No había actuado a nivel profesional y Ahikar Azcona Albizu debutó a lo grande, como uno de los integrantes del elenco de La Casa de PapelLa Casa de Papel. El actor, vecino de Igúzquiza, ha encarnado a Matías, uno de los asaltantes al Banco de España y personaje que en la última temporada de la serie, estrenada el pasado viernes, ha recibido el sobrenombre de Pamplona. "Es un honor que me pongan el nombre de mi ciudad", apunta el intérprete navarro.
Han pasado sólo unos días desde que se estrenó la última temporada de La Casa de Papel
-Bueno, asimilar... no asimilo ni desde que empecé a grabar la serie. Además, justo ahora con todo el tema del nombre de Pamplona para mi personaje, que te ponen en un periódico, en otro, te escriben, en Pamplona aparece la figura de La Casa de Papel... Vas viendo cosas y dices "hostia, igual sí que es más de lo que yo pensaba".
¿Este guiño foral está ligado a que Álex Pina, uno de los creadores de la serie, sea también de Pamplona?
-Internamente no lo he llegado a preguntar, pero es cosa suya fijo, pondría la mano en el fuego y apostaría por él. Es de Pamplona y seguro que él ha dicho esto no se acaba sin que haya un Pamplona aquí.
En ese sentido, imagino que para usted, como navarro, habrá sido especial que en esta quinta temporada su personaje, Matías, fuese bautizado con el sobrenombre de Pamplona.
-Es un honor. Me han puesto el nombre de mi ciudad, es la hostia. Anteriormente, en un guion me llegaron a dar un nombre de ciudad y era Tánger, pero no se llegó a rodar, se escribió una separata y lo cambiaron. Esto fue hace mucho tiempo y me quedé ya con la ilusión de que me iban a llamar con un nombre de ciudad... Y claro, llegábamos al final de la serie y yo pensaba que esto se acababa así, pero de repente vi esta escena y fue una alegría del copetín. Y más defendiendo el por qué llamarte Pamplona.
La secuencia es un alegato de los Sanfermines, defendiendo esa jarana que son las fiestas. ¿Le pasaron un texto cerrado o pudo realizar alguna aportación?
-El texto llevaba esa línea y fue así casi 100%. Estaba también la referencia a Hemingway... Igual hay alguna expresión más mía que usé para llevar el texto a mi terreno y también íbamos a meter alguna cosa más, como el patxarán o que llueven carros de vino... Pero probamos varias cosas y al final se quedó así.
En la escena los personajes se ríen de que usted elija la ciudad de Pamplona como sobrenombre, ¿cómo se lo tomaron fuera de cámaras?
-Había ilusión porque yo soy de Pamplona, pero también les hacía gracia. Pamplona suena a risa, no es lo mismo que te llamen Tokyo a que te llamen Caparroso, por ejemplo. Que una persona de Brasil escucha Tokio o Caparroso y no les suena a nada, pero si lo escucha alguien de aquí que sabe, da más pie a risa.
Una vez finalizada su participación en La Casa de Papel
-Me ha cambiado en la manera de ver las cosas y a nivel personal, el vivir la experiencia. Antes de empezar la serie trabajaba de mecánico y ahora no lo hago porque tengo alguna colaboración de publicidad, pero tampoco ha sido mucho el salto en seguidores o la repercusión en redes. Sigo viviendo en el mismo pueblico, saliendo con la misma gente... No es que haya sido un giro de haberme ido a Madrid a formarme y demás, pero bueno, que eso llegará.
¿Esta serie ha sido su debut en el mundo de la interpretación?
-Sí, sí. Había hecho cortos con amigos, pero La Casa de Papel es mi primer y único trabajo en ficción. Nunca me había propuesto ser actor ni era un sueño. Me veía más como humorista, que es lo que hago en las redes.
De hecho, fue a través de esas redes sociales donde suele colgar vídeos como llegó a La Casa de Papel
-Exactamente, a través de Instagram. Vieron mis vídeos y me llamaron para hacer una prueba para ser el personaje de Joxe Mari en la serie de Patria. Y al final dijeron que ya que estaba ahí, interpretase otro papel para La Casa de Papel, que también me encajaba... Y al final es el que salió.
¿Cómo afrontó el reto de debutar en ficción en una producción de esta envergadura?
