristas y regionalistas), quienes cuentan con el apoyo de toda la izquierda agrupada en la coalición Nupes.

Aunque la dirección del LR ha dado instrucciones de no apoyar las mociones -la propia sede parlamentaria en Niza de su líder, Eric Ciotti, fue esta noche vandalizada como forma de presión-, también habían pedido a sus 61 parlamentarios que apoyasen la reforma el pasado 16 de marzo. Sin éxito.

La mitad de los diputados de LR (partido de Nicolas Sarkozy y Jacques Chirac) anunciaron entonces que no la respaldarían en el hemiciclo y el Ejecutivo de Macron prefirió no arriesgarse a un voto, decidiendo así activar el artículo constitucional 49.3, ya utilizado en varias ocasiones por otros gobiernos y que permite aprobar ciertos proyectos de ley sin voto en la Asamblea.

Macron en manos de los Republicanos

El punto más controvertido de la reforma es el aumento de la edad mínima de jubilación de los 62 a los 64 años, una medida que el Ejecutivo francés no pretende retirar, pues la juzga imprescindible para controlar el actual déficit del sistema de pensiones.

De acuerdo con cálculos de la prensa, ya hay cuatro diputados conservadores díscolos. Harían falta al menos otros 23 para que Borne presentase su dimisión y la de sus ministros a Macron, quien probablemente estaría abocado a disolver la Asamblea y convocar nuevas legislativas (las últimas datan de junio de 2022).

Desde la instauración de la V República francesa en 1958, solo una moción de censura ha sido aprobada, en 1962.

Siguen las protestas y las huelgas

Mientras Francia vivió su cuarta noche de manifestaciones espontáneas y no declaradas ante la autoridad -en las que centenas de personas han sido arrestadas por altercados y quema de mobiliario urbano-, las huelgas parciales siguen en pie.

El 30 % de los vuelos del aeropuerto de Orly-París se han cancelado para este lunes y el 20 % de los del aeropuerto de Marsella, debido a paros convocados por los controladores aéreos.

Los trenes también están afectados. Circulan 4 de los 5 trayectos de alta velocidad; dos tercios de los regionales TER; y un 60 % de los Inter ciudades. En París, los trenes de cercanías tampoco circulan con normalidad.

Varias refinerías se mantienen bloqueadas, como la de Le Havre, la mayor del país. Aunque aún no hay datos consolidados, varias gasolineras en la región de Lyon y de Marsella ya sufren de la falta de carburante.

Por su parte, los impactos de los paros en la recogida de basura en París se hacen todavía sentir. A pesar de que el Gobierno ha impuesto la vuelta de algunos trabajadores por razones de salud pública, miles de toneladas de basura se acumulan todavía en las aceras.

El Ayuntamiento de París, que apoya la huelga y no coopera con el Gobierno, calculó que el número de desechos se ha estabilizado en 10.000 toneladas