No se sabe cómo se coló ahí ni cómo se las apañó para hacerlo con tanta sutileza, pero ahí estaba, sentado en el rinconcito del armario de la cocina entre las tazas limpias, en la casa de una australiana. El possum (no confundir con las zarigüeyas) saludó a la mujer cuando esta abrió la puerta del mueble y lo vio dentro, junto a las tazas intactas. El marsupial nocturno no rompió nada, y recibió con ojillos agradecidos una galleta de la mujer que se puso a comer enseguida. El vídeo de la tierna escena fue publicado en TikTok y pronto se hizo viral, consiguiendo más de 92.000 reproducciones y miles de me gusta.