-Bueno, cuando cuatro meses después de la prueba me confirmaron que me habían cogido, no me lo creía. Luego fui sin presion porque leyendo el guion, vi que el personaje era como ser yo: un soldador fundidor -yo soy mecánico-, no me habían puesto ninguna cosa de "tu personaje viene de aquí y tiene estas emociones"... Me fue sencillo hacer de mí mismo.
¿Qué le ha aportado el haber formado parte de este proyecto?
-Lo primero, verme en cámara. Cambia mucho en los vídeos que hago en redes a cuando grabas una serie de este nivel. Empecé a salir en la tercera y cuarta temporada y cuando me vi pensé que estaba cohibido, que gesticulaba y me movía poco... No entiendo de esto y no sabía como iba a quedar, así que no quería pasarme y me quedé corto. En esta última temporada estoy más suelto y La Casa de Papel me ha aportado técnica y experiencia en este mundo. Además, también unos amigos increíbles, tanto el equipo como los actores. A día de hoy veo el making of de cómo se hizo y me hace llorar más que la propia serie, porque son imágenes de momentos que no voy a volver a vivir, así que da nostalgia. Me parece mucho más bonito que ver la serie, porque si te soy sincero, de la quinta temporada he visto algún capítulo pero no con detenimiento...
¿Por qué?
-(Risas). Porque no tengo Netflix, que no es excusa, que mi hermana tiene y se lo podría quitar... Pero es que no veo la tele. Suelo ver cine clásico, me gustan Tarantino y Scorsese, pero no me pongo series, no veo las noticias, ni fútbol, o coches y motos... Y tampoco es por falta de tiempo, porque sí que lo tengo, pero últimamente estoy a otras cosas. Cuando se haya pasado todo este trago, la emoción y esté más calmado en mi interior, me pondré con paciencia con la serie entera y a ver qué hemos hecho.
Entonces, si hace cinco años le llegan a decir que iba a participar en una de las series españolas más vista de la historia, con un personaje que lleva el nombre de su ciudad... ¿Qué hubiese dicho?
-Que se te va la olla (risas). Cuando estaba de mecánico siempre bromeaba con mis padres al dejar un trabajo y entrar en otro que algún día iba a pasar algo, teniendo mi mayor esperanza en un Gran Hermano, imagínate. Pero decía: si estoy haciendo el chorra en las redes y gusta y sale montón de gente triunfando en Telecinco, ¿por qué no voy a triunfar yo? Confiaba en que se me recompensaría el esfuerzo de hacer los vídeos y de hacer reír, que estaría con José Mota o en algún programa... Pero ni por asomo pensaba que iba a acabar en una serie de este calibre, con estos compañeros, con este equipo... No lo imaginaba ni de globo.
Ha mencionado su actividad en redes y en Instagram, donde roza el medio millón de seguidores. Y en este perfil, en muchas ocasiones le podemos ver compartiendo escenas con su abuelo. ¿Su lado humorístico no se entiende ya sin él?
-Siempre he dicho "lo que se ha perdido la industria del humor en España con mi abuelo...". Hasta hace poco mi abuelo era más famoso que yo porque ha viajado mucho, tenía un grupo de música de boleros, le conocían porque contaba chistes al acabar... Tiene mucho humor y es un referente para mí, paso mucho tiempo con él. Es muy sincero, a veces suelta barbaridades y otras no, pero siempre lo subo porque digo: "qué cojones, es mi abuelo, que diga lo que quiera. Es él y punto". Y mucha gente me dice que me sigue por él.
¿Y qué dice él de todo este fenómeno de La Casa de Papel
-Le he enseñado alguna secuencia, pero no ha visto la serie entera y creo que ni se imagina a qué nivel está de audiencia. Sabe que hago salgo en las redes y que me ve mucha gente, porque a él también le paran por la calle al salir en mis vídeos, pero podría flipar si supiese que La Casa de Papel está en este nivel.
Finalizado este proyecto, ¿cuáles son sus próximos planes?
-Me gustaría centrarme en la interpretación. Quiero estudiar y formarme. También sigo haciendo castings y esperando, voy haciendo poco a poco... Tengo esperanzas de que salgan más cosas.
Quizá entonces Pamplona sea un punto de partida, y nunca mejor dicho.
-Sí, es mi punto de partida en la serie y en la vida. Me fui de aquí a Madrid para formar parte de esta gran experiencia y también igual es lo que me catapulta y me lanza a hacer más cosas. Si hay algo más, sera por esto.