HOY sabemos que muchas de las luces que centellean en el firmamento proceden de estrellas ya extinguidas. Algo parecido sucede con la deslumbrante colección de ejemplares históricos de Mercedes-Benz retirados de la circulación para conformar el Museo Aguinaga. Los dos mil metros cuadrados de esta coqueta exposición, integrada en la sede del propio concesionario en Barakaldo (Retuerto, 38), albergan una selección de treinta modelos -todos en perfecto estado de funcionamiento- que repasa la centenaria biografía de la marca de la estrella. Y eso equivale a decir la historia del automóvil.

El nacimiento de este museo es la afortunada consecuencia de una combinación de azar y pasión por el automóvil. Esta última la aporta Juan Aguinaga, alma máter de la empresa familiar vasca fundada por su abuelo y potenciada por su padre en los años cuarenta. Unas instalaciones que quedaban vacantes fueron el pretexto para poner en marcha el proyecto hace apenas dos años. Su promotor, que ya cuenta con la colaboración la cuarta generación representada por su hijo Nacho, se lanzó a la búsqueda de piezas dignas de ilustrar la trayectoria vital de Mercedes-Benz. A través de adquisiciones y cesiones ha conseguido atesorar una muestra única en su género. Y lo ha logrado en tiempo récord. En ese breve intervalo ha alternado las pesquisas en busca de contenidos con la supervisión de las labores de restauración del pabellón destinado a albergarlos, edificio obra del arquitecto José María Smith. Entre los méritos de Juan Aguinaga destaca la capacidad para inocular a su equipo de colaboradores el virus del coleccionismo y el entusiasmo por los automóviles con historia (de 1926 a 1986) pero sin edad.

El primero de esos conversos es Javier Uriarte, gerente del concesionario, quien considera que el Museo Aguinaga ha de ser más que una simple muestra de coches clásicos. “La colección es una parte muy importante del Museo, pero no la única”, argumenta. “Entendemos el espacio como centro de exposiciones, eventos y ocio alrededor de la Marca”. Preguntado sobre el montante de la inversión requerida por el proyecto, cifra en “unos dos millones de euros” los costes de la adecuación de las instalaciones y de unas adquisiciones que no se dan por cerradas.

El Museo Aguinaga abre sus puertas a clientes de Mercedes-Benz las tardes de los jueves (con cita previa). Los sábados por la mañana, de 10.00 a 13.00 horas, recibe a todo el público interesado. La visita, además de recomendable, es gratuita.