El próximo 11 de febrero se cumplen diez años desde que nos dejó Whitney Houston. Su muerte sacudió al mundo del espectáculo debido a la trágica manera en la que terminó su vida. Tenía 48 años y la causa oficial del fallecimiento fue ahogamiento en la bañera debido a un fallo coronario provocado por el abuso de la cocaína.

Ahora, una década después del trágico final, su guardaespaldas y asistente, Ray Watson, ha recordado en 'The Sun' cómo fue el terrible momento en el que se encontró el cadáver de la actriz sumergido en la bañera.

"Vi a Whitney en la bañera y entré en pánico. No podía decir si estaba viva o muerta. La saqué del agua y traté de revivirla. Entonces todo fue una locura. Fue lo peor que me ha pasado en la vida. Nunca lo olvidaré. Nunca", ha explicado un afectado Watson al periódico británico.

No fue solo la cocaína la que le provocó un ataque al corazón, sino que la autopsia también reveló que había tomado marihuana y otras sustancias.

"A veces, cuando pensaba que estaba drogada, lo adivinaba por su apariencia. Solo la observaba para ver si estaba bien, la observaba más de cerca", ha recordado, además de aclarar que nunca habló de manera directa con ella del tema de las drogas.

"Pero nunca la vi consumir drogas, nunca le hablé de drogas y nunca se drogó frente a mí, por respeto. Nunca hablamos de eso y lo dejé pasar", añade Watson una década después.

El trágico final de la hija de Whitney Houston

Roy Watson asegura que a partir de ese momento intentó proteger a la hija de la fallecida actriz, Bobbi Kristina, que entró en coma en la bañera tres años más tarde que su madre debido a un cóctel tóxico de drogas y medicamentos que le suministró su novio, que era también su hermano adoptivo. Seis meses más tarde murió en el hospital.

"Ella no murió en la bañera pero su vida normal acabó justo ahí. Había hablado con ella por teléfono la noche anterior. Estaba mal por su madre y era una situación muy triste. Su madre se había ido y ella estaba perdida en su mente", concluye el guardaespaldas.