pamplona - Ahikar Azcona, de Igúzquiza, interpreta en la tercera y cuarta temporada de La casa de papel a un falso rehén que ayuda a los protagonistas en sus asaltos. El influencer, que hasta hace poco se dedicaba a la mecánica, ya contaba con miles de seguidores en su cuenta de Instagram antes de entrar en la serie y reconoce que eso le ha abierto muchas puertas.

Antes de la serie, ya era conocido por el contenido que subía a las redes. ¿Ha notado cambio?

-Antes de la serie ya me seguía mucha gente en Instagram, no ha habido mucha diferencia pero con eso no monetizaba nada. Lo hacía por ocio y por humor, pero eso me ha abierto puertas como La casa de papel. Antes de la serie ya me solían parar. Me decían, “¡ahí va!, el de los vídeos!”. Ahora sí que se nota más. Vienen, se quedan mirando, me preguntan si soy el de La casa de papel y yo les digo “no yo soy el de la casa de piedra, de la Mari Carmen”, para vacilar un poco y romper el hielo.

¿Cómo se le ocurren los vídeos?

-Ni yo mismo sé de dónde surgen esas ideas. En realidad son situaciones que le ocurren a todo el mundo. La mayoría no son premeditados, veo algo y pienso en el vídeo. A todo le intento dar la vuelta o buscarle la parte del humor o el doble sentido. Juego con la sorpresa o el reírme de mí mismo. Digo muchos tacos, pero si omitiese todo eso ya no sería yo. La gracia que tienen mis vídeos es que soy yo en todos mis ámbitos.

¿Qué referentes tiene en el humor?

-Siempre han sido José Mota y Gila. Porque es un humor absurdo. Humor sin meterse con nadie. Es fácil hacer humor político, negro, metiéndose con la gente, riéndote de alguien... En las redes hay muchos comentarios negativos, pero estoy acostumbrado a que me importe una mierda. Si todo el mundo aprendiera a tratar con respeto a todo el mundo esto funcionaria de otra manera.

Muestra bastante su vida privada, como a su padre y su abuelo

- Cuando les saco tienen más fans que yo. Mucha gente me dice que le haga Instagram a mi abuelo y yo digo qué hostias le voy a hacer si tiene un móvil de tapa. Cuando le digo, Abuelo hazte wasap, me dice “¿Guasa? Guasa tengo un montón”. Gustan porque son de verdad, no como la gente que hay ahora en la redes que intentan aparentar una perfección de vida. Esa vida no existe. A mí me gusta ser transparente y transmitir la verdad. Es lo que quiere ver la gente. Mi padre cuando me veía con el móvil me decía “vivís en un puto mundo de mentiras”. En internet cada vez hay menos de verdad y la gente no es transparente.

¿Piensa volver a la mecánica?

-Si me salen cosas del mundo actoral o de las redes, sacaré partido a mi imagen o a mi creatividad y seguiré por aquí, sino, no tengo ningún problema en volver a la mecánica. Ahora quiero aprovechar un poco el tirón e invertir tiempo en esto. Salir en La casa de papel es algo que no pasa todos los días y si siguiese con el taller no le dedicaría tiempo a esto. Pasaría el tren y volvería a ser mecánico.

¿Cómo entró a la serie?

-Estaba saliendo de trabajar del taller y miré los mensajes de desconocidos de Instagram. Una chica me había puesto “Hola, buenas, te contacto para una serie de HBO, Patria”. Yo le dije que no me lo creía. Me llamaron de un sitio más fiable, fui a Madrid un domingo a hacerme una entrevista. Era para hacer de Joxe Mari, el protagonista de Patria. Ya que estaba ahí me dijeron que interpretara otro papel que era para La casa de Papel. Yo no sabía ni que serie era esa. Me fui a Barcelona a hacer de mecánico de competición para un piloto del mundial. Estando allá, a los cuatro meses, me llamaron diciendo que me habían cogido.

¿Va a apostar por la interpretación?

-Ahora sí. Me gusta el ambiente y el rollo. No es nada diferente a lo que yo hago en Instagram. Ahora habiendo entrado en este mundo, me gustaría apostar por ello y luchar por ello. Seguir dando clase, formarme más? Que si no sale porque no gusto en la pantalla no me voy a frustrar. Volveré a ser mecánico.

¿Cómo se prepara un personaje sin saber de interpretación?

-No es lo mismo una persona que se tiene que se tiene que preparar un personaje que no se parece a él, que en mi caso que mi personaje es como yo, de hecho soy yo mismo con pendientes, mi acento? No tengo que comerme mucho la olla. De hecho cuanto más me la como más difícil se me hace. A veces lo leo solo en el mismo día de antes. Es un papel de un chavalillo medio rebelde que le mete toques de humor, que lleva la contraria? Me siento muy cómodo.

¿No le dio miedo empezar con actores tan reconocidos?

-No porque lo que me beneficia a mí es que todo me importa una mierda. Desde hace tiempo, por ciertas cosas que te ocurren en la vida me he dado cuenta que los problemas son otros. Son profesionales conocidos pero son personas. Me pueden traer a Jesucristo bendito que yo voy a estar tranquilo. Llegué el primer día y grabé con Alba Flores con la cámara pegada a la cara. Yo estaba como en un vídeo para Instagram. Con la cámara estoy muy cómodo. Eso me ha beneficiado mucho.

Su primera serie ha sido la serie de ficción con más éxito de España, ¿qué supone para usted?

-La verdad es que hay veces que me lo dicen y me da un subidón. Pero momentos concretos, así que sigo sin asimilarlo. Sé del éxito que tiene la serie pero aun no soy consciente de que la ven millones de personas, porque no las veo. Yo estoy ahí siendo el mismo, siendo la misma persona, en el mismo pueblo. No ha cambiado mi persona. Estoy viéndolas venir.

De la serie, si tuviese que ir a tomar una caña con alguno, ¿con quién sería?

-Antes de saber que entraba en la serie conocí a Darco Perik, que hace de Helsinky, en mi pueblo. Un hombre majísimo, humilde. Miguel Herrán ha estado aquí conmigo de fiesta. Con los que más me llevo de vivir aventuras es con Miguel Herrán. Con Helsinky también. Hobik es un amor de persona con todo el mundo. A Alba Flores le tengo un cariño de la hostia.

¿Se acostumbraría a una vida en Madrid?

-Soy muy todoterreno. Yo estoy bien aquí en un garito bailando Sarri Sarri y también allá en la Sala Barceló con gente de ese mundo. Siempre puedes volver a casa. Vienes aquí y echas de menos lo de allá. Cuando estoy allá me satura la gente, las prisas... Pero bueno, así aprendes a apreciar las cosas buenas de un lado y de otro.

¿Qué le ha sorprendido del mundo de la interpretación?

-Quizá la cercanía. Que te inviten a casa a dormir, a discotecas... Al final son tus compañeros. Igual la gente se piensa que por ser quien son son bordes... pero al contrario.

Ha terminado el rodaje ¿qué planes tiene ahora?

-No suelo ser una persona que planee mucho el futuro, no se qué voy a hacer mañana, de hecho. Pero quiero hacer algo más mío, como una radio on line. Una aplicación móvil donde suene la música que a mí me gusta. También quiero darle más vida a mis canales de Instagram. Ser feliz haciendo lo que sea que haga, que es lo que he hecho hasta ahora. Ser feliz siendo yo. Porque no hay otra forma de serlo.