El futbolista belgamarroquí Sofian Kiyine, de 25 años, ha salvado su vida milagrosamente tras sufrir un accidente con su coche en la localidad belga de Flémalle. El jugador del OH Lovaina, de la Primera División belga, circulaba el jueves por la tarde, según medios locales, a 200 kilómetros por hora por una zona limitada a 90 km/h cuando su vehículo chocó contra una rotonda y salió disparado, se elevó varios metros y se empotró en la pared de un polideportivo, atravesándola por completo y cayendo dentro de la cancha de baloncesto interior.

Las imágenes, captadas por una cámara de seguridad, muestran la violencia del choque y hacen pensar en la suerte de que no haya habido víctimas mortales, ya que sólo unos segundos antes del accidente varias niñas se encontraban ahí jugando a baloncesto y en ese mismo momento acababan de retirarse al vestuario. "Hemos rozado una catástrofe", aseguró la alcaldesa de la localidad, Sophie Thémont, al diario DH Sports.

El OH Lovaina emitió un comunicado en el que aseguraba que la vida de Kiyine, tras ser trasladado al hospital más cercano no corre peligro, aunque ha sufrido varias fracturas que requerirán de una larga recuperación. "Sofian ha tenido mucha suerte, podría haber terminado mucho peor", afirman desde el club, sin querer realizar un juicio de valor antes de conocer en profundidad lo sucedido. "Se habla de exceso de velocidad, pero las circunstancias exactas del accidente aún no se conocen; estamos a la espera de que concluya la investigación. Queremos discutir con Sofian qué sucedió exactamente y luego veremos los pasos a seguir".

En cualquier caso, desde el club belga recuerdan que a sus futbolistas les piden ejemplaridad. "Esperamos que los jugadores utilicen un estilo de conducción adecuado, pero debemos esperar los resultados de la investigación sin prejuzgar los hechos".