Este miércoles 17 de noviembre se cumplen 22 años de la muerte de Enrique Urquijo, líder de Los Secretos y uno de los mejores compositores que ha dado el pop español. En homenaje al que fuera el cantante de la tristeza y el desamor, en este aniversario se publica este jueves un CD-DVD con el concierto que la banda madrileña, que ha seguido en activo ahora liderada por su hermano Álvaro, registró en 2019, también en esta misma fecha como reconocimiento a su legado y en el que colaboraron artistas de la talla de Miguel Ríos, Amaral, Manolo García, Rozalén, David Summers, Mikel Erentxun, Andreés Suárez, Coque Malla o Alejo Stivel.

Y además del disco (cuya publicación se retrasó por la pandemia), este miércoles va a ver la luz el libro Siempre hay un precio (el nombre hace referencia a una canción compuesta por Enrique en los años 80), escrito en primera persona por Álvaro Urquijo y en el que desvela por primera vez cómo murió su hermano, adjuntando el informe forense que la familia recibió. Y en esa biografía el menor de los Urquijo cuenta que la culpable no fue la heroína, como se ha publicado muchas veces (y que sí estuvo muy presente en su vida).

Tranquilizantes y coca base

Enrique Urquijo falleció de una sobredosis involuntaria de calmantes tras consumir coca base. Así lo cuenta Álvaro Urquijo. "En la pandemia me sentía vulnerable y triste por lo que estaba pasando, gente cercana que había muerto, incluso músicos legendarios con cincuenta y pocos años. Eso me hizo estar más cerca de la idea de la muerte y me llevó a pensar que se iba a quedar mucha porquería escrita sin información", alega sobre las razones de Siempre hay un precio (Espasa).

En esta obra revela que la muerte de su hermano se produjo tras "9 o 10 pastillas" de Tranxilium (clorazepato dipotásico), una benzodiazepina que se prescribía de forma legal con efectos ansiolítico, hipnótico, anticonvulsionante, sedante, relajante muscular y amnésico. Las tomó para poder dormir después de tomar coca base. Llevaba 7 meses sin consumir nada y acababa de pedir el alta de una clínica a la que había entrado por su propio pie. Aquel desliz, razona el autor en el libro, era probablemente el "premio" que se otorgaba por hacer las cosas bien.

"Mi hermano tenía un problema. Reconociéndolo, acudió a un médico pronto y se puso en tratamiento. Luchó muchísimo para mejorar y a las pruebas me remito. Una persona que solo hubiese sido consumidora de sustancias no habría hecho esa carrera de 20 años ni esos temazos que siguen de actualidad", defiende Álvaro a Efe.

La noticia del cadáver hallado en un portal del madrileño barrio de Malasaña corrió como la pólvora. Se llegó a publicar que lo habían encontrado con una jeringuilla clavada en el brazo o que su muerte no fue accidental. "Incluso periodistas de gran nombre dijeron que se había muerto de una sobredosis de heronía, cuando nosotros no teníamos ni el informe del forense", protesta aún hoy.

"Yo había mantenido silencio por respeto a mi sobrina, a su madre y a mis padres. No quería remover lodos. Me pareció tan injusto tener que dar explicaciones... Pero con el tiempo cogí confianza en mí mismo y me vi preparado. Necesitaba un testimonio veraz, porque no me veía representado ni que fuese la realidad de lo que pasó lo que se contaba en libros anteriores", insiste.

En general, en esas poco más de 300 páginas, escritas en un estilo ágil, predomina el tono positivo y se da a cada miembro de Los Secretos el lugar que merece en la historia del grupo, hasta llegar a su último disco, Mi paraíso (2019), y la pandemia, cuando Pero a tu lado se convirtió en un himno de resistencia y compañía.

¿Qué pasará de aquí en adelante? "Igual podemos retomar parte del repertorio de Mi paraíso o hacer un disco nuevo dentro de un año. Nosotros vivimos a seis meses vista y nunca sabemos lo que puede pasar", responde.

Más allá de la biografía y del disco en directo, Los Secretos comenzarán una gira de teatros a principios de 2022 que arrancará en Bilbao (6 de enero), Pamplona (7 de enero) y San Sebastián (8 de enero).