Si cada año te toca decidir qué vino llevar y acabas cogiendo “el de siempre”, este artículo es para ti. Porque Navarra tiene un superpoder: vinos para todos los momentos de las fiestas.

Blancos que elevan un entrante, rosados que combinan con todo, tintos que enamoran… y moscateles que convierten la sobremesa en una delicia.

Sí: este año vas a triunfar sin despeinarte.

Chardonnays DO Navarra: elegancia para aperitivos y entrantes

Los chardonnays DO Navarra son uno de los secretos mejor guardados del vino español. Reconocidos internacionalmente, destacan por su enorme versatilidad: desde versiones jóvenes, frescas y aromáticas, hasta chardonnays con crianza que aportan profundidad y cremosidad.

Son perfectos para abrir cualquier menú navideño. Funcionan de maravilla con mariscos, aperitivos, cremas suaves y pescados. ¿Un plan más informal? Una tabla de quesos y un buen chardonnay navarro es siempre un acierto seguro.

Rosados de Navarra: versátiles, frescos y gastronómicos

Navarra es la gran referencia del rosado en España, y las fiestas son el momento ideal para demostrarlo. Sus rosados son frescos, expresivos y tremendamente gastronómicos: acompañan sin problema aperitivos, ensaladas, tartares, pescados o carnes blancas.

Si buscas un vino que guste a todos sin complicarte, el rosado DO Navarra es tu mejor aliado. Vinos con personalidad, fáciles de beber y con una capacidad casi mágica para adaptarse a cada plato… y a cada invitado.

Tintos de Navarra: frescura, carácter y estilo

Navarra presume de una gama de tintos única. Desde vinos jóvenes, llenos de fruta y energía, hasta monovarietales de Garnacha, Merlot o Tempranillo que destacan por su carácter. Y, por supuesto, crianzas y reservas con estructura, elegancia y complejidad, ideales para los platos más potentes de estas fechas.

Son los vinos perfectos para asados, guisos y carnes que quieres que todos recuerden.

Moscateles dulces de Navarra: el final perfecto

Cuando llega la sobremesa, los moscateles de grano menudo son pura magia. Aromáticos, equilibrados y delicados, son ideales para acompañar postres, quesos o simplemente para brindar mientras la conversación se alarga.

Un pequeño lujo que convierte cualquier comida navideña en un recuerdo inolvidable